World's Conflux

Una voz mecanizada que se repetía en un bucle le hizo recobrar el sentido. Notaba un profundo dolor de cabeza, y cuando intentaba recordar qué le había ocurrido, solo hallaba un vacío doloroso. Se fijó por primera vez en las palabras del autómata.

-Buenosdíasledeseamosunbuenconfinamiento-Una tras otra vez el robot enunciaba esta frase sin parar, parecía averiado. Y ahora que se fijaba, la propia habitación en la que se encontraba tampoco parecía encontrarse en el mejor de los estados. Había un cuadro torcido, restos de lámpara por el suelo, la alfombra se había encaramado en la pared, habían restos de ropa, toda idéntica, esparcidos por todo el lugar, una serie de monos naranjas con un nombre escrito "Chell", estaban distribuidos caóticamente por la sala, alguno incluso colgado del no funcional ventilador en el techo. Parecía que había tenido lugar un terremoto o similar.

Al cabo de unos instantes un sonido de explosión atronador se sobrepuso a todo sonido incluyendo la incesante charla del mecano escacharrado. Segundos después, una onda expansiva sacudió la habitación, haciendo caer finalmente el inclinado cuadro además de revelar la posición inestable de la habitación. En fin, al menos ahora sabía qué había causado aquella escena, ahora solo falta averiguar quien era y largarse a toda velocidad de donde fuera que se encontraba. En ese momento, una nueva voz, también robótica (aunque esta vez parecía tener matices femeninos), comenzó a hablar por toda la habitación.

-Oh, bien, no has muerto, fantástico-Aquella voz a pesar de notarse carente de todo rastro de vida, lograba sonar molestamente sarcástica. La joven intentó replicarle, pero se dio cuenta de que no le salía ninguna voz, como si se hubiera quedado muda. Además, por primera vez se percató de su desnudez. Sonrojada, trató de cubrirse como pudo y vestir uno de los monos naranjas que había esparcidos por la habitación.-Si, claro, malgasta el tiempo vistiéndote, ¿por qué no? no es como si el universo pudiera explotar en cualquier momento-Prosiguió la voz con aires acusadores

La joven se ajustó la ropa, parecía ser de su talla, aunque no recordara nada, podía juntar los indicios que había observado, el robot averiado hablaba de confinamiento, y tenía unos uniformes de aspecto carcelario que coincidían con su talla...Tenía que considerar sus opciones, si era una prisionera de aquel lugar, con el caos que parecía reinar, podía ser el momento de escapar, o quizás debería escuchar a la nueva voz para tratar de descubrir más sobre la situación actual