Receptáculo (Entrenador personal mujeriego)

No eran ni las 5 de la mañana y el despertador ya estaba sonando. Somnoliento, Toni despertó de su cama en un piso no muy grande, pero repleto de todo tipo de lujos. Como un zombi, fue poco a poco hasta el baño, donde agarrándose la polla morcillón, comenzó a orinar. Enseguida le llegaron los flashes característicos que el pecador ya relacionaba con los recuerdos y vivencias de su nuevo receptáculo y lo primero que hizo fue maldecir en voz alta, pues el motivo de levantarse tan temprano es que tenia que ponerse a entrenar. Después, comenzó a elaborar el perfil:

NOMBRE: FERRAN BENAVENT VIDAL

EDAD: 32 años

ESTADO CIVIL: Soltero.

PROFESION: Entrenador personal

AFICIONES: El deporte en todas sus vertientes, especialmente las mas extremas, como piragüismo, escalada, parapente, etc. Eso si, siempre deportes individuales. El deporte es y siempre debe ser, una competición contigo mismo. El resto es solo un juego de niños.

FETICHES SEXUALES: ¿Qué si soy de culos o de tetas? De tetas claramente. Pero me gustan todas, desde las gigantes en las que puedes hundir tu cara hasta las pequeñas como si fueran de un tío. Y los pezones... me encanta comerme los pezones.

Eran ya las 11 de la mañana y Toni-Ferran estaba reventado. No solo entrenaba por la mañana, si no que al quedar con sus clientes, entrenaba con ellos. Ahora entendía el fracasado como tenia ese cuerpo. Era imposible no estar esculpido en mármol si corrías 30 kilómetros al día en total. Eso sin contar la alimentación. La dieta de Ferran era tan estricta que cuando pensó en lo que seria comer brócoli y pechuga de pollo hervida durante una semana casi pensó en volver a su propia vida.

Pero había otra opción mejor, huir de Ferran igual que lo había hecho el resto de veces. Solo tenia que realizar una trasferencia. Toni-Ferran se fijo en los clientes del entrenador y selecciono dos posibles objetivos.

El primero de ellos era un calvo cuarentón. Un pedante intelectual al que el medico le recomendó ejercicio. Era un negado en el deporte, pero pagaba bien y parecía tener una vida social entretenida. De fiesta en fiesta.

El segundo era un joven gamer e influencer. Su vida era hacer streaming sobre videojuegos, lo que le reportaba buenos beneficios. Claro está, ese sedentarismo no le había sentado nada bien, y Ferran acudía a su casa una vez por semana para que sus músculos no se atrofien.

Cualquiera de esas dos opciones serian mejores que volver a hacer una serie de sentadillas.