Un nuevo destino

La escena se desarrolla en la sala de la casa de Alexander. Noah, Alexander, Morgana con Samantha en sus brazos y Natalia están reunidos discutiendo sobre la idea de huir y comenzar una nueva vida.

Alexander: (dirigiéndose a su esposa) Natalia, sé que es una decisión difícil, pero creo que es lo mejor para nuestra familia. Podremos empezar de nuevo en un lugar donde nadie nos conozca.

Natalia mira a su esposo, indecisa al principio, pero luego suspira resignada.

Natalia: (susurrando) Está bien, Alexander. Confío en ti. Si crees que es lo correcto, te seguiré.

Noah, observando la conversación con interés, se acerca a la pareja.

Noah: (dirigiéndose a Alexander) Excelente, amigo mío. Mañana será un nuevo comienzo para todos nosotros.

Alexander asiente, agradecido.

Alexander: (a Noah) Gracias, Noah. Estaremos eternamente agradecidos por tu ayuda y generosidad.

Noah sonríe, asintiendo.

Noah: No hay necesidad de agradecer. Estamos juntos en esto.

Alexander luego se dirige a Noah.

Alexander: Mi señor, tenemos un cuarto de invitados donde podrán descansar. Por favor, síganme.

Noah asiente y se vuelve hacia Morgana.

Noah: Morgana, acompaña a mi hermana al cuarto de invitados y asegúrate de que esté cómoda.

Morgana asiente con sumisión.

Morgana: Sí, mi querido amo.

Noah: (mirando a Morgana) Y después... será tu turno de recibir mi atención.

Morgana, ligeramente sonrojada pero con una pequeña sonrisa, sigue a Alexander hacia el cuarto de invitados con Samantha en brazos.

La escena se desarrolla en el comedor de la casa de Alexander. Noah, Alexander, Natalia, Emily y Morgana están sentados alrededor de la mesa, disfrutando de una cena tranquila.

Emily, la hija de Alexander y Natalia, se acerca a Noah con curiosidad.

Emily: (sonriendo) ¿Eres amigo de papá, verdad?

Noah asiente con una sonrisa.

Noah: Sí, Emily, soy amigo de tu padre.

Emily: (entusiasmada) ¿Y cómo se conocieron? ¿Qué hacen juntos?

Noah responde con paciencia, explicando algunos detalles de su relación con Alexander, mientras Emily escucha atentamente.

Mientras tanto, Morgana permanece cerca de Noah, atenta a sus necesidades.

Morgana: (susurrando) Mi señor, ¿puedo servirle algo más?

Noah se gira hacia Morgana y le sonríe.

Noah: Morgana, siéntate en mi regazo y únete a nosotros. No tienes que estar detrás de mí todo el tiempo.

Morgana, sintiéndose un poco avergonzada pero feliz, asiente y se sienta en el regazo de Noah.

Morgana: Gracias, mi señor.

Emily, observando a Morgana pensando que es una mujer muy hermosa, se acerca con curiosidad.

Emily: (mirando a Morgana) ¿Eres la novia de Noah?

Morgana se sonroja y baja la mirada, sin saber qué responder. Noah, por su parte, abraza a Morgana con ternura.

Noah: Sí, Emily. Morgana y yo somos novios. Al principio fue difícil, pero ahora la tengo en la palma de mi mano y estamos muy felices juntos.

Emily asiente maravillada, imaginando su propio cuento de hadas.

Mientras tanto, Alexander observa la interacción entre Noah, Morgana y Emily con una mezcla de preocupación y resignación ya que abe que su amigo tiene bajo control mental a Morgana, pero también reconoce que ella parece feliz en presencia de Noah. Con un suspiro, decide dejar de lado sus preocupaciones por ahora y disfrutar del momento junto a su familia.

La cena transcurre en un ambiente de armonía y camaradería, con risas y conversaciones animadas que llenan la habitación. Todos están decididos a disfrutar de este momento juntos, sabiendo que el mañana les depara un nuevo comienzo lleno de esperanza y oportunidades.

La habitación está sumida en la penumbra, solo iluminada por la débil luz de la luna que se cuela por las cortinas entreabiertas. Noah observa en silencio a su hermana, Samantha, mientras duerme plácidamente en la cama derecha, su belleza tranquila y serena como una obra de arte en reposo.

Él, por su parte, se encuentra solo en la otra cama, vestido únicamente con un boxer que apenas cubre su figura. Sus ojos vagan por la habitación cuando la puerta se abre con suavidad, revelando la figura de Morgana, envuelta en una exquisita pijama de seda blanca que realza su atractivo.

Noah no puede evitar sentir una oleada de excitación al verla, su mirada se centra en los contornos de su cuerpo, en especial en sus pechos, que se destacan bajo la tela suave de la pijama. La visión de los delicados contornos de sus pezones a través de la seda enciende el deseo en lo más profundo de Noah, haciendo que su pulso se acelere.

Con voz autoritaria, Noah ordena a Morgana que se acerque a él. La sirvienta, emocionada por la atención de su amado amo, se acerca con pasos ligeros y una sonrisa tímida en los labios. Al subirse a la cama, sus grandes pechos se balancean seductoramente, atrayendo la mirada de Noah con una intensidad irresistible.

Noah la observa con deseo mientras se acomoda sobre él, sintiendo el suave roce de su piel contra la suya. Morgana, emocionada por el contacto con su amo, se estremece de placer mientras se entrega por completo a sus deseos.

Noah observa con avidez el cuerpo seductor de Morgana, su leal sirvienta bajo su control mental, y sus manos recorren su abdomen con ansias de explorar cada centímetro de su piel. Sus dedos se deslizan sobre su vientre, sintiendo la suavidad de su piel bajo la tela de la pijama. Sin embargo, su atención se centra en los voluptuosos pechos de Morgana, tentadores y prominentes bajo la tela.

Con una mezcla de deseo y autoridad, Noah juega con los pechos de su sirvienta, apretándolos y golpeándolos suavemente mientras siente su suavidad entre sus manos. Luego, sin vacilar, desliza sus manos debajo de la pijama de Morgana, buscando con avidez los duros pezones que tanto lo excitan. Al encontrarlos, los aprieta y los retuerce con cuidado, disfrutando de la reacción de su sirvienta.

Entre gemidos contenidos, Morgana se esfuerza por mantener la compostura mientras su amo la acaricia y manipula a su antojo. Las palabras de elogio de Noah la hacen sonrojar, su corazón latiendo con fuerza en su pecho ante la afirmación de su belleza.

Noah, consciente del cansancio que lo aqueja después de un día lleno de actividades, decide recompensar a su fiel sirvienta con una sesión de besos apasionados. Con una sonrisa de gratitud, Morgana acepta el gesto de su amo y se inclina sobre él para compartir un momento de intimidad.

Sus labios se encuentran en un beso apasionado, y las lenguas de ambos se entrelazan en una danza ardiente. A pesar del deseo desbordante, se esfuerzan por contener los sonidos de placer, conscientes de la necesidad de mantener silencio para no perturbar el reposo de los demás. En ese instante, solo existe la conexión intensa entre amo y sirvienta, alimentada por el fuego del deseo y la gratitud mutua.

Mientras Morgana se entrega al apasionado beso con su amo, su mente vuela a través de los recuerdos que han marcado su relación con Noah. Antes, su vida se centraba en su trabajo como sirvienta, siempre manteniendo una compostura elegante y seria. Recuerda cómo solía ver a Noah, como un niño mimado por su hermana y con una atracción perturbadora hacia ella, algo que en su momento le resultaba repulsivo. Morgana protegía a Samantha con fiereza, asegurándose de que Noah no le hiciera ningún daño.

Pero todo cambió desde que Samantha le regaló ese brazalete. En ese momento, Morgana se dio cuenta del amor que sentía por Noah. La persona que antes le resultaba indiferente se convirtió en su razón de ser, su todo. Ahora, Morgana lo protegería con todas sus fuerzas, dispuesta a darlo todo por él. Ya no le importa el pasado o las opiniones que tenía antes, ahora solo importa el amor que siente por su amado Noah.

Mientras disfruta del beso, Morgana se llena de felicidad al imaginar un futuro junto a Noah. Sueña con llevar en su vientre los hijos de su querido amo, una idea que la llena de emoción y esperanza. En ese momento, Morgana se siente completa, más feliz de lo que jamás había imaginado ser.

Noah se despierta con la voz preocupada de Morgana llamándolo. Con un sobresalto, se levanta y ve a su hermana aún dormida. Morgana le explica que Samantha no ha despertado y que ha intentado de todo, pero sin éxito. Noah piensa que es posible que Samantha todavía esté bajo la influencia del control mental.

Decidido a despertarla, Noah utiliza su nuevo poder sobre su hermana. Concentrándose, envía una orden a su mente dormida, y Samantha comienza a despertar. Sus ojos, todavía de un color morado inquietante, se abren lentamente. Al ver a su amo, Samantha se arrodilla ante él, reconociendo su autoridad y preguntando qué necesita hacer.

La excitación recorre a Noah al ver a su hermana convertida en un títere obediente, pero decide regresarla a su nueva personalidad amorosa para evitar llamar la atención. Samantha vuelve a ser la que está profundamente enamorada de su hermano y dispuesta a hacer cualquier cosa por él. Sus ojos vuelven a su color azul habitual, y recupera su personalidad cariñosa hacia su hermano.

Sin poder contener su alegría, Samantha se lanza sobre Noah, ambos cayendo de la cama en un abrazo apasionado mientras ella lo besa. En medio del momento íntimo, Natalia, la esposa de Alexander, llega al cuarto, sorprendida por el ruido. Al ver a Samantha besando a su hermano en las mejillas, sonríe y comenta sobre lo cercanos que son, antes de retirarse.

Noah les ordena a sus esclavas que se vistan y se preparen, ya que pronto saldrán de viaje. Con la situación bajo control, se preparan para el siguiente paso en su nuevo camino juntos.

Noah se despierta con la voz preocupada de Morgana llamándolo. Con un sobresalto, se levanta y ve a su hermana aún dormida. Morgana le explica que Samantha no ha despertado y que ha intentado de todo, pero sin éxito. Noah piensa que es posible que Samantha todavía esté bajo la influencia del control mental.

Decidido a despertarla, Noah utiliza su nuevo poder sobre su hermana. Concentrándose, envía una orden a su mente dormida, y Samantha comienza a despertar. Sus ojos, todavía de un color morado inquietante, se abren lentamente. Al ver a su amo, Samantha se arrodilla ante él, reconociendo su autoridad y preguntando qué necesita hacer.

La excitación recorre a Noah al ver a su hermana convertida en un títere obediente, pero decide regresarla a su nueva personalidad amorosa para evitar llamar la atención. Samantha vuelve a ser la que está profundamente enamorada de su hermano y dispuesta a hacer cualquier cosa por él. Sus ojos vuelven a su color azul habitual, y recupera su personalidad cariñosa hacia su hermano.

Sin poder contener su alegría, Samantha se lanza sobre Noah, ambos cayendo de la cama en un abrazo apasionado mientras ella lo besa. En medio del momento íntimo, Natalia, la esposa de Alexander, llega al cuarto, sorprendida por el ruido. Al ver a Samantha besando a su hermano en las mejillas, sonríe y comenta sobre lo cercanos que son, antes de retirarse.

Noah les ordena a sus esclavas que se vistan y se preparen, ya que pronto saldrán de viaje. Con la situación bajo control, se preparan para el siguiente paso en su nuevo camino juntos.

Noah observa con diversión cómo sus esclavas hipnotizadas se ven obedientemente, pero decide jugar un poco con ellas antes de partir. Comienza a manosear los voluptuosos pechos de su hermana y las partes bajas de Morgana, disfrutando de la reacción de ambas mujeres.

Samantha, sonrojada pero complacida, comenta con tono juguetón: "Oh, querido hermano, ¿desde tan temprano ya estás tocando a tu hermana? Eres un pequeño travieso".

Mientras tanto, Morgana, sumida en el placer de las caricias de su amo, susurra con una voz dulce: "Querido amo, sus manos se sienten tan bien en mí".

Noah, entre risas, les ofrece detenerse si lo desean para facilitarles el proceso de vestirse, pero ambas chicas responden al unísono: "Puedes hacer lo que quieras, nunca te negaremos nada, amo".

Con una sonrisa satisfecha, Noah continúa jugando con ellas antes de partir hacia su nuevo destino, sabiendo que su poder sobre ellas es absoluto y que siempre estarán a su disposición. Y mientras se alejan, no puede evitar sentir la excitación de tener bajo su control a dos mujeres mayores que él.

Después de un momento de diversión con sus esclavas, Noah y las chicas se reúnen con Alexander y su familia. Natalia nota que ambas chicas están algo agitadas y sonrojadas, y les pregunta si todo está bien. Las chicas, sin revelar lo que realmente sucedió, dan una excusa a Natalia para tranquilizarla.

Luego, todos se dirigen con el amigo de Alexander que les ayudará a escapar del reino y comenzar una nueva vida en otro lugar. Suben al carruaje, dejando atrás su antigua vida y preparándose para un futuro incierto pero lleno de posibilidades. Noah, con sus esclavas a su lado y el control total sobre ellas, se siente confiado en el nuevo camino que están por emprender.