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Chapter 15
by Alman02
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Historia de intermedio
En una tarde sofocante en las calles polvorientas de Elysium, Ethan un hombre de 30 años se encontraba agachado frente a un puesto de frutas, observando con deseo una jugosa manzana roja. Su estómago rugía de hambre, pero su bolsillo estaba tan vacío como su estómago. Mientras sus ojos famélicos recorrían las apetitosas frutas, una presencia se hizo sentir a su lado.
Ethan levantó la vista y se encontró con la figura de una elfa de belleza deslumbrante. Su cabello azul claro ondeaba delicadamente en la brisa, enmarcando un rostro perfecto y unos ojos grises que parecían escrutar con una mezcla de superioridad y curiosidad.
Sin embargo, lo que realmente capturó la atención de Ethan fueron los prominentes pechos de la elfa, que parecían desafiar la gravedad bajo su ajustada armadura. Mientras Ethan la miraba, una oleada de deseo ardiente se apoderó de él. Imaginó enterrar su rostro entre esos hermosos pechos, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus labios y la excitación de su propio cuerpo. La idea de chupar de sus pezones como si volviese a ser un bebé lo llenaba de un anhelo irresistible.
Sin embargo, Ethan sabía que tales pensamientos eran solo fantasías. Lyra era una elfa de 150 años poderosa y dominante, y él no era más que un joven de clase baja, **** a su autoridad y control. Aun así, no podía evitar desear que las cosas fueran diferentes, que pudiera perderse en la voluptuosidad de Lyra y experimentar un placer que solo ella podría darle.
Lyra apretó los puños con indignación, sintiendo el desprecio burbujear dentro de ella. ¿Cómo se atrevía este insignificante mortal a mirarla de esa manera? ¿Acaso no entendía su posición inferior en comparación con ella?
Con paso rápido y decidido, Lyra se acercó a Ethan, su expresión fría y dura. "¿Qué crees que estás haciendo?", espetó, su voz resonando con autoridad. "¿Te parece apropiado mirar así a alguien como yo?".
Ethan sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal mientras las palabras de Lyra resonaban en su mente. Pero antes de que pudiera articular una respuesta, Lyra continuó, con una sonrisa siniestra.
"Sabes estoy buscando un poco de... alivio del estrés", dijo en voz baja, pero con una intensidad que hizo que los vellos de la nuca de Ethan se erizaran. "Y he encontrado que ciertos métodos son mucho más efectivos que otros".
Ethan parpadeó, confundido por la sugerencia de Lyra. Antes de que pudiera entender completamente lo que estaba sugiriendo, Lyra continuó con una mirada que dejaba claro que no estaba dispuesta a aceptar un rechazo.
"Así que aquí tienes mi oferta", dijo Lyra con una sonrisa cruel. "Para que perdone tu atrevimiento por mirar mi cuerpo y no denunciarte por acoso sexual estarías dispuesto a... servirme como mi saco de boxeo personal para aliviar el estres que provoca mi trabajo. ¿Qué dices, mocoso? a cambio de unas pocas monedas que te mantendrán vivo para comer".
Ethan se quedó sin aliento, asimilando las palabras de Lyra. Una mezcla de miedo, deseo y desesperación se agolpaba en su pecho mientras contemplaba la oferta de la elfa. Sabía que aceptar significa someterse a un trato cruel y humillante, pero también significa conseguir algo de dinero para calmar su hambre.
Con un nudo en la garganta y el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Ethan asintió con cautela, aceptando la propuesta de Lyra. Y así, en ese instante, comenzó su complicada relación con la elfa, una en la que el deseo y el sufrimiento se entrelazaban de la manera más tortuosa imaginable.
Ethan caminaba por las sombrías calles de la ciudad, su paso lento y pesado reflejaba la carga de su resignación. Después de cinco meses de sufrimiento y humillación a manos de Lyra, había llegado el momento de enfrentar su destino una vez más.
Con el corazón lleno de temor y desesperación, se acercó a la puerta de la casa de Lyra, sintiendo el peso de su ansiedad en cada paso. Golpeó con mano temblorosa, esperando la inevitable respuesta de la elfa.
La puerta se abrió lentamente, revelando la figura altiva de Lyra, con una sonrisa maliciosa curvando sus labios. "¿Así que has vuelto?", dijo con desprecio, sus ojos grises brillando con burla.
Ethan tragó saliva, su cuerpo temblando ante la presencia dominante de Lyra. "Sí", murmuró, su voz apenas un susurro.
Lyra lo invitó a entrar con un gesto desdeñoso, y Ethan obedeció, sintiendo el peso de su destino aplastándolo. Una vez dentro, Lyra cerró la puerta con un golpe seco y se volvió hacia él, con una expresión de anticipación en su rostro.
"Entonces, ¿qué tenemos aquí?", preguntó Lyra con voz suave pero llena de malicia. "¿Qué quieres que haga contigo hoy, Ethan? ¿Quieres que te humille? ¿Que te golpee hasta que no puedas más?".
Ethan bajó la mirada, sintiendo el peso de la vergüenza aplastándolo. "Haz lo que quieras", murmuró, resignado.
Lyra soltó una risa cruel, complacida por la sumisión de Ethan. Con un movimiento rápido, agarró a Ethan por el cuello y lo arrastró hacia el centro de la habitación, donde comenzó su tormento una vez más. Horas de golpes y humillaciones siguieron, mientras Lyra se burlaba de él sin piedad, disfrutando del poder que tenía sobre él. Y Ethan, en su dolor y sufrimiento, no pudo hacer más que soportar en silencio, sabiendo que su destino estaba sellado en manos de la despiadada elfa.
Después de cinco horas de tortura implacable, Lyra finalmente decidió que era suficiente. Observó a Ethan, malherido y tembloroso en el suelo, y suspiró con exasperación. Con un movimiento de su mano, canalizó una pequeña cantidad de energía curativa para asegurarse de que no muriera en su casa. Aunque disfrutaba de su sufrimiento, necesitaba mantenerlo vivo para futuras sesiones.
"Levántate", ordenó Lyra con voz fría, lanzando un puñado de monedas hacia Ethan. "Toma tu dinero y lárgate de una vez por todas".
Ethan se arrastró hacia las monedas, su cuerpo dolorido protestando cada movimiento. Sabía que no debía desafiar a Lyra, así que obedientemente tomó las monedas y se puso de pie, listo para dejar atrás otro día de tormento a manos de la elfa.
Lyra lo observó con desdén mientras se marchaba, complacida de haber liberado algo de su estrés a través de la brutalidad hacia él. Una vez que Ethan desapareció por la puerta, ella se encogió de hombros, decidiendo que ya era suficiente por hoy. Se dirigió a su habitación para descansar, preparándose mentalmente para las patrullas que le esperaban al día siguiente como guardia de la ciudad. Aunque su método de lidiar con el estrés podría parecer cruel para algunos, para Lyra era simplemente lo más excitante por la sensación de poder que le brinda.
Ethan caminaba lentamente por las empedradas calles de la ciudad, su cuerpo aún dolorido por la brutalidad de la elfa. Sus pasos eran pesados, pero su estómago vacío lo impulsaba hacia adelante, guiándose hacia la taberna más cercana en busca de algo de comida para aliviar su hambre y olvidar por un momento su dolor.
Mientras caminaba, levantó la mirada brevemente y notó a dos mujeres que caminaban juntas por la acera opuesta. Una de ellas tenía el cabello negro como el azabache y unos ojos azules que brillaban con una intensidad casi sobrenatural. Parecía irradiar juventud y vitalidad, y Ethan estimó que tendría entre 20 y 25 años.
La otra mujer, de cabello blanco como la nieve y ojos rojos como el rubí, emanaba una sensualidad serena y madura. Su figura estaba envuelta en un vestido de sirvienta, que realzaba sus curvas con elegancia y sugerencia. Ethan calculó que rondaría los 30 a 33 años de edad.
Ambas mujeres tenían unos pechos enormes que se balanceaban con cada paso, capturando la atención de Ethan de inmediato. Sin embargo, su observación fue interrumpida por la presencia de un joven que caminaba entre ellas, manoseándolas descaradamente. A pesar de ello, las mujeres lo miraban con una mezcla de amor y deseo, lo que hizo que Ethan se sintiera aún más desanimado por su propia situación.
Sacudiendo la cabeza con resignación, Ethan continuó su camino hacia la taberna, sintiendo la amargura de su propia desgracia mientras observaba la aparente felicidad de los demás a su alrededor.
Ethan terminó su modesta comida en la taberna, saboreando cada bocado del pedazo de carne más barato que pudo permitirse y lavándolo con un vaso de cerveza aguada. Después de todo, no podía permitirse lujos, especialmente después del trato que había recibido de Lyra.
Una vez que terminó, se levantó de la mesa y se dirigió hacia la salida, pero algo llamó su atención. Vio a la misma mujer de cabello negro y ojos azules de antes, pero esta vez su mirada se posó en alguien más: un individuo sospechoso que sostenía un cuchillo en la mano, con una mirada amenazante dirigida hacia la mujer.
Sin pensarlo dos veces, Ethan se lanzó hacia adelante con la intención de proteger a la mujer, aceptando el riesgo de recibir el ataque. Pensó para sí mismo que morir protegiendo a una belleza era una buena manera de morir.
El ataque llegó rápido y certero, y Ethan sintió el impacto del cuchillo antes de caer al suelo con un gemido de dolor. Lo último que vio antes de perder el conocimiento fue a la sirvienta, que se abalanzó sobre el atacante con determinación, lanzándolo lejos con un golpe certero que lo dejó inconsciente en el suelo. Con eso, el mundo se oscureció para Ethan mientras se desmayaba, dejando que la oscuridad lo envolviera en su abrazo.
Ethan abrió los ojos lentamente, sintiéndose desorientado por un momento mientras su mente se ajustaba a la luz brillante de la lujosa habitación en la que se encontraba. Lo primero que captó su atención fueron los enormes pechos de la mujer que estaba frente a él. Instintivamente, extendió la mano para tocarlos, pero antes de que pudiera siquiera rozarlos, recibió un leve golpe en la mano.
"¡Solo mi amo puede tocar mis pechos!" exclamó la mujer con voz firme, mirando a Ethan con seriedad.
Ethan se sintió avergonzado por su acción y rápidamente retiró la mano, murmurando una disculpa. Entonces, tomó un momento para observar mejor a la mujer. Tenía cabello blanco y ojos rojos, y su figura era igualmente impresionante que la de Lyra.
"¿Dónde estoy?" preguntó Ethan, todavía confundido por la situación.
La mujer se presentó como Morgana, y explicó que estaba allí por orden de su amo, quien estaba en deuda con Ethan por salvar a su hermana. Le informó que su amo deseaba hablar con él.
La revelación de que la mujer de cabello negro y ojos azules era la hermana del del joven lo dejó consternado ya que hacía solo unas horas, Ethan la había visto siendo manoseada por el joven sin chistar y ella parecía permitirlo sin ninguna resistencia y ahora se entera de que el joven manoseaba a su propia hermana.
Noah entró en la habitación seguido de su hermana, Samantha. Ethan no pudo evitar sentirse impresionado por la presencia de ambos. Samantha irradiaba una belleza que lo dejó momentáneamente sin aliento: sus ojos azules brillaban con intensidad, y su cabello negro caía en suaves ondas sobre sus hombros. Su figura era elegante y refinada, y Ethan se encontró perdiéndose en la profundidad de su mirada y pensó para sí mismo que incluso supera a Lyra en belleza.
Noah, por otro lado, emanaba un aura de autoridad tranquila. Su porte era firme y seguro, y Ethan podía percibir la determinación en su mirada.
"Gracias por proteger a mi hermana", dijo Noah, extendiendo la mano hacia Ethan con gratitud sincera.
Noah miró a su hermana y le hizo un gesto con la cabeza. "Samantha, también deberías agradecerle a Ethan por su valentía", ordenó con suavidad.
Samantha asintió obedientemente. "Sí, querido hermano", respondió con un tono algo indiferente. Dirigió su mirada hacia Ethan y dijo: "Gracias", aunque su expresión no mostraba demasiado entusiasmo.
Ethan notó la falta de entusiasmo en las palabras de Samantha, pero decidió no hacerle mucho caso. Estaba agradecido por la oportunidad de haber podido ayudar, independientemente de la reacción de la joven. Aunque estaba acostumbrado a lidiar con situaciones difíciles, recibir el agradecimiento de Noah lo hizo sentirse un poco abrumado. "No fue nada", respondió, tratando de restar importancia a su acción.
Noah observó la actitud de Samantha y luego se volvió hacia Ethan con una ligera sonrisa. "Lo siento por la actitud de mi hermana. A veces puede ser un poco reservada", se disculpó, aunque en su mente, un atisbo de satisfacción brotaba al pensar en el control mental que ejercía sobre ella sabiendo que la programó para ser así con los demás y solo expresar su amor y agradecimiento sólo a él
.Noah observó los moretones en el cuerpo de Ethan mientras este se acercaba para agradecerle por su ayuda. Frunciendo el ceño con preocupación, preguntó: "¿Qué te pasó? Pareces bastante lastimado".
Ethan respiró profundamente antes de responder, consciente de que revelar su historia no sería fácil. "Fui atacado... por una elfa llamada Lyra", comenzó, su voz llena de pesar. "Ella me ha estado sometiendo a abusos físicos y verbales durante meses a cambio de unas pocas monedas". Ethan se detuvo un momento, reviviendo en su mente los dolorosos recuerdos de las humillaciones y golpes que había soportado.
Noah escuchó con atención mientras Ethan continuaba narrando su experiencia con Lyra, sintiendo una mezcla de indignación y preocupación por lo que había tenido que soportar. Al final de la historia, una mirada de determinación cruzó el rostro de Noah. "Lo siento mucho por lo que has pasado", dijo con sinceridad. "Pero ahora estás a salvo. Y puedo asegurarte que nadie te lastimará más mientras estés con nosotros".
Noah sostenía el collar y el anillo de control mental entre sus dedos, sopesando sus opciones con una mezcla de determinación y astucia. Ahora que su hermana estaba embarazada y su lealtad hacia él era inquebrantable, ya no necesitaba estos dispositivos para ejercer su control sobre ella. Una sonrisa astuta se formó en sus labios mientras una idea audaz se apoderaba de su mente.
"Ya no los necesito", murmuró Noah para sí mismo, contemplando los objetos con un brillo de anticipación en sus ojos. "Pero podrían ser útiles de una manera diferente".
Con un gesto decidido, se dirigió hacia Ethan, quien estaba sentado en una esquina de la habitación. "Ethan, estos objetos pueden ser de gran utilidad para ti", dijo Noah, extendiendo el collar y el anillo hacia él. "Te los regalo como un gesto de buena voluntad. Te permitirán ejercer un control sobre aquellos que busquen hacerte daño o te opriman".
Noah le explicó cómo usar los dispositivos y cómo podían ser empleados para influir en la mente de alguien. "Puedes usarlos para ejercer un control completo sobre alguien, como esa elfa que tanto te ha atormentado. Podrías convertirla en tu esclava sexual, haciendo que haga todo lo que desees".
Noah miró a Ethan con una sonrisa burlona mientras le revelaba su manipulación. "Sabes, Ethan, estos artefactos de control mental son realmente útiles", dijo con un tono casual. "Con un poco de ajuste, puedes hacer que cualquiera haga exactamente lo que deseas".
Ethan se quedó boquiabierto al escuchar estas palabras, sintiendo una mezcla de emoción y confusión.
Noah se volvió hacia su hermana, Samantha, y con una mirada de complicidad, le indicó que se acercara. Ella obedeció de inmediato, con una expresión de adoración en su rostro. Noah comenzó a acariciar sus pechos por debajo de la ropa, y Samantha gemía suavemente de placer bajo su tacto.
Ethan observaba la escena con incredulidad, asimilando la revelación de que tanto Samantha como la sirvienta, Morgana, estaban bajo el control mental de Noah, completamente entregadas a él y a sus deseos.
Noah disfrutaba de la sorpresa de Ethan, saboreando su dominio sobre la situación. "Como puedes ver", continuó Noah con una sonrisa desafiante, "todo lo que aman y desean, me pertenece a mí y solo a mí, esa es la razón por la que samantha fue indiferente contigo, yo le ordene con control mental que cualquier signo de amor y amabilidad sea solo para mi".
Samantha, entregada al control mental de Noah, gimió de placer mientras él la acariciaba. En un momento de éxtasis, entre gemidos, sus labios murmuraron las palabras: "Te amo, hermano, te amo".
Ethan, asombrado por lo que presenciaba, observaba en silencio. En su mente, una idea cobraba forma, alimentada por la venganza y la lujuria. Imaginaba cómo usaría los artefactos de control mental en Lyra, la elfa cruel que lo había maltratado tantas veces. La visión de convertirla en su esclava sexual, sometida a sus deseos más oscuros, lo llenaba de anticipación y excitación.
Mientras tanto, Noah sonreía satisfecho ante el poder que ejercía sobre su hermana, sin saber que Ethan ya estaba tramando su propia venganza.
Noah, concentrado en sus propios placeres mientras manoseaba a su hermana, no se detuvo cuando le ordenó a Morgana que curara por completo las heridas de Ethan. Con una obediencia inquebrantable, Morgana respondió con un simple "Sí, querido amo", y se acercó a Ethan para comenzar a sanarlo.
Ethan, agradecido por el gesto de Noah, se levantó con renovada energía y determinación. Anunció su plan de dirigirse de inmediato hacia donde se encontraba Lyra, decidido a someterla bajo su control mental con los artefactos que Noah le había dado.
Antes de partir, Noah, en un gesto de buena fe o quizás solo por diversión, ofreció a Morgana para que acompañara a Ethan en su misión. Morgana, además de ser su esclava sexual, era conocida como la mujer más fuerte del reino, una adición valiosa para Ethan en su intento de esclavizar a Lyra. Ethan aceptó la oferta con gratitud, consciente de que la ayuda de Morgana aumentaría significativamente sus posibilidades de éxito en su búsqueda de venganza contra Lyra.
Ethan, agradecido por todo lo que Noah había hecho por él, se preparaba para partir hacia su encuentro con Lyra. Antes de irse, Noah le advirtió seriamente sobre dos cosas importantes. Primero, le recordó que Morgana no estaría disponible para sus deseos sexuales ya que es suya y de nadie más, ella solo estaba allí para ayudarlo a someter a Lyra y nada más. Cualquier intento de Ethan de aprovecharse de Morgana sería recibido con una respuesta letal. Segundo, le indicó que no llenara con su semilla a Lyra por el momento. Debía esperar hasta la luna llena, momento en el cual el control mental sobre ella sería absoluto sin la necesidad del collar y el anillo así como el hizo con su hermana embarazandola en la última vez que hubo luna llena ahora teniendo control absoluto sobre su mente.
Ethan asintió, comprendiendo la importancia de seguir las instrucciones de Noah al pie de la letra. Agradeció una vez más a Noah antes de partir con Morgana hacia su misión.
Una vez solos, Noah ordenó a Samantha que se pusiera en cuatro patas, y obediente como siempre debido al control mental, ella lo hizo sin dudarlo. Noah, con un gesto de satisfacción, procedió a satisfacer sus deseos con su hermana controlada mentalmente, sabiendo que su voluntad era absoluta y su obediencia inquebrantable y procede a introducir su pene dentro de ella haciéndola gemir en un acto sexual que duraría horas.
Ethan caminaba junto a Morgana hacia la casa de Lyra, con una mezcla de emoción y determinación en su mirada. Sabía que esa noche marcaría un antes y un después en su vida, y no podía evitar sentirse emocionado por lo que estaba por venir.
Intentó entablar conversación con Morgana mientras avanzaban por las oscuras calles de la ciudad, pero sus intentos fueron en vano. Morgana permanecía en silencio, con la mirada fija en el horizonte, como si estuviera perdida en sus propios pensamientos.
Ethan notaba la indiferencia de Morgana hacia él y se preguntaba por qué ella se comportaba de esa manera. Sin embargo, lo que no sabía era que Morgana había decidido en su mente que solo hablaría con su amo, Noah, y que su deber era ayudar a Ethan a someter a Lyra para que él pudiera esclavizarla con el control mental, solo hablaría con él si era absolutamente necesario.
A medida que se acercaban a la casa de Lyra, el silencio entre ellos se volvía más tenso, pero Ethan se resignaba a esperar el momento adecuado para abordar el tema de Lyra y su venganza contra ella. Sabía que necesitaría la ayuda de Morgana para lograr su objetivo, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para conseguirlo.
Ethan y Morgana llegaron a la casa de Lyra, y Ethan no tardó en tocar la puerta. La emoción corría por sus venas al pensar en lo que estaba por suceder. Lyra abrió la puerta, luciendo un sexy pijama que resaltaba su figura élfica. Los ojos de Ethan se posaron de inmediato en sus voluptuosos pechos, que pronto serían suyos para tocar y chupar como en sus fantasías.
Sin embargo, su ensueño se vio interrumpido cuando Lyra, molesta, le preguntó qué quería. Ethan, desviando su mirada de los pechos de Lyra, respondió con un simple "nada", pero agregó en su mente que pronto ella sería suya.
Antes de que pudiera decir algo más, Morgana apareció de repente y se dirigió hacia Lyra. La elfa, evidentemente molesta, intentó resistirse a la sirvienta, desencadenando una breve pero intensa pelea entre ellas. Ethan observó la escena con sorpresa, ante la confrontación entre las dos mujeres.
Una vez que Morgana logró someter a Lyra, esta última los miró con furia y les gritó, preguntando qué creían que estaban haciendo al atacar a un guardia. Morgana le lanzó una mirada significativa a Ethan, indicándole que era su turno.
Con manos temblorosas pero decididas, Ethan se colocó el anillo de control mental y colocó el collar alrededor del cuello de Lyra. En el momento en que el collar se ajustó, Lyra pareció perder toda voluntad y emoción, convirtiéndose en poco más que una marioneta a las órdenes de Ethan.
Un sentimiento de euforia inundó a Ethan cuando se dio cuenta del poder que ahora tenía sobre Lyra. Saltó de felicidad, emocionado por lo que le esperaba ahora que tenía a la elfa bajo su control.
Morgana, cumpliendo con su deber, anunció que se retiraba. Sin más palabras, dejó a Ethan y a su recién adquirida esclava elfa solos en la sala, donde la única presencia dominante era la del joven emocionado y la silenciosa sumisión de Lyra.
Ethan observó a Lyra con una mezcla de satisfacción y desafío en sus ojos, ahora que tenía el control total sobre ella gracias al collar de control mental.
"Lyra, te ordeno que te disculpes conmigo por todos los abusos y humillaciones que me has infligido", dijo Ethan con voz firme, disfrutando del poder que ahora ejercía sobre la elfa.
Lyra, bajo el influjo del collar, asintió con sumisión y comenzó a disculparse sinceramente por sus acciones pasadas. Sus palabras resonaron en la habitación, cargadas de arrepentimiento y obediencia.
"Pero eso no es todo", continuó Ethan con determinación. "A partir de ahora, yo también viviré en esta casa. compartiremos este espacio, y tú estarás a mi servicio en todo momento. Me satisfarás con tu cuerpo y tu obediencia, como compensación por todo el daño que me has causado".
Lyra, completamente rendida a las órdenes de Ethan, asintió con devoción, aceptando su nuevo papel en su vida. El odio que una vez había sentido por Ethan se desvaneció rápidamente, reemplazado por un amor incondicional y una voluntad de hacer cualquier cosa para complacerlo.
Con Lyra ahora bajo su completo control, Ethan sonrió con satisfacción, sabiendo que finalmente tenía a la elfa exactamente donde quería: a su lado, dispuesta a satisfacer cada uno de sus deseos y necesidades.
Ethan observa a Lyra con una expresión dominante en su rostro, sabiendo que ahora tiene el control total sobre ella.
Ethan: Lyra, quiero que te desvistas ahora mismo.
Lyra, bajo el control mental de Ethan, asiente obedientemente y comienza a desvestirse lentamente, sus manos temblorosas quitando cada prenda con sumisión. Una vez desnuda, se coloca frente a la pared como le ha ordenado Ethan, su respiración agitada de anticipación.
Ethan: Ahora, quiero que pongas tus manos en la pared y expongas tu trasero hacia mí.
Lyra sigue las órdenes de Ethan, colocando sus manos contra la pared y arqueando su espalda para ofrecer su trasero, sabiendo lo que viene a continuación.
Ethan, con una sonrisa sádica, se acerca a ella y le da varias nalgadas fuertes, provocando gemidos de dolor y placer en Lyra.
Ethan: Has sido una chica muy mala, Lyra. Y las chicas malas merecen ser castigadas.
Entre gritos de dolor, Lyra responde con voz entrecortada:
Lyra: Sí, amo... He sido mala... Merezco ser castigada por ti...
Ethan continúa castigándola, saboreando el control absoluto que ahora tiene sobre ella y disfrutando de la sumisión total de Lyra a sus deseos.
Ethan sigue a Lyra mientras ella lo lleva a su habitación, su mente llena de anticipación por lo que está por venir. Una vez dentro, Lyra le muestra su habitación con sumisión, esperando las órdenes de su amo.
Sin perder el tiempo, Ethan toma el control de la situación y empuja a su esclava hipnotizada hacia la cama, ordenándole que se ponga a cuatro patas. Lyra obedece al instante, adoptando la posición indicada, y responde con un suave "Sí, amo".
La excitación de Ethan aumenta al ver a Lyra sumisa ante él, y sin dudarlo, se acerca y la penetra con firmeza. Lyra estalla en gemidos de placer, sus gritos llenando la habitación mientras Ethan continúa moviéndose dentro de ella con intensidad.
Cada golpe de Ethan es seguido por el sonido de las nalgadas, aumentando el placer y la excitación de Lyra. Incapaz de contenerse, Lyra grita el nombre de su amo en un éxtasis de placer mientras Ethan la posee con fuerza y determinación.
Con cada penetración y cada nalgada, Ethan aprovecha el poder del collar y el anillo de control mental para grabar sus órdenes en la mente de Lyra. Mientras la domina físicamente, también moldea su voluntad a su antojo.
"Ahora, Lyra, repite después de mí", ordena Ethan con voz firme mientras continúa sus movimientos. "Los dos viviremos juntos en esta casa. Tú me atenderás con la comida, me darás cariño y me complacerás sexualmente en todo momento. Te entretendrás de todas las formas posibles para satisfacerme".
Lyra, con la mente influenciada por las órdenes de Ethan, repite obedientemente las directivas mientras continúan en la intimidad de su cuarto.
"Los dos viviremos juntos en esta casa", murmura Lyra, sus palabras resonando con la reverberación del control mental.
"Te atendere con la comida", continúa, cada sílaba impregnada con la sumisión forjada por el collar y el anillo.
"Te daré cariño y te complaceré sexualmente en todo momento", prosigue, su voz ahora un eco de las palabras de su amo.
"Te entretendré de todas las formas posibles para satisfacerte", concluye, su tono resonando con una devoción inquebrantable hacia Ethan.
Mientras las palabras fluyen de sus labios, Lyra siente cómo su voluntad se desvanece ante el control mental de Ethan, convirtiéndose en su esclava completamente entregada.
Ethan, sintiéndose cada vez más poderoso con el control que ejerce sobre Lyra, decide llevar su manipulación un paso más allá.
"Lyra", dice con autoridad, mientras mira fijamente a su esclava, "a partir de ahora, me llamarás cariño en todo momento".
Lyra asiente, sus ojos reflejando la sumisión absoluta que ha sido implantada en su mente por el collar y el anillo de control mental. "Sí, cariño", responde en un susurro, su voz cargada de obediencia.
Ethan sonríe satisfecho al escuchar esas palabras. Se siente dominante, poderoso, sabiendo que Lyra hará cualquier cosa que él le ordene. Lista para cumplir con sus deseos más oscuros y sus caprichos más perversos.
En un momento de dominio absoluto, Ethan mira fijamente a Lyra, su esclava sumisa, y con voz firme le ordena: "Lyra, limpia mi vara de amor con tu boca y lengua".
Lyra, bajo el control mental de Ethan, obedece sin vacilar. Con reverencia, se inclina hacia él y envuelve con sus labios el pene de Ethan, limpiándola con devoción y sumisión. Sus movimientos son deliberados y precisos, cada caricia de su lengua es una muestra de su total entrega a su amo.
Ethan observa con satisfacción mientras Lyra cumple obedientemente con su orden. Se siente poderoso, excitado por la sumisión de Lyra y por el control absoluto que tiene sobre ella. Con cada movimiento de su esclava, su placer aumenta, sabiendo que ella está completamente a su merced y hará cualquier cosa que él le ordene.
Ethan, dominante y decidido, sostiene a Lyra con fuerza mientras la penetra en la posición del misionero. Sus ojos reflejan su deseo ardiente y su determinación de controlarla por completo.
Mientras se mueve dentro de ella, Ethan le susurra nuevas órdenes con voz firme y dominante: "Lyra, escucha atentamente. A partir de este momento, aceptarás ser mi esposa. Te entregarás por completo a mí y cumplirás todas mis necesidades y deseos. Además, llevarás a mis hijos en tu vientre y los criarás con amor y devoción".
Lyra, bajo el hechizo del control mental de Ethan, asiente con sumisión mientras él continúa penetrándola con fuerza y determinación. Sus palabras se graban en la mente de Lyra, convirtiéndose en una verdad irrefutable para ella.
Para Ethan, cada embestida es un recordatorio de su poder sobre Lyra y de su capacidad para moldear su destino según sus deseos más profundos.
Morgana entra en la habitación y nota la expresión de éxtasis en el rostro de Samantha, quien está recostada en la cama con una mirada de satisfacción. Un ligero sentimiento de celos se apodera de Morgana mientras observa la escena, deseando ser ella quien pueda experimentar ese placer.
Sin embargo, Morgana mantiene su compostura y se acerca a Noah para informarle sobre lo sucedido con Ethan y Lyra. Noah escucha atentamente y una sonrisa se forma en sus labios al escuchar que Ethan finalmente está tomando el control de su vida.
Noah le ordena a Samantha que se retire para descansar, Noah le ordena a Morgana que se quede y lo complazca. Morgana, obediente como siempre, asiente con la cabeza y se prepara para satisfacer a su amo en cualquier forma que él desee.
Ethan se despierta con la suave caricia de Lyra acariciándole la cabeza. Un destello de cariño se refleja en sus ojos, pero su atención se desvía rápidamente hacia los exuberantes pechos de Lyra. Sin poder resistirse, se lanza hacia ellos y entierra su rostro en su suavidad.
Lyra, en circunstancias normales, se habría disgustado por el atrevimiento de Ethan, pero bajo el influjo del control mental, solo siente amor y ternura por él. Con una sonrisa en los labios, lo abraza con cariño y bromea sobre su energía después de la noche anterior.
Después de un momento de afecto, Lyra le informa que se preparará para ir a trabajar y le deja comida antes de salir. Ethan se siente molesto al saber que tendrá que esperar para satisfacer sus deseos, pero comprende que ahora Lyra trabaja para mantenerlos a ambos. Aun así, la promesa de su amor y atención lo reconforta mientras espera su regreso.
Noah se despertó entre las cálidas y amorosas figuras de sus dos esclavas, Samantha y Morgana, cada una a su lado. Con una sonrisa satisfecha, se levantó de la cama y se preparó para el día que tenían por delante.
Las dos mujeres se movieron con gracia mientras se vestían, conscientes de la mirada de deseo de su amo. Noah las admiraba con una mezcla de orgullo y posesión, recordando cómo las había convertido en sus fieles amantes mediante el control mental.
Una vez listos, los tres salieron juntos de la habitación, dirigiéndose hacia el encuentro con Alexander y su familia. Estaban en busca de un lugar donde Noah pudiera vivir solo con sus dos esclavas, un lugar donde pudieran establecerse y vivir en paz, lejos de las preocupaciones del mundo exterior.
Con determinación en su mirada, Noah lideraba el camino, seguro de que encontrarían ese lugar ideal donde podrían llevar una vida de felicidad y libertad, gobernados por sus propias reglas y deseos.
10 años después
Ethan se encontraba en la cabaña en medio del bosque, rodeado por la paz y la tranquilidad del entorno natural. Diez años habían pasado desde que ethan le ordenase a Lyra que ambos se alejarian de la ciudad y establecerse en el bosque, lejos de las distracciones y las tensiones del mundo exterior.
Ahora, Ethan tenía dos hijos con Lyra y esperaban un tecero, y la familia había encontrado la felicidad en su hogar en el bosque. Lyra se había retirado de su trabajo como guardia por ordenes de Ethan para dedicarse por completo a su familia y a satisfacer los deseos de su esposo.
En la cocina, Lyra preparaba el desayuno vestida solo con un delantal, una imagen que llenaba a Ethan de satisfacción y deseo. Mientras él bebía su café, le pidió a Lyra que le pusiera leche, a lo que ella respondió sumisamente con un "sí, querido".
Lyra se acercó a su esposo con cariño, lo besó tiernamente y expuso uno de sus pechos, vertiendo la leche materna en su café. A pesar de ser para el hijo que llevaba en su vientre, Lyra priorizaba a su esposo sobre todo lo demás.
Ethan le agradeció con ternura, acariciándole una nalga con complicidad, antes de ordenarle que regresara a la cocina. Lyra obedeció sin dudar, demostrando una vez más su sumisión y dedicación a su esposo y su familia.
Ethan se encontraba en su cabaña, recogiendo algunas cosas en su habitación cuando sus ojos se posaron en el pequeño cofre que guardaba en su mesita de noche. Abrió el cofre y allí estaban, relucientes como el día en que los recibió: el collar y el anillo de control mental que le había entregado Noah años atrás.
Una sensación de gratitud invadió a Ethan mientras tomaba los objetos en sus manos. Si no fuera por ellos, jamás habría logrado obtener el control sobre la mente de Lyra, y su vida habría sido completamente diferente.
Con una sonrisa pensativa en su rostro, Ethan consideró la idea de pasarle el collar y el anillo a alguien más. Quizás había alguien que necesitaba la ayuda que él había recibido de Noah, alguien que anhelaba tener el control sobre la persona que deseaba. Ethan sabía que, en las manos adecuadas, aquellos objetos podrían cambiar la vida de alguien, como lo habían hecho con la suya.
100 años despues
Lyra se encontraba en lo más profundo del bosque, rodeada por la exuberante naturaleza que había sido su hogar durante décadas. La luz del sol apenas se filtraba entre las hojas de los árboles, creando un juego de sombras y luces en el suelo cubierto de musgo.
Desde la muerte de su amado esposo, Ethan, Lyra había cortado todo vínculo con el mundo exterior, cumpliendo la última orden que él le había dado antes de partir: retirarse a la soledad del bosque, donde nadie más que él merecía ver su hermoso rostro y su hermoso cuerpo.
Lyra había aceptado la orden sin vacilar. Después de todo, su amor por Ethan había sido absoluto, y el deseo de honrar su memoria la había llevado a alejarse de todo y de todos. Cortó todo lazo incluso con sus propios hijos, a quienes nunca había sentido un vínculo verdadero, ya que su corazón solo latía por su esposo.
Vivía en la cabaña que ella y Ethan habían construido juntos, un refugio que ahora se había convertido en su santuario privado. Para satisfacer sus necesidades físicas, Lyra utilizaba un juguete sexual, pero cada vez que lo usaba, su mente y su corazón estaban llenos de recuerdos de Ethan. En esos momentos de intimidad solitaria, su mente volvía a revivir los momentos compartidos con su amado, recordando su amor, su pasión y su compañía.
Así, Lyra viviría el resto de sus días en la paz del bosque, llevando consigo el recuerdo de Ethan en cada suspiro, en cada pensamiento y en cada latido de su corazón. Para ella, él era su único y eterno amor, y mientras permaneciera en ese bosque, su espíritu siempre estaría unido al de él.
A partir del siguiente capítulo, la historia de Noah y sus esclavas continúa después de abandonar la ciudad de Elysium.
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The Ring and the Necklace
story
La historia gira en torno a Noah, quien utiliza artefactos mágicos para ejercer un control total sobre su hermana, Samantha. A través de manipulaciones mentales, Noah moldea la relación con Samantha según sus deseos, llevándola a expresar un amor incondicional y sumisión total hacia él. La trama explora temas de dominio, sumisión y manipulación en una dinámica entre hermanos llena de intensidad y oscuros deseos.
Updated on May 6, 2024
by Alman02
Created on Mar 26, 2024
by Alman02
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