Lo lleva a su casa

El camino a casa fue complicado. El simbionte no paraba de removerse y eso mantenía alerta a Andrea que trataba de evitar a toda costa que alguien se percatara de su presencia.

Cuando estuvo a punto de entrar tomó el tupper entre manos y le habló directamente.

"Escúchame, necesito que me ayudes aquí. Mi familia no debe saber que existes. Así que espero que te comportes. Sino mi violín acabará contigo."

La criatura, entendiendo de lo que hablaba, se calmó.

"Ese es el espíritu" le sonrió.

Tomó la llave de su departamento del bolsillo de sus pantalones para luego abrir la puerta encontrándose con que no había nadie.

"Papá? Mamá?" miró en todos los rincones pero estaba todo vacío.

"Se fueron de emergencia. No van a volver en un par de días." una voz femenina se escuchó.

Al mirar de dónde provenía la voz se encontró con su hermana mayor. Se llevó un fuerte susto ya que había salido casi de la nada.

Tras calmarse le dio una buena mirada de arriba a abajo para quedar boquiabierta. Se veía tan sexy. Una remera roja ajustada resaltaba sus tetas las cuales eran cuatro veces más grandes que las de ella y dejaba expuesto su ombligo. Cada vez que los veía se sentía una tabla. Debajo tenía unas calzas negras que apretaban fuertemente sus piernas resaltando sus nalgas.

Andrea podía decir que lo tenía todo... menos el cuerpo de su hermana. Sentía cierta envidia por eso.

"Hay comida en el horno eléctrico." dijo tomando las llaves de su hermana.
"Y tu a dónde vas?"
"Aprovecho a que no están para salir. No me esperes despierta."

Le dio un beso en la mejilla y salió de la casa sin siquiera permitirle objetar.

"Eso fue frío." un leve movimiento llamó su atención, provenía del alien. "Bueno, al menos tenemos la casa para nosotros solos."

Sacó al alien y lo dejó en la mesa de la cocina mientras se preparaba la cena. Luego ambos se dirigieron al comedor en dónde Andrea prendió la tele para distenderse un poco. Cambió de canal terminando en las noticias donde se sorprendió al ver el lugar donde había impactado el meteorito.

Una científica se encontraba siendo reportada mientras que, de fondo, se veía a varios trabajadores con trajes de protección manipulando la roca.

"Entonces quiere decir que había una forma de vida en aquél meteorito?"
"Encontramos restos de material extraterrestre que podrían indicar que una criatura estaba alojada dentro de él. Desafortunadamente, al no encontrarla, podemos estimar que debe de haber perecido durante su acceso a la atmosfera. Procederemos a investigar los restos para descubrir qué secretos esconden."

Andrea terminó de comer y apagó la televisión.

"Ja, si tan solo supieran que te tengo aquí conmigo."

Tomó el tupper con el simbionte y lo llevó hasta su cuarto. Lo dejó en su escritorio para luego sentarse frente a él y se lo quedó observando por unos minutos. Había algo atractivo en él que provocaba que ella quisiera liberarlo y ver que pasaría, eso no podía negarlo, pero también se encontraba su parte racional que le decía que no cometiera ninguna estupidez.

A todo este dilema había que sumarle el hecho de que había estado todo el día practicando y su cabeza ya no daba para más.

Soltó un fuerte suspiro de cansancio se levantó de su asiento.

"Ya mi día fue lo suficientemente intenso así que ya mañana veré que hacer contigo."

Se desvistió hasta quedar enteramente desnuda. Su piel blanca, su cuerpo delgado que cargaba con dos pequeñas, pero bien definidas tetas y un culo grande, pero no de manera excesiva, todas esas cosas atraían al simbionte que golpeaba el tupper intentando salir.

"Tranquilo, tigre." Agarró su pijama, el cual se componía por una remera usada y unos pantalones cortos ajustados, y se los puso. "Hoy no vas a tener acción."

Tomó un libro grande y lo colocó encima de la tapa del tupper. Luego se acercó a la cama y se acostó.

"Buenas noches alien."

Cerró los ojos lentamente hasta quedar dormida.

Lo que no sabía es que el simbionte no planeaba quedarse de brazos cruzados.