DIA 7: El Cairo (Tarde-3)

Al salir del cuarto de los hermanos me encontré a un Adrián, mi otro jovencito corrupto, con cara de desconsolado. Al preguntarle que le pasaba, me dijo con tristeza en los ojos:

-Acabo de salir de hacer cosas de padres e hijos con otro hombre.

-Entonces bien, ¿No?

El chico siguió mirando al suelo, apesumbrado.

-Era un inglés muy viejo y muy poco atractivo. No me ha enseñado nada y ha acabado enseguida. Yo lo que de verdad quiero es hacer eso con mi padre. ¿Por qué el me rechaza siempre? ¿Ha dejado de quererme?

El momento para dar el ultimo golpe era este. Me acerque al muchacho y le levanté la carita.

-Esta noche tendrás lo que deseas. Confía en mi. Pídele dormir contigo en la misma cama y será tuyo para siempre.

Al adolescente se le iluminó la cara de repente. Me pareció tan guapo en ese momento que me acerqué a sus labios y le bese. El chico me devolvió el beso, y no solo eso, si no que comenzó a tocarme el paquete, que, aunque cansado, empezó a reaccionar al deseo del muchacho.

-No eres un padre-me dijo- pero quiero darte las gracias.

Entonces me llevo a su cuarto. En la cama, me hizo una mamada espectacular para luego, comenzar a cabalgar mi polla con una pasión y unas ganas que hicieron replantearme si me había pasado está vez demasiado con un inocente chico. Luego le vi disfrutando como un colegial y dejé de pensar en ello, le cogí de la cintura y acompañé cada salto con una embestida de mis caderas. Adrián empezó incluso a correrse sin tocarse. Eso me puso a mil y acabé yo eyaculando lo poco que le quedaban a mis huevos secos dentro del adolescente.

-Ha sido… -dijo por fin el chico, desnudo, sudoroso y cubierto de esperma- ha sido brutal.

Me sentí el hombre más macho del mundo después de esa bomba de autoestima. Era ya tarde, así que le di un beso y le volví a insistir en la idea de dormir con su padre. Cuando salí, cambié la sugestión de Salvador, el padre de Adrián, para que tuviera la necesidad de recuperar el tiempo perdido con su hijo al que había rechazado estos días por una tontería. Estaba seguro que el padre aceptaría dormir con su hijo para resarcirlo y ya en la cama… bueno, eso sería para más adelante.