Una noche de pasión durante el viaje

Noah reflexiona sobre las primeras dos semanas del viaje con una mezcla de satisfacción y planificación. Noah contempla los eventos del viaje con una mezcla de satisfacción y anticipación. Ha sido un camino lleno de ajustes y revelaciones, donde su control sobre Samantha y Morgana ha sido fundamental para moldear la dinámica del grupo.

Desde el principio, cambió la programación de sus dos leales esclavas para que mostraran cordialidad hacia Alexander y su familia. Aunque inicialmente las había programado para despreciar a los demás, excepto a él mismo, esta modificación permitió que la convivencia fuera más armoniosa.

Recuerda vívidamente el momento en que Emily, la hija de Alexander, hizo la inocente pregunta sobre la relación entre él y Morgana. La reacción avergonzada de Morgana fue palpable, un destello de sinceridad en medio de la fachada controlada que había creado. Sin embargo, fue una experiencia instructiva, recordándole la necesidad de ajustar aún más las programaciones para mantener la discreción.

Y luego está Samantha. Poco a poco, ha notado los sutiles signos del embarazo en ella. Los cambios en su apetito, su cansancio ocasional y algunos cambios en su cuerpo que no pasaron desapercibidos para su ojo observador. Es un desarrollo que lo llena de una satisfacción especial, sabiendo que ha dejado una marca indeleble en su hermana, llevándola a un destino que él ha planeado meticulosamente.

Mientras contempla estos eventos, Noah se siente lleno de confianza en el éxito de sus planes. Cada detalle, cada ajuste, lo ha llevado un paso más cerca de su objetivo final. Y ahora, con el futuro que se vislumbra en el horizonte, no puede evitar sentirse emocionado por lo que está por venir.

Noah reflexiona sobre los desafíos adicionales que ha enfrentado durante el viaje, especialmente en lo que respecta a mantener su relación con Morgana y Samantha en secreto. Con otras personas presentes todo el tiempo, no hay muchas oportunidades para tener momentos de intimidad.

Así que, con astucia y discreción, Noah ha ideado una solución ingeniosa. Cuando se detienen en medio del camino, aprovecha la oportunidad de adentrarse en el bosque cercano con Morgana y Samantha. Allí, entre la sombra de los árboles y el susurro de las hojas, las usa para satisfacer sus deseos más profundos sin temor a ser descubierto.

A veces, los tres se retiran a un claro apartado, donde Noah se entrega al placer de explorar sus cuerpos, manoseando y chupando sus pechos, acariciando sus vaginas y penetrándolas a ambas con su vara de amor. La naturaleza misma se convierte en su cómplice, ocultando sus actos de miradas indiscretas.

Cuando llegan a nuevas ciudades y deben hospedarse en posadas, Noah siempre asegura que él y sus esclavas tengan su propio espacio. Esto le permite disfrutar plenamente de sus cuerpos, jugando con ellos y explorando cada rincón de su placer sin preocuparse por miradas indiscretas o interrupciones no deseadas.

Con cada encuentro, el cuarto se llena con los sonidos de gemidos, susurros y sus fluidos entrelazados en un ballet de pasión y deseo. A pesar de los desafíos, Noah se deleita en cada momento robado de éxtasis, sabiendo que su poder sobre Morgana y Samantha es absoluto y que siempre estarán a su disposición, listas para cumplir sus deseos más profundos. Y mientras se sumerge en el placer, no puede evitar pensar en el futuro, en el momento en que será el turno de Morgana de quedar embarazada después de que Samantha tenga a su hijo, un pensamiento que solo agrega combustible a su ardiente deseo.

Noah: (entre gemidos) Oh, Samantha, tu piel es tan suave... tus pechos son tan deliciosos...

Samantha: (jadeando) Sí, hermanito, eres tan rudo... es como si fueras un bebé... No puedo esperar a que mis pechos comiencen a producir leche para ti...

(Noah se acerca más a los pechos de Samantha mientras la penetra con fuerza, llenándola con su esencia.)

Samantha: (gimiendo) ¡Oh, sí! ¡Más fuerte, Noah! ¡Quiero sentirte más adentro!

(Mientras tanto, Morgana, completamente desnuda, espera pacientemente su turno, acariciándose entre las piernas y apretando uno de sus pezones mientras observa el acto de amor entre hermanos.)

Morgana: (susurrando) Mi querido amo... pronto estaré contigo... Ansío que disfrutes de mis pechos mientras yo te doy placer...

Noah: (con voz dominante) Samantha, detente. Morgana, ponte en cuatro patas.

Morgana: (con emoción) ¡Sí, querido amo!

Con un brillo de anticipación en sus ojos, Morgana se coloca en la posición deseada, su corazón latiendo con fuerza mientras espera ansiosamente la llegada de su amo.

Noah observa con deseo cómo Morgana se prepara para recibirlo, su excitación creciendo con cada segundo que pasa. Se acerca a ella con paso firme, su mirada ardiente con deseo mientras se prepara para poseerla.

Noah coloca sus manos en las caderas de Morgana con firmeza, su agarre siendo rudo desde el principio mientras guía su vara de amor hacia la entrada de su sirvienta. Con un empujón firme, la penetra, sintiendo cómo su cuerpo se estremece bajo el impacto.

Morgana: (entre gemidos) ¡Oh, amo! ¡Sí, así!

Morgana gime de placer y dolor mientras Noah la posee con fuerza, entregándose por completo a su voluntad. Cada nalgada que recibe aumenta su excitación, su cuerpo vibrando con la intensidad del momento.

Noah observa con placer cómo Morgana se degrada ante él, sus palabras de sumisión como diciendo que es el mas guapo, el mas fuerte y que no es digna de ser su sirvienta alimentando su deseo. Se regocija en el control que tiene sobre ella, sabiendo que su poder sobre su esclava es absoluto.

Mientras tanto, Samantha se acerca a Noah con deseo, sus labios buscando los suyos en un beso apasionado. Siente el calor de su hermano mientras se entregan a la pasión, sus lenguas entrelazándose en un baile erótico mientras él domina a Morgana con maestría.

Noah observa con excitación mientras enseña a sus esclavas el juguete en forma de pene por ambos lados, ordenándoles que se den placer mutuamente para su deleite. Con entusiasmo, ambas obedecen, entregándose al acto con devoción y pasión.

Samantha y Morgana se acercan, sus cuerpos temblando de anticipación mientras se introducen el juguete y comienzan a moverse, llenando la habitación con gemidos de placer. Noah observa con deleite, disfrutando del espectáculo que ofrecen sus dos esclavas complaciéndolo.

De repente, Noah les ordena que lo miren a los ojos, y ambas obedecen de inmediato, sus miradas encontrándose con las suya. Mientras las observa, Noah reflexiona sobre la conexión que solían tener, recordando cómo Morgana solía proteger a Samantha y considerarla como una hermana menor.

Decidiendo probar algo nuevo, Noah les pregunta qué piensan la una de la otra. Entre gemidos, Samantha responde primero.

Samantha: (entre gemidos) Morgana no me importa... Solo es otra esclava para el placer de mi amo. La única persona que me importa es mi querido hermano Noah, a quien protegeré y serviré hasta el final de mis días.

Luego, es el turno de Morgana.

Morgana: (entre gemidos) Samantha ya no es importante para mí... Antes la consideraba mi hermana menor, pero ya no... Ahora, solo es otra persona en este mundo. Si la protejo, es porque es importante para mi querido amo, pero más allá de eso, no es nada... Solo amo a mi querido amo Noah, él es mi todo, y la única persona a la que permitiré que me dé hijos.

Noah escucha sus respuestas con interés, notando la lealtad absoluta que sienten hacia él. Satisfecho, continúa observándolas mientras se entregan al placer, asegurándose de que su control sobre ellas permanezca intacto.

Después de un tiempo, Noah se siente complacido por la devoción absoluta de sus dos esclavas, quienes están dispuestas a obedecer cada uno de sus deseos en cualquier momento. Viendo que ya no pueden más, decide que paren y descansen.

Con una sonrisa satisfecha, Noah les ordena detenerse, y las dos esclavas obedecen de inmediato, deteniendo sus movimientos y quedando exhaustas pero satisfechas por haber complacido a su amo.

Los tres se quedan desnudos en la cama, con Samantha y Morgana abrazadas a Noah, sintiendo su calor y su presencia reconfortante. Noah acaricia sus cabellos suavemente, satisfecho por tener a sus leales esclavas junto a él.

En silencio, se dejan llevar por el cansancio y el placer, durmiendo juntos en la misma cama. Las dos chicas, abrazadas a su amo, esperan con emoción lo que les deparará el siguiente día, listas para seguir cumpliendo con cada orden de su amado Noah.