Nuevo receptáculo (Broker sin escrúpulos)

Una suave alarma, programada para que fueran sonidos del mar, despertó a Toni. Las persianas se activaron solas y, poco a poco, fueron subiendo hasta que la luz solar comenzó a iluminar una habitación tan grande como algunos pisos. Estaba claro que este receptáculo tenia dinero, y estilo para gastarlo. Tras la ducha, y poniéndose el mejor traje que encontró en el vestidor, el pecador se dispuso a hacer su respectivo perfil:

NOMBRE: MAURICIO FEDERICO NAVARRO MORALES

EDAD: 43 años

ESTADO CIVIL: Soltero. Ninguna mujer atará este hombre.

PROFESION: Corredor de bolsa y asesor financiero freelance

AFICIONES: No la suelo practicar, pero me gusta la fotografía. En especial de paisajes y naturaleza.

FETICHES SEXUALES: No lo tengo claro. ¿Tengo alguno? Siempre he sido algo pasivo en el sexo. He dejado que las mujeres usaran mi cuerpo como quisieran. Si, creo que ese es mi fetiche, que me usen y me deseen como si fuera solo un trozo de carne.

El pecador estaba viendo en que restaurante caro iba a reservar para comer cuando varios mensajes insistentes llegaron a su móvil. Al verlo, Toni-Mauricio se quedo lívido. Todos los recuerdos del receptáculo impactaron de repente sobre su mente. El pecador maldijo su mala suerte. El bróker había ganado mucho dinero llevando las cuentas de gente peligrosa. Gente que exigía unos resultados que ahora no conseguía. Y si alguien de ese tipo estaba acostumbrado a ganar 1000 euros al día, no podía pasar a ganar 800. El mensaje era claramente amenazador y Toni se asustó ¿Qué pasaría si muriera poseyendo este cuerpo? ¿volvería al suyo o moriría también? Debía saltar de nuevo.

Toni-Mauricio tenia dos citas con dos clientes bien distintos hoy, dos posibles nuevos receptáculos. El primero de ellos era un productor musical al que le ayudaba a eludir impuesto llevando las ganancias de sus representados a paraísos fiscales. Podía ser un buen receptáculo. Con dinero y una profesión interesante.

El segundo era, literalmente, un convicto. Estaba en prisión temporal mientras saliera el juicio por posibilidad de destrucción de pruebas. Y eso era lo que quería ese hombre, que Mauricio le ayudara a esconder el dinero que había robado mediante estafas para obtenerlo cuando hubiera salido de la cárcel.

Cualquiera de los dos le salvaría la vida al pecador. ¿Cuál es el mas correcto?