Ana, historia de una Sexboxer lesbiana

Ana había estado buscando trabajo durante una larga temporada al llegar a Nueva York pero a parte de unos pocos trabajos en cafeterías esporádicos no había conseguido nada decente.

El dinero que había ahorrado para trasladarse a Nueva York desde España se estaba acabando y estaba muy preocupada por este motivo.

La mañana de un miércoles fue una entrevista para un trabajo en un bar. Al llegar se encontró accediendo a un extraño bar con un gran espacio en cuyo centro había un cuadrilátero reglamentario de boxeo.

El dueño del bar la miró de arriba a abajo y le sonrió amablemente.

• Hola, eres Ana? Yo soy John, me han dicho que buscas trabajo de camarera, no es cierto?

Ana asintió con la cabeza y le devolvió la sonrisa a John.

• Hola John, si yo soy Ana y busco trabajo, tengo experiencia como camarera aunque necesito trabajar y no me importaría hacer otras cosas.

John la observó con detenimiento y se rascó la oreja...

-Ana la verdad es que necesito una camarera pero con tu figura creo que podemos ofrecerte cosas mejores. Sabes boxear?

Ana levantó la cabeza y observó el cuadrilátero de nuevo...

-Bueno, si... la verdad es que he recibido clases de boxeo en un gimnasio durante ańos por que mi padre había sido boxeador, pero no me veo golpeando y recibiendo golpes en el ring la verdad...

John le sonrió de nuevo.

• Ana, no hablo de un combate al uso. Ni sangre, ni dolor... y el sueldo es mucho mejor que el de camarera... vamos a hacer una cosa, ven esta noche y te lo explico mientras lo ves en acción... si no te convence, bueno... te doy el puesto de camarera, que te parece?

Ana un poco aturdida responde afirmativamente con un gesto.

-A qué hora debo estar aquí?

John la mira y le seńala al póster de la pared donde Ana puede leer:

“Hoy Sexboxing, Rosalia la furia mexicana VS Rose la Diosa de ébano a las 22:00, entrada 500 $”

• Entiendo... hasta las 22:00, gracias- respondió Ana.