Las Mujeres del Demonio

Las Mujeres del Demonio

Español

Chapter 1 by Gian carlos navea meza Gian carlos navea meza

ACATRIEL

Scarlett Johansson, hermosa y sensual rubia, de ojos verdes y piel clara. Mide cinco pies y tres pulgadas de alto. Tiene grandes y turgentes senos copa E, caderas anchas, trasero firme y piernas largas y tonificadas. Tiene veinticinco años y, sorprendentemente, es virgen hasta ahora.

El principe de los demonios leyó atentamente la información traída por uno de sus siervos, apreciando la imagen de la sexy mujer que pronto se convertiría en su primera adquisición.

Se volvió hacia el demonio que le trajo la información.

"Traemela, ahora. Deseo estrenarla esta noche", ordenó firmemente.

Su siervo se inclinó y se marchó del gran salón del trono de su príncipe.

Acatriel se recostó en su trono y sonrió. Estaba ansioso por lo que le haría a este bello angel cuando estuviera en sus garras.

SCARLETT JOHANSSON

Lentamente y con algo de pesadez, Scarlett abrió los ojos, sintiéndose devil y desorientada. No sabía cómo llegó ahí. Había estado vistiéndose para una cena muy importante esta noche. Se suponía que se vería con su novio para celebrar su aniversario juntos, donde tenía planeado entregarle su virginidad como regalo. Cuando estaba por salir de su departamento, apareció una luz roja y encegadora frente a sus ojos, después de eso todo se oscureció.

"Ya despertaste", dijo una voz gruesa y áspera.

La hermosa actriz se volvió hacia donde provino dicha voz y su mandíbula casi se cae al piso con lo que vio.

Era una criatura enorme, de unos dos metros de alto, musculoso y con la piel bronceada. Tenía ojos verdes, el cabello oscuro y unos ¿cuernos? en la frente, además de una larga cola puntiaguda. Era hermoso y llamativo. Pero, lo que más llamó la atención de la rubia, fue esa larga y gruesa polla que parecía medir doce pulgadas de largo y tres de grosor. Sentía que como se hizo agua a la boca con tan solo verla.

El "hombre" se puso de pie y camino hasta ella, bajando los escalones de su enorme trono y deteniéndose unos centímetros de ella.

"Permíteme presentarme, soy Acatriel, príncipe de los demonios. Y tu ahora serás una de mis esclavas por toda la eternidad".

Scarlett sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no de miedo, por alguna razón extraña.

Ella frunció el ceño con confusión. ¿Dijo una de sus esclavas, mi príncipe?".

El demonio sonrió con satisfacción y triunfo, mostrando sus dientes blancos. Tenía una sonrisa sexy, pensó en Scarlett.

"Veo que estas aprendiendo rápido, esclava. Y sí, serás la primera de muchas mujeres que conformarán mi harén".

Se arrodilló frente a ella y le acarició la mejilla tiernamente.

"Pero no te preocupes por eso. Sólo demuestra ser una esclava obediente y talvez te convertirás en mi esposa, dándote mayor prioridad sobre mis otras esclavas".

Scarlett se quedó muda por sus palabras. Decidió reflexionar que, si iba a aceptar, tendría que saber que ganaría a cambio.

"Que recibiré si acepto, mi príncipe". A pesar de estar frente a su captor y deber sentirse molesta, se mantuvo educada y decidió llamarlo por su título.

Acatriel sonrió y le tendió la mano, ayudándole a ponerse de pie.

"Si tú aceptas, te concederé la vida eterna. Seras una humana inmortal, bella y joven hasta el final de los tiempos. Tendras todo lo que deseas, joyas y riquezas más allá de tu imaginación. Siempre y cuando no me traiciones ni me seas infiel, claro".

La boca de la actriz se abrió con sorpresa, claramente no se esperaba nada de eso. Rapidamente se recompuso, enderezó la espalda, haciendo que sus magníficas tetas se alzaran y le dio su respuesta.

"Acepto".

EI hermoso demonio masculino sonrió con triunfo y regocijo, tomó su mano y la beso, Scarlett sintió como la piel del dorso de su mano ardía ligeramente. Se miro el área donde recibió el beso y vio una marca de un pentagrama rojo brillante en el dorso de su mano derecha.

Sus ojos verdes se encontraron con los de su nuevo "amo".

"Estas marcada ahora. Significa que nadie podrá tocarte o lastimarte sin mi consentimiento", dijo Acatriel seriamente.

Scarlett le sonrió alegremente, sintiéndose la mujer más afortunada del mundo, o en este caso, del inframundo.

Acatriel se volvió hacia dos de sus súbditos, ambos bajaron la mirada con miedo.

"Quiero que la preparen y luego la escolten a mi habitación", posiblemente su amo.

Ambos demonios asintieron y se acercaron a ella, poniendo una mano sobre sus hombros y escoltandola fuera del gran salon.

¿Qué sigue?

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