DIA 4: ABU SIMBEL Y ASUAN (NOCHE)

Era ya casi el final de la tarde, esperando a cenar cuando me percaté de una cosa. Mañana abandonábamos el crucero y no había explotado una de mis semillas, la del camarógrafo. Tenía, además, alguien perfecto para ello, mi querido exhibicionista Juanjo.

Le dije a mi marido que iba al baño, y acudiría en un rato. En mi camarote, me tumbe en la cama y poseí a Juanjo. El treintañero se encontraba en ese momento con su novia y sus suegros, charlando en el bar.

-Dame la tarjeta de la habitación, que voy al baño- le dije a la chica rubia.

-Pero si la tiene tú.

Me miré los bolsillos de mi pantalón muy corto y la saqué.

-Estas más raro...- me dijo.

Le sonreí y me marché enseguida. Al subir al tercer piso encontré mi destino. El joven de la cámara, estaba sentado frente a una gran pantalla, intentando vender las imágenes y fotos que había hecho a lo largo del viaje, con escaso éxito. Yo le había sugestionado hace tiempo la idea de grabar videos eróticos con los tripulantes, por lo que esperaba que mi treta funcionará sin problemas

-Hola- le dije en el cuerpo de Juanjo- ¿Grabas videos no?

El asintió.

-¿Puedes grabarme uno a mí en mi camarote?

Volvió a asentir y, cogiendo su cámara, que era grande y con aspecto bastante profesional, me indico con un gesto que estaba preparado. Tuve que mirar en la tarjeta cual era el camarote de Juanjo. Luego, ambos fuimos allí y entramos.

-Quiero grabar un vídeo sexy. Para mí novia ya sabes. ¿Podías hacerlo?

El chaval, de unos 24 años, asintió era muy alto y delgado. Se coloco la cámara al hombro y empezó a grabar.

Yo empecé a moverme de la manera más sexy que sabía, con resultados desastrosos seguro. El camarógrafo siguió grabándome. Me quité la camiseta y empecé a hacer flexiones de músculos. Luego el pantalón corto, quedándome todo desnudo, pues Juanjo ya iba siempre sin ropa interior. Vi como el camarógrafo se ponía algo tenso. En condiciones normales seguro que habría huido, pero dado que estaba sugestionado, no solo se quedó, si no que comenzó a pedir posturas.

-Agárrate el… ya sabes el.. y ponte de lado.

Yo seguí cada una de sus ordenes. Cuando mi polla se puso dura, seguí haciendo posturas cada vez más eróticas. Me puse a cuatro patas y me abrí las nalgas. Me tumbe en la cama y me agarre con las dos manos mi rabo. En ese momento, salte de ese cuerpo para hacerlo en el del camarógrafo. Seguí grabando lo mejor que pude, mientras Juanjo, el ya por si mismo, seguía haciendo poses cada vez más sexuales.

-¿Sabe que quedaría bien?-le dije, apartando la cámara un momento de mi cara- imágenes homoeróticas

-¿Como?-pregunto

-imágenes de sexo entre hombres. Les gusta mucho a las mujeres. Las vuelve locas. Ya sabes, solo erotismo.

Esas palabras convencieron a Juanjo, deseoso de ser el centro de atención por su cuerpo. Poniéndose de pie dijo:

-Vale. ¿Cómo lo hacemos?

-bájame la cremallera, y miras hacia cámara con cara de picardía.

Seguí grabando, mientras Juanjo, de rodillas en la cama, se acercaba casi ronroneándome. Me bajo la cremallera y el pantalón cayó por el solo. Bajo el pantalón, el camarógrafo tenía un calzoncillo apretado y negro y un bulto, el bulto que yo controlaba, que empezaba a aumentar de tamaño.

-Ahora quítame el calzoncillo, pero con los dientes.

Con su misma sonrisa lobuna, Juanjo obedeció, ante el apareció, primero, una espesa mata de pelo negro para después, una polla gorda y circuncidada del color del chocolate.

-Ahora cógela con la mano, y saca la lengua.

-No voy a comértela-dijo de repente, apartándose.

Mierda, tendría que ser más enrevesado. No importaba, lo tenía ya.

-Solo cogerla y hacer como que lames. No lamerla. Ya sabes.

Juanjo asintió, no muy convencido pero me hizo caso. En el momento que cogió mi polla cambio su expresión. Saco su lengua y miro a cámara con expresión viciosa. Tras un par de tomas de esa manera, en que mi polla ya estaba en todo su esplendor, que era mucho, salte de nuevo en Juanjo.

-Creo que mejor si hacemos una tomas de sexo oral ¿Te parece?

Entonces, sin esperar una posible negativa, me la metí en la boca.

Cuando posees un cuerpo, las habilidades que tienes, para bien o para mal, son las tuyas. Había comido suficientes pollas para saber dejar en shock por placer de improviso a alguien. No tuve que volver a poseer al camarógrafo, que empezó a gemir al momento de metérmela en la boca.

-¿No me grabas?-pregunté.

El egipcio dio un respingo, como si se hubiera olvidado, y volvió a colocarse la cámara al hombro. Yo, como el mejor actor porno que pude ser, seguí con la felación mientras miraba a cámara. El chaval parecía volverse loco. Seguramente, era la primera vez que recibía una mamada o, incluso, que tenía sexo.

-¿Que tal ahora unas tomas de una polla en mi culo?

El camarógrafo volvió asentir varias veces, nervioso. Yo me puse boca arriba en la cama, me cogí la piernas y le mostré mi agujero rosado y rodeado de vello fino.

-Es mi primera vez- le dije- no te pierdas ese estreno.

El chaval acercó su oscuro rabo con una mano mientras intentaba enfocar con la otra. Fue costoso pero al final consiguió meter la punta. En ese momento, salté de nuevo al egipcio, pues quería sentir estrenar el ano de Juanjo.

El treintañero seguía en la misma posición, expectante. Actuando como si esa cadena de decisiones la hubiera tomado él mismo. Yo me escupí en mi polla prestada, seguí grabando y empecé a meterle lentamente pero sin parar mi larga polla.

-esta toma se ve increíble - le reforcé- tu culo es perfecto. Tú polla es perfecta. Tú eres perfecto. Todos lo verán y lo sabrán.

-Métemela más entonces.

Seguí hasta que se la clave entera. Luego comencé a bombear. Tras un par de minutos, la polla del egipcio ya había ensanchado lo suficiente para que entrara y saliera con relativa facilidad. Me dio algo de envidia, así que volví a saltar al cuerpo de Juanjo para sentir como era que te barrenaran el ano y joder, el tío tenía una polla bestial.

Reforzado y con confianza, el camarógrafo fue pidiendo cado pocos minutos diferentes posturas en la que el dirigía donde debía ponerme. Me puse a saltar entre sus piernas dándole la espaldas y luego de frente, mientras me masturbaba. Me puso a cuatro patas y de lado. Se notaba que no había follado hasta ese día, pero si había visto porno.

Tras más de 10 minutos de cambios de posturas, el egipcio me pidió, con urgencia, que me pusiera de rodillas en el suelo. Sabía que iba a pasar. Su polla comenzó al momento a eyacular varias descargas densas y copiosas sobre mi cara. Yo abrí la boca, pues sabía mi papel, y el esperma me golpeo en los ojos y en la lengua. Luego sonreí a cámara, divertido, mientras me recogía un poco de leche de mi mejilla con un dedo y me la comía.

-Para acabar, mastúrbate hasta correrte-dijo.

Eso hice, y el se alejo para tener mejor ángulo. Cuando acabamos, le di unos 10 euros como si todo hubiese sido una transacción. También le di como dirección para enviar el vídeo la mía propia, por lo que ya tendría un bonito recuerdo del viaje.

Me acosté cansado por todo lo hecho ese día. Al cerrar lo ojos me acordé de una promesa.

!El culo de David!

Rápidamente, en modo fantasma fui a su camarote. Lo encontré de lado, abrazando a su mujer. Pare tiempo, le bajé el pantalón de pijama y yo el mío. Le follé el culo casi mecánicamente pues una promesa es una promesa. Cuando eyaculé, le di un nalgazo como despedida. Me limpié mi polla es su boca abierta a la que también escupí. Luego me marché a dormir.

Por hoy ya estaba.