Detrás del establo.

Tras un viaje cansado, por fin llegamos a nuestra última parada. Amelia se había aferrado a mi espalda durante todo el trayecto, con sus brazos rodeándome el cuello. Cuando la bajé suavemente al suelo, aún podía sentir el calor de su cuerpo apretado contra mi espalda. Especialmente aún podía sentir la sensación de sus tetas presionando contra mi espalda. Ahora estoy convencido de que sus tetas han crecido aún más.

"¡He disfrutado del viaje!", dice Amelia con una sonrisa de lado a lado.

"Me alegra oír eso porque, a la vuelta, tienes que llevarme a cuestas", contesto en broma, aunque en realidad yo también he disfrutado del viaje, pero por otros motivos.

" Oh, es extraño... Parecías feliz mientras me llevabas. Pensé que lo habías disfrutado tanto como yo", dice Amelia con una sonrisa pícara tratando de ponerme nerviosa. Pero antes de que se salga con la suya, corto la conversación y me dirijo hacia la puerta.

"Ol-Olvidemos eso y vayamos a lo que hemos venido", digo, pero mi voz me traiciona y, mientras me dirijo a la puerta, puedo oír a Amelia reírse.

Al acercarme a la entrada, me recibe una mujer mayor de aspecto amable. Es la abuela de Emma y Mia. Después de intercambiar palabras de cortesía, nos invita a pasar y a ponernos cómodos. Mientras nos acomodamos, me tomo un momento para explicarle el motivo de nuestra visita. Cuando acabo, me mira sorprendida.

"Es extraño", responde, con las cejas fruncidas por la confusión.

"Hace unos días, la madre de Mia le pidió que cogiera el dinero y se lo entregara al señor Enzo. Es bastante extraño que aún no lo haya hecho". Hizo una pausa breve, contemplando la situación, antes de continuar: "Si no es mucha molestia, ¿podrías subir al segundo piso y preguntarle a Mia? Debería estar en su habitación".

"Claro", respondí.

Amelia y yo subimos al segundo piso y, una vez frente a la habitación de Mia, llamé a su puerta y la llamé: "Mia, ¿estás ahí? Vengo a por el dinero para el festival".

"¿Darx?" , oí decir a Mia detrás de la puerta para después, oírla levantarse de su cama y correr a abrir la puerta.

"¡Estoy tan feliz! No puedo creer que hayas venido a verme. No te quedes ahí, entra..." Dijo Mia en cuanto abrió la puerta,

La alegre invitación de Mia a entrar en su habitación con una sonrisa en la cara cambió en cuanto sus ojos se fijaron en Amelia. El comportamiento de Mia, antes cálido y hospitalario, ahora ha sido cambiado por uno frío y distante, lleno de disgusto absoluto, todo por culpa de la presencia de Amelia. La tensión es palpable, y puedo sentir la animosidad entre las dos mujeres.

"... ¿qué haces tú aquí?", le pregunta Mia a Amelia con cara de fastidio.

Por alguna razón, nunca se han llevado bien. Cuando éramos niños, Amelia, Oliver y yo solíamos jugar con Mia y Emma, pero desde entonces era obvio que Mia y Amelia no se caían bien. Por eso, Mia dejó de salir con nosotras y empezó a salir más con Cal y Fabe. Y como Emma siempre sigue a su hermana Mia, pronto también nos dejó y se fue con ellos.

...me siento como un ratón en medio de dos gatos.

"Eres una bruja". Mia le dijo a Amelia.

"¿Q-Qué has dicho?" Dijo Amelia desconcertada.

La situación se está descontrolando. Ambas en una postura como si estuviesen dispuestas a pelear.

"¡Que os calméis las dos! Por favor, Mia, dame el dinero y nos vamos".

"..."

"Tss, esperen aquí..."

Mia me pide que espere mientras me mira con ojos tristes. Por alguna razón, me hace pensar que le he hecho daño. Mia se da la vuelta y se dirige a un escritorio al otro lado de su habitación, pero antes de llegar, se detiene unos segundos sin decir nada. Luego se da la vuelta.

"Es verdad..." Mia habla con una rara sonrisa en la cara, "Ahora que me acuerdo, le di el dinero a Emma. Si lo quieres, tendrás que preguntarle a ella".

"¿Y dónde está?", pregunté.

"En al establo. Emma debe estar allí ahora". me dijo Mia mientras se cruzaba de brazos y seguía con esa extraña sonrisa en la cara.

Hay algunas preguntas que me rondan por la cabeza, pero siento que no llegaremos a ninguna parte, y ya hemos perdido mucho tiempo. Lo mejor que puedo hacer por ahora es ir a buscar a Emma al establo, como dice Mia, y así me aseguro de que Mia y Amelia no vuelvan a discutir.

"En ese caso, iremos a verla", le respondo a Mia.

"Nos vemos, Darx, pásalo bien", dice Mia con un tono de voz extraño.

"¿Ahh? C-Claro..."

Salimos de la casa y nos dirigimos hacia el establo situado en la parte trasera de la propiedad de su familia. En el camino, Amelia permaneció inusualmente callada. Es raro ver a Amelia de mal genio, pero parece que el mero hecho de tener que hablar con Mia consigue hacer precisamente eso.

Después de caminar un poco, llegamos al establo. Es un edificio de dos plantas con una gran entrada donde descansaban los caballos. Los recuerdos se agolparon en mi memoria cuando recordé los momentos que pasamos jugando en este mismo lugar cuando éramos apenas unos chiquillos. Las imágenes y los sonidos familiares del establo me hicieron sonreír y no pude evitar sentir un sentimiento de nostalgia. Sin embargo, una vez dentro, no pudimos ver a Emma por ninguna parte.

"¿Nos habrá mentido?", preguntó Amelia con cara de fastidio.

"No estoy seguro. Quizá esté arriba", dije, viendo cómo Amelia se alteraba cada vez más.

Incluso desde abajo, somos capaces de vislumbrar la parte superior de la zona destinada principalmente al almacenamiento de herramientas. Aunque sea un espacio pequeño, no hacia daño mirar más de cerca. Pero como había previsto, una vez arriba, Emma tampoco estaba.

"Voy a asegurarme de que Mia pague por habernos mentido", dijo Amelia, muy molesta mientras apretaba el puño.

"Tranquila, Amelia, a lo mejor Emma está en el fondo del...".

Y nada más decir eso, oímos ruidos procedentes de la parte trasera del edificio.

"Mira, debe de estar ahí detrás", dije mientras me acercaba a una pequeña ventana con vistas a la parte trasera , dispuesta a llamar a Emma, pero lo que vi me hizo volverme atrás de un salto.

De pie junto a la ventana, mis ojos se fijaron en la escena que se desarrollaba detrás del establo. Mi expresión debió de delatar mi conmoción y sorpresa, porque Amelia, que estaba a mi lado, dirigió también su atención hacia la ventana. Cuando echó un vistazo al exterior y vio lo que estaba ocurriendo, se llevó la mano a la boca instintivamente, ahogando cualquier jadeo o grito que pudiera haber escapado de sus labios. Sus ojos se abrieron de par en par, asimilando la impactante imagen que tenía ante ella. Los dos nos quedamos inmóviles, sin poder apartar la mirada de la escena.

"Aahn.....,. Nh, Ahn......, AhHahn......, Nnh......"

"Ahh.... E-espera... despacio... A, A, Ahn......"

"¡Mierda, tienes un coñito tan apretado!"

"Ha, Aah......, Aa......."

Al mirar hacia abajo, mis ojos se topan con la imagen de Emma, con el cuerpo contorsionado y apretado contra la pared del establo. Su blusa desabrochada cuelga abierta, revelando sus pechos balanceándose con cada movimiento. Tiene la falda por encima de la cintura y la ropa interior en la pierna izquierda, a ras de suelo. Su rostro es una imagen de puro placer, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos mientras emite una serie de gemidos bajos y ruidosos. Está claro que está lo disfrutando inmensamente.

Y entonces veo a Fabe de pie detrás de ella, sus caderas empujando rítmicamente hacia delante mientras la toma por detrás. Sus manos agarran firmemente sus caderas, tirando de ella hacia él con cada embestida.

A......, Aaah.....,. Au, Nh......, AnH, A, Ah......, AAhn......

"¡Oh, Dios, sí, ¡Emma! ¡Tu coño es increíble!"

Durante mucho tiempo, creí que Emma sentía un odio profundamente arraigado hacia Fabe. Cada vez que su nombre salía a relucir en una conversación, ella soltaba una perorata sobre su odioso comportamiento y el cruel trato que daba a Oliver, su querido amigo de la infancia. Era bien sabido que Fabe era un matón, y su implacable tormento a Oliver debería haber bastado para que Emma lo odiara con cada fibra de su ser, y sin embargo puedo ver la forma en que el cuerpo de Emma respondió al contacto de Fabe. Y Fabe... bueno, parecía deleitarse con el poder que tenía sobre ella. Mientras le metía la verga hasta el fondo, los pechos de Emma rebotaban con cada movimiento, aumentando los sonidos lascivos y húmedos.

Era una escena perturbadora.

* bofetada *

"Agg... Ahgg....No me abofetees el culo... AaNh......, lo siento......"

"¿¡No te dije que dejaras de hablar con el cerdo!? Busca cualquier pretexto para intentar acercarte su pequeño pene".

""Aaah.....,. Au, Nh...... Oliver no es así.... W.. Sólo somos amigos... aanh..."

Tras decir eso, Emma entrecerró los ojos, y Fabe masajeó sus temblorosos pechos mientras metía y sacaba su polla de ella. Se pueden ver lágrimas de placer formándose en los ojos de Emmas mientras deja escapar un pequeño grito de vergüenza.

"Vamos, muévete más rápido", le gritó Fabe a Emma.

"A......, Aah.....,. N-no puedo... A, unh......"

"Ha, Ah......, n, Unh......

"No me des excusas, y hazlo."

“N, Aah, Nn......, ¿T-te gusta asi......?"

"Sí......Eso es..., Aah..."

Estaba tan concentrado en lo que ocurría frente a mí que olvidé que Amelia estaba a mi lado. Al girarme para verla, Amelia estaba en trance. No parpadeaba. Sus mejillas estaban enrojecidas y sus dos manos le tapaban la boca. Tal vez Amelia sintiera lo mismo que yo: una mezcla de confusión, sorpresa y excitación. Estaba a punto de llamar a Amelia cuando las palabras procedentes de Emma me hicieron volverme.

"A, unhm... Me estoy corr... Aah, Nn..."

"Aaah......, A, Ahn....., Auhn....., Ahh..."

"Yo también."

" Hazlo a-afuera.... Aaah.... ¡¡¡Ah, me corro, me corro!!!"

"¡C-Cállate...! ¡¡¡M-mierda!!!"

Fabe empujó tan profundo como pudo y luego liberó todo dentro de ella. Emma deja escapar un fuerte gemido mientras su cuerpo se pone rígido, y la polla de Fabe sale poco a poco del interior de Emma mientras su semen se desliza por sus piernas.

"A-Amelia, tenemos que irnos".

Cogí de la mano a Amelia, que seguía en estado de shock, y la saqué del establo. Intento caminar lo más normal posible, pero después de ver lo que vimos, es imposible no estar duro. Una vez fuera, nos miramos sin saber qué decir.

"No me lo esperaba". Fue lo primero que se me ocurrió decir para romper el incómodo silencio.

"A mí también me sorprendió..." , respondió Amelia sin poder mirarme a los ojos.

"..."

No sé qué decir...

En ese momento, noto que Amelia baja la mirada y, con cara de asombro, se da la vuelta. ¿Eh? ...Oh, habrá visto el bulto de mis pantalones y se habrá dado cuenta de lo duro que estaba.

"L-Lo siento", contesté, dándole la espalda e intentando ocultar mi erección.

"No te preocupes. Es algo inevitable en los hombres".

"....."

Como surgida de la nada, Mia se materializa ante nosotros. Su aguda capacidad de observación capta el enrojecimiento de nuestros rostros y no puede evitar preguntarnos si acaba de ocurrir algo. "Parece que os lo habéis pasado bien", comenta con un toque de ironía en la voz. Sus ojos van y vienen entre Amelia y yo, tratando de encontrar alguna pista que explique el rubor de sus mejillas.

"Ahh, la verdad es que no..." respondo.

Ni Amelia ni yo sabíamos qué decir. Amelia sólo intentaba ocultar su cara roja mientras yo trataba de ocultarle mi empalmada a Mia.

"Por cierto, me acordé de que tenía el dinero al final y vine a dártelo", dijo Mia con una sonrisa burlona.

"¿Q-qué? preguntó Amelia con incredulidad.

"Perdona, pero no pareces molesta", dice Mia mientras centra su mirada en mi duro miembro.

S-Se da cuenta... Solo puedo intentar ocultarlo con las manos.

"Bueno, me voy. Pero asegúrate de volver a visitarme, Darx. Solo que esta vez, ven solo. Adiós", dijo Mia mientras nos daba la espalda y empezaba a caminar de vuelta a su casa.

Creo que sabía lo que sucedería.