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Chapter 5
by Delamugre
Al día siguiente...
DIA 3: EDFU Y KOM OMBO (MAÑANA)
Era a primera hora de la mañana. Yo no suelo dormir mucho así que me levanté pronto, preparado para seguir con mis planes.
Otra función de la app que no había explicado era la de fantasma. Con ella, podía volverme invisible e incorpóreo. No podía volar pero podía atravesar las paredes. El día anterior, escuché y memorice las habitaciones de todos los miembros de mi grupo, por lo que me dirigí para mis dos jóvenes objetivos de esa mañana.
Los dos hermanos, Carlos y Lucas, aún dormían cuando yo entre como un fantasma. El plan para corromperlos aún continuaba. Al mayor, Carlos, le envié está vez una elaborada trama sobre sexo homosexual e imágenes y videos para simular un sueño erótico. El chico pareció agitarse, así que lo dejé disfrutar.
El menor, Lucas, dormía plácidamente a su lado. El joven llevaba todo el día anterior con su sesión de lengua en el culo. Hoy iría a un paso más. Usé la estimulación para meterle un dedo mientras que con la lengua le hacía una mamada digital. El adolescente también pareció agitarse, pero siguió durmiendo. Iba a marcharme cuando una idea oscura apareció en mi mente. ¿Y si aceleraba el proceso?
Con el móvil en la mano, por si tenía que parar el tiempo, me acerqué al chaval dormido. Le aparte la fina sábana de encima y vi su pantalón corto de pijama de Spiderman que me volvió loco. Luego, poco a poco, le fui bajando el pantaloncillo para ver qué dormía sin ropa interior. Su culo, gordo y aún infantil parecía llamarme. En el otro lado, estaba su polla, coronada por una mata espesa de vello castaño, erecta y húmeda. El dedo digital en el culo del chico le había excitado. No pude aguantarme más. Parando con la estimulación, coloque mi lengua en su agujerito y con delicadeza comencé a comérmelo. Lucas, acostumbrado a la lengua digital, pareció casi no darse cuenta, por lo que yo pude disfrutar bien de lamer ese ojete adolescente. Me atreví incluso a meterle un poco de un dedo, pero eso le agito más y me aparté. Aun así, estaba muy cachondo. Le envié una idea subliminal sobre que acariciarse y meterse cosas por el culo le gustaba, como ya había experimentado. Luego me puse a la altura de su carita inocente. Pare el tiempo, para asegurarme, y luego me masturbe con ganas. Me corrí sobre su cara mientras le decía burradas. Luego, le dejé como estaba, con la cara llena de semen y el pantalón bajado. Antes de irme, abrí la boca de su hermano mayor y me limpié con su lengua. Dejé a ambos para más tarde, aún tenía trabajo esa mañana.
Tenía algo de tiempo antes de aparecer de nuevo por mi camarote. Le había dicho a mi marido que quería ver la salida del sol desde cubierta mientras el se duchaba así que, en modo fantasma, fui a por mi siguiente objetivo, Jorge. Los recién casados estaban cerca de mi camarote. Cuando llegue los vi acaramelados. Desde que le vi, Jorge me pareció muy atractivo. Era gordito, lo que reforzaba mi fase, y sus chichas le quedaban genial. Además era muy guapo. Me quedé en una esquina del cuarto y, sin miedo a que me descubrieran, pues iba en fantasma, poseí el cuerpo de Jorge.
-Bueno-le dije a su mujer con su voz- Voy a ducharme.
Sin esperar respuesta, entre en el baño del camarote y cerré la puerta. Su reflejo me devolvió la mirada. Me fui desnudando, fijándome en todo mi cuerpo. Cuando me quite el calzoncillo, pude ver mi polla ya dura, cachondo de verme a mí mismo. Sonreí y comencé a masturbarme. La polla era gorda pero no larga. Aun así era preciosa. Tenía el pubis recortado, seguramente para disfrutar con su mujer la luna de miel. Me masturbé casi con furia, envidioso de no poder poseer, de otra manera, el cuerpo de Jorge. Si, podía follarlo con el tiempo parado y… con otros métodos. Pero cada día que le conocía, cada nueva conversación, el hombre me atraía más. Necesitaba que el se acercara a mí por su cuenta. No sería fácil, pero era el día 3 de 8. Aun tenía tiempo. Me corrí sobre el espejo con rabia, abandonando el cuerpo en ese momento. Luego, en forma fantasma, entre al baño a ver cómo Jorge, comenzaba a limpiar rápidamente el espejo
-Mira que eres tonto- se decía a si mismo, entendiendo que mis actos habían sido los suyos. Ver su cara de chico bueno limpiando mi desastre me enamoró y excito más aún. Intenté plantar una semilla, una esperanza. Se acababa de casar y, al hacerlo, renunciaba a ciertas cosas, ciertas experiencias nuevas. Quizás, sexo con otras personas. Podía ir por allí mas adelante. Pensé.
Ya en el desayuno del buffet, mientras comía con la gente de mi mesa, entre ellos mi amado Jorge y el simpático y campechano Tomás, vi aparece a otro de mis objetivos. Era Juanjo, uno de los novios invitados por la familia de su novia. Desde que lo vi, sabía por dónde atacarle y que sería el más fácil de corromper. Estaba bueno, y el lo sabia. No era ese tipo de belleza de modelo, de músculos esculpidos como si fueran estatuas griegas. Tenía su grasa bien puesta, y era muy guapo, y alto. Mientras desayunaba en otra mesa le plante mi semilla. El quería gustar, necesitaba que la gente adorase su cuerpo. Para ello, había que mostrarlo. Estaba convencido de que en menos de un día lo tenía mostrando su cuerpazo al resto del grupo.
Esa mañana fuimos al templo de Edfu, que disfruté como un enano. Como en el otro día, dejé mis aventuras sexuales para momentos más aburridos e interesantes. Eso sí, no pude dejar de pensar en como sería disfrutar de los cuerpos de los numerosos hombres que me cruzaba en mi camino. Sonreí al ver que Juanjo, el buenorro, ya se había arremangado las mangas de su camiseta corta para que todos pudieran ver sus brazos musculosos. Ni un par de horas había tardado.
En cuanto al guía… bueno, Mohammed era eficaz en la logística pero bastante seco. Sus explicaciones eran concisas pero sin emoción. Eso sí, tenía un culo duro y gordo. Decidí en ese momento que pondría al guía en mis juegos. ¿Cómo atacarle? Vi como lanzaba una mirada asesina a un par de mujeres que charlaban y no prestaban atención a su explicación. Claro, ego. Le sugestione para reforzar su idea de superioridad por sus conocimientos y sobre el desprecio hacia esos turistas engreídos que iban a su tierra a aprovecharse. Mi plan, hacer que Mohammed piense que tiene derecho o deber de follarse a esos turistas.
En el viaje de retorno del autobús, decidí reforzar mis influencias sobre los hermanos rubios. Al mayor, le envié de nuevo más y más imágenes de hombres desnudos, está vez teniendo sexo entre si. Envié unas cuantas sobre hombres maduros follándose a jovencitos, y, en ese momento, usé la estimulación para hacerle disfrutar mediante una pasada de lengua suave por su cuerpo y sus huevos. Disfruté al ver cómo se empalmaba al momento. Divina juventud. Por último envié un deseo, ver porno homosexual. Ahora solo quedaba esperar a que mordiera el anzuelo.
En cuanto a su hermano menor, le aplique una estimulación similar a la de los otros días, pero está vez, introdujendo un dedo digital en su ano. El chico se removió un poco en su asiento, pero siguió mirando absorto su móvil. Esa tarde podría subirlo a dos dedos para que comenzará a relacionar penetración anal con placer.
Como hacer esto me puse cachondo, y viendo que Víctor, el niñato de gran pollón, estaba semi dormido, paralice el tiempo, le puse a cuatro patas sobre el pasillo del autobús y le folle la boca.
-Ahora eres tu el mamón- le dije.
El objetivo era solo correrme en su cara, pero verle en esa posición me puso muy cachondo así que, dándole la vuelta con el móvil, le baje los pantalones cortos y me comí su culo con deleite. Luego coloque mi polla y me lo folle. Ese culo virginal me supo a gloria. Me aproveche de el como quise. Agarrando sus nalgas con fuerza mientras le daba más y más fuerte.
-De esto te despiertas seguro- le dije, mientras le daba un par de cachetes y le escupía en su culo escurrido. Acabe corriéndome dentro de su ano. Me la saqué y me la limpie en su boca abierta. Dejé un par de gotas densas en su lengua para luego, volver a mí sitio, reiniciar la posiciones y activar el tiempo. Evidentemente, Víctor se despertó repentinamente. No le dio más importancia, aunque al bajar del autobús pude ver cómo se rascaba el culo.