Luchando Cuerpo a Cuerpo

Marianna permanece casi inmóvil en medio del estrecho callejón. Sin embarco, cada uno de los músculos de su atlético cuerpo están en tensión, preparados para atacar a sus agresores, los cuales, poco a poco, se acercan a ella como una jauría de hienas, bloqueando la huida de la voluptuosa pelirroja por delante y por detrás de ella.

"Es vuestra última oportunidad...".-Murmura la voluptuosa Marianna, doblando ligeramente sus esculturales piernas y definidos brazos, extendiendo sus largos dedos como dagas, desafiando.
Nada impresionados, los matones se ríen a carcajadas.-"Nadie te ayudará, Destructora de Drax. Te violaremos y te mataremos. Es Su voluntad.".-Dicen ambos matones al unísono, con voz fría y monótona, avanzando más y más hacia su presa. El atlético cuerpo de la princesa se estremece ligeramente. Estos individuos no son simples matones...son asesinos. Sin embargo, ella no es simplemente una princesa pelirroja con grandes tetas...es una guerrera pelirroja entrenada con grandes tetas.

De repente, ambos asesinos se abalanzan hacia Marianna a la vez como caballos desbocados y, en un segundo, los musculosos titanes están sobre ella. Y, en un segundo, la Destructora de Drax ha lanzado una patada trasera contra el asesino de su espalda, golpeando como un ariete su entrepierna, parándole en seco mientras esquiva, por milímetros, un golpe del pesado cestus del asesino frontal dirigido a su sien izquierda. Sin embargo, debido a la inercia del pesado cuerpo del musculoso asesino, Marianna es embestida por el cuerpo de éste y empujada hacia atrás sobre su compañero, el cual, incapacitado, aúlla de dolor intentando agarrarse con ambas manos (o cestus) sus machacados huevos.

Los cuerpos de la voluptuosa princesa y el musculoso asesino derriban al segundo de ellos, cayendo todos al suelo, rodando por el polvoriento suelo del callejón. Instintivamente, el asesino lanza nuevamente su puño de acero contra la cabeza de Marianna, pero falla nuevamente, golpeando solo un mechón de su pelirroja melena.

Aprovechando ese momento de desequilibrio, la voluptuosa guerrera empuja fuertemente el cuerpo de su adversario son su rodilla, liberándola del abrumador peso que aplasta sus enormes pechos, permitiéndola rodar sobre su cuerpo sobre el suelo y, ágilmente, ponerse en cuclillas delante de su enemigo, mientras que éste, más pesado, todavía intenta incorporarse.

Rápidamente, Marianna se lanza sobre él, aplicando una llave estranguladora contra su grueso cuello mientras sus poderosas piernas se enroscan alrededor de su grueso abdomen y arrastrándolo al suelo de nuevo. Aunque el asesino está sobre ella, se encuentra de espaldas. Siente en su espalda con las escamas de acero de la armadura que cubre los tremendos pechos de su "victima" se clavan en los músculos de su espalda...mientras sus poderosas piernas aplastan y trituran su abdomen, vaciando sus pulmones de aire....mientras sus definidos brazos aplastan su tráquea y su yugular, privando de aire sus pulmones y cerebro. El asesino se debate frenéticamente, tratando de zafarse de su "presa", pero la posición de su enorme cuerpo y los voluminosos cestus apenas le permiten agarrar a la princesa guerrera.

Sin embargo, poco puede hacer el asesino contra la técnica estranguladora de Marianna, la cual, manda en segundos a la inconsciencia al musculoso asesino. La princesa sabe que, si mantiene su estrangulamiento unos segundos más...si aprieta más, podría matarle....pero no es su intención.

Aflojando sus brazos y piernas, la voluptuosa guerrera empuja al asesino, haciéndole rodar sobre su cuerpo, flácido como un muñeco, poniéndose en pie con un ágil salto, haciendo botar su redondeado busto bajo su armadura.

"Jodida pechugona....!".-Ruge el segundo asesino, el cual, nuevamente en pie, pero dolorido, salta hacia Marianna para golpearla con su cestus. Casi por instinto, la pechugona pelirroja esquiva por milímetros una vez más uno de esos poderosos guanteletes de acero, el cual, golpea y atraviesa esta vez la pared de adobe tras Marianna. Y mientras el burlado asesino forcejea para sacar su puño del muro de rojizo adobe, la princesa, con la fluidez de una bailarina, se pone a su espalda y, rodeando su cuello con su brazo derecho, lleva su mano izquierda a la magullada entrepierna del asesino, agarrando y aplastando con ganas los doloridos cojones del maromo, el cual chilla como un cerdo.

"Sabéis que soy la...Destructora de Drax....Pero solo sois unos vulgares asesinos...¿Quién os paga? ¡Habla ya o perderás algo muy importante....!".-Susurra Marianna, incrementando ligeramente la presión sobre el escroto de su víctima.

"¡¡¡¡La...la mujer de negro...!!!!.¡¡¡¡Nos....nos pagó la mujer de negro!!!!!".-Chilla el asesino sollozando.-"¿Quien es la mujer de negro?¡HABLA!"-Ordena Marianna apretando un poco más los cojones del matón.-"¡No....no lo.....".-Murmura el asesino antes de caer inconsciente por el dolor que arrasa su musculoso cuerpo. Tras liberarle de su presa, el pesado cuerpo del segundo asesino cae al suelo como una piedra.

"¿Quien será la mujer de negro? ¿Otra asesina? ¿Alguna hechicera?".-Piensa Marianna mientras recoge su bolsa de dinero. Entonces, con el rabillo del ojo, la princesa guerrera atisba un fugaz movimiento delante de ella. Una sombra negra desapareciendo por uno de los oscuros callejones, oscurecidos más aún por la caída de la noche.