A Felipe, el medico manipulador

La razón por la que Toni había escogido saltar de su vecino a Pablo era por su trabajo, que había percibido como mas emocionante. Al ver que como todo en la vida del comercial, era una farsa, decidió marcharse al cuerpo de otro cuya posición laboral no fuese un fraude. Por eso decidió a Felipe, su amigo médico.

Toni sabia, por los recuerdos de Pablo en su cabeza, que Felipe estaba trabajando en ese momento en el hospital y que hasta el final de la guardia no saldría, por lo tanto, la trasferencia debía realizarse allí. Al llegar al hospital, la mujer del mostrador le indicó al comercial, con muy malas maneras, que el doctor estaba ocupado y, que por muy amigo que fuera, no podía colarse entre pacientes.

Toni-Pablo esperó, pero al pasar ya casi dos horas, el pecador estaba al limite. Podía haberse marchado, buscar otro receptáculo. El hospital estaba lleno de médicos que cumplirían el mismo papel que Felipe. Pero había un orgullo, algo dentro de la personalidad compartida de Pablo, que le impedía marcharse. Por una vez en su vida, quería cumplir sus objetivos.

Escabulléndose, el pecador pudo llegar a una sala donde, a través de un cristal, se veía la consulta de Felipe. La puerta que acudía a ella estaba cerrada por lo que no podía acceder a su apreciado receptáculo, pero si podía ver como, al otro lado de la venta de vidrio, el medico comenzaba a realizar una exploración aun moreno treintañero. Una idea apareció de repente en la mente del pecador, ¿Y si usaba el poder del laser para poner cachondo tanto a medico como a paciente para que dejarán la consulta y fueran a buscar al objetivo de su deseo, Toni-Pablo?

La idea parecía buena, así que, a través del cristal de la ventana, señalo a ambos hombres con el laser. Al principio el pecador pudo ver como, confusos, parecían buscar algo a su alrededor. Convencido de haber tenido una idea brillante, el fracasado decidió marcharse de la habitación para que, cuando Felipe saliera de consulta, pudiera encontrarle enseguida. Pero antes de salir del cuarto pudo ver, a través de la mima ventana, como la polla del paciente, que estaba fuera a causa del examen, estaba dura, y que este intentaba esconderla avergonzado. Lo mas sorprendente no fue lo anterior, si no que el medico, en vez de sentirse incomodo por el descubrimiento, se había acercado al paciente, rozando la pierna de este con su enorme erección, aun encerrada en su pantalón.

El pecador estaba anonadado ¿Por que Felipe no dejaba a ese paciente y se marchaba a buscarlo? Quiso golpear la ventana para llamar la atención, pero algo en él hizo que simplemente se quedara mirando la escena que él mismo había provocado.

-No se preocupe Sr Ramirez-escucho Toni-Pablo desde la otra habitación de Felipe-Todos nos podemos excitar en momentos de este tipo. Yo, por ejemplo, ahora mismo la tengo dura y muy gorda.

-¿si..?-preguntó el paciente, incomodo.

-Si. Además, ¿sabe usted que la tengo enorme? Siempre la he tenido muy grande pero algo en su persona hace que desee acostarme con usted.

-Yo...

-¿Quiere verla?

El paciente asintió mientras deglutía en silencio, nervioso.

El médico se saco entonces su polla, que, como había anunciado antes, era enorme.

-¿Quiere tocarla?

El paciente volvió a asentir,

A los tres segundos ya estaban los dos hombres desnudos, besándose y agarrándose las pollas. El medico desnudo era un portento, de casi dos metros y con los brazos tatuados, un profesional distinto al esperado. El paciente parecía morir por el cuerpo del doctor, sobre todo por su polla, a la que acariciaba, masturbaba y jamás soltaba.

-Cómemela-dijo Felipe, exigente.

El paciente no tardó ni dos segundos en ponerse de rodillas e intentar introducirse la enorme polla del doctor en la boca. Este intentó ir poco a poco, pero Felipe no el permitió ni un respiro intentando que todo su rabo cupiera dentro de la garganta del paciente, cuyas arcada hacían que salieran espumarajos de entre los labios.

No necesito nada mas el medico para, diciendo improperios, comenzar a eyacular, según los centímetros de polla dentro de la garganta del paciente, en el esófago de este. Tras las pertinentes toses del felador. Ambos se vistieron y, para enfado del pecador, se despidieron y Felipe siguió con sus consultas.

Encabezonado en que su plan era el correcto y que, quizá se había equivocado con el primer paciente, Toni-Pablo repitió el proceso con el siguiente, un joven de 23 años con dolores torácicos. El resultado fue el mismo, follándose el doctor al paciente, solo que esta vez en vez de correrse en el esófago del paciente fue en el colón del veinteañero, desvirgando el culo del joven. Frustrado, el fracasado lo intento de nuevo con cada uno de los pacientes que acudieron esa tarde, y el resultado era el mismo, sexo desenfrenado entre Felipe y sus pacientes. Ante la mirada frustrada del pecador pasaron: un cuarentón al que el medico le lleno de esperma la espesa barba. Un padre y un hijo que se peleaban por ver quien le hacia la mejor mamada. Un deportista fibrado que compitió con el mismo a que se metía toda la longitud de la polla del doctor en el ano. Así, hasta ocho pacientes en total. Decepcionado, el pecador se marchó del hospital dejando a Felipe desvirgando a un estudiante universitario con un tapón en el oído.

Ya en la casa de Pablo, el pecador maldijo al aire, frustrado. ¿Es que era imposible conseguir estar cerca de Felipe para que le follara? Se había puesto en la cabeza la idea de que obtendría la vida del medico y no pensar en que despertaría de nuevo con el cuerpo de este fracasado (Pablo, no Toni) le enfurecía. Aunque... Si no podía verle en el hospital, ¿quizá pudiera verle en su casa? Pablo había acudido varias veces al ático del médico, sobre todo en los cumpleaños de su único hijo, así que sabia su dirección.

Tras la larga guardia, Felipe llega a su casa terriblemente cansado. El día había sido de lo mas raro. Jamás había estado mas cachondo que ese día y, además, se había saltado todos sus principios, acostándose con todos esos hombres. No era la primera vez que había tenido sexo con hombres. En la universidad probo algunas cosas, pero lo que había sucedido en el hospital... No se lo explicaba. Podía perder su empleo. Pero, debía reconocer que había sido una de las experiencias mas calientes de su vida.

Necesitaba descansar. Dormir y aclarar la ideas. Pero al cerrar la puerta, unos gritos provenientes desde el balcón le atrajeron. Al llegar, vio a Pablo, uno de sus amigos con los que a veces quedaban para charlar y tomar algo, como le estaba dando por culo a su hijo Vicente. El chaval parecía disfrutar bastante mientras el comercial le agarraba del pelo por detrás.

-¿Pero que coño?-gritó el doctor, entre sorprendido y enfadado.

-Te estaba esperando-le contesta el pecador, sin dejar de penetrar a su hijo-Pero como tardabas, me he entretenido con Vicente. Llevamos ya casi una hora follando ¿no es así?

El joven era incapaz de pronunciar alguna palabra mas que gemidos.

Todo tiene sentido al final para Felipe. Todos los hombres con los que se ha acostado hoy le han llevado a este momento, como si hubiera sido un camino iniciático. Pablo, su amigo, resplandece como un faro para él. Quiere besarle, lamerle el cuerpo, penetrarle el ano, lo que sea. Lo necesita como jamás ha necesitado nada.

-Tengo que follar contigo-Logra decir al fin.

Toni-Pablo sonríe. Por fin lo ha conseguido. Pero de cierta manera quiere "castigar" a Felipe por habérselo puesto difícil. Si el ha tenido que esperar, que él espere también.

-Claro. Follaremos. Pero no ahora. Ahora vas a metérsela a tu hijo. Quiero que te corras dentro de el. Que le rellenes. Yo no he podido hacerlo. He usado condón por que... no puedo tocar con mi leche el cuerpo de tu hijo. Pero el necesita esperma. Necesita el esperma de su padre.

Obediente, Felipe se tumbó sobre un sofá del balcón. Vicente fue después, ensartándose en la polla de su padre, que, tras la follada del pecador, no puso ninguna resistencia al enorme trabuco de su progenitor. Tras un minuto de sexo incestuoso, se acercó a la pareja Toni-Pablo, que introdujo también su polla en el abierto ano del hijo del medico. El chico se porto como un campeón mientras recibía el embiste de dos pollones en su entrada trasera.

Cuando acabaron, el culo del chico rezumaba esperma de su padre. Toni-Pablo paso un dedo por las nalgas y se lo chupó, realizando la trasferencia. Luego comenzó a marcharse.

-¿Te vas?-dijo suplicante Felipe, mientras su hijo quedaba desnudo en el sofá de la terraza, totalmente exhausto- dijiste que luego follaríamos tu y yo.

Toni-Pablo ya tenia lo que quería, y tras casi dos horas follando a Vicente, ¿por que darle el gusto al medico? Además, había cierto placer en tener al reconocido doctor suplicando por sexo.

-Será otro día-le contestó- Estoy cansado. Mientras puedes follarte a tu hijo, que menuda puta es el chaval.

Ya en el ascensor para volver a casa de Pablo, el pecador pudo hacer balance del día. La relación entre Pablo y Felipe ya no seria la misma. La dominación del comercial sobre el doctor había quedado grabado a fuego aunque Toni saltara a otros cuerpos, así como la del joven Vicente. Toni-Pablo sonrió con una sonrisa lobuna.