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Chapter 6 by MrCaliban2 MrCaliban2

¿Como combatirá Marianna a la asesina de ébano?

Marianna esquiva el ataque

Los ojos de Marianna se abren de par en par, impresionada por la asombrosa agilidad de la mujer llamada Purna, que parece volar los escasos metros que las separan. Su negro atuendo parece flotar sobre su cuerpo como las alas de un curvo...o de la muerte, mientras los filos de sus afilados kris brillan bajo la luz de la chimenea.

Pero la estupefacción de la princesa pelirroja dura solo un instante. En el último momento, la exuberante guerrera rueda sobre su voluptuoso cuerpo, cayendo de la otomana y cayendo duramente de costado sobre la alfombra que cubre el suelo de madera del salón del difunto alquimista.

A pesar del dolor que comienza a entumecer su hombro derecho, Marianna rueda otra vez sobre el suelo, poniendo distancia entre ella y su asesina...pero su desnudo cuerpo choca contra el desnudo y "empalado" cadáver del alquimista.

Mientras la guerrera pelirroja se pone en pie, luchando contra la húmeda excitación de su coño que amenaza con hacerla sufrir un orgasmo en el peor momento, sus ojos ven como los kris de la oscura asesina se han clavado tan profundamente en la otomana debido al ímpetu de su ataque, que ahora forcejea con el mueble intentando extraerlos de su estructura.

Aprovechándose de ello, la enorme princesa guerrera se lanza pesadamente sobre la espalda de su enemiga. Sus fuertes manos agarran las muñecas de Purna mientras sus esculturales piernas intentan enroscarse alrededor de las de la asesina oscura...mientras sus enormes pechos se aplastan contra la espalda de la mujer de negro.

Las manos de Marianna aprietan y retuercen con fuerza, y cierto éxito, las muñecas de sus oponente tratando de hacerla soltar sus mortíferos kris, mientras sus poderosas piernas, sin embargo, no son capaces de aferrarse a la piernas de la pequeña asesina. Y peor, el frotamiento de su excitada entrepierna con el tejido de la oscura túnica de Purna hacen estremecer de indeseado placer su voluptuoso cuerpo, conduciéndola irremisiblemente a un indeseado clímax sobre la forcejeante asesina.

"¿Para...para quien...trabajas....Purna?".-Gruñe Marianna, encontrando difícil concentrarse en su pelea contra la asesina, mucho más fuerte de lo que la guerrera pelirroja esperaba, mientras su escultural carne se estremece de placer.-"¿Para...para mi....hermana?".

Aunque su musculoso cuerpo se encuentra aplastado entre la otomana y la enorme voluptuosidad pelirroja, la asesina oscura sigue forcejeando frenéticamente, a pesar de sentir como sus muñecas son trituradas por los enormes y poderosos dedos de la princesa. Pero, a pesar de ello, Purna no está acabada. Incluso sin sus armas, es peligrosa.

Súbitamente, Purna comienza a cabecear, consiguiendo golpear la mandíbula de Marianna varias veces. Sintiendo como, momentáneamente, los esfuerzos de la poderosa princesa guerrera flaquean, la asesina desliza sus piernas bajo su cuerpo, aprovechando la holgadez de su túnica, hasta colocarlas bajo su torso. Y entonces, soltando repentinamente sus kris, la asesina oscura se incorpora abruptamente de rodillas sobre la otomana, impulsando el desnudo cuerpo de la enorme princesa pelirroja hacia atras.

Sorprendida, Marianna es incapaz de reaccionar ante la súbita maniobra de la pequeña asesina oscura...asombrada, siente como su escultural cuerpo vuela fuera de la otomana arrastrando a su poderosa oponente....y grita de dolor cuando su espalda y cabeza aterrizan duramente contra el sólido suelo de madera del salón. Aturdida, sus manos liberan su presa mientras el dolor recorre su espina dorsal, entumeciendo su desnudo cuerpo y su mente.

"¿La princesa Marianna quiere jugar con Purna? ¡Pues Purna jugará con la princesa Marianna!".-Gruñe la oscura asesina, quitándose la pesada túnica que cubre su cuerpo y, girándose sobre el desnudo torso de la guerrera pelirroja, Purna se sienta justo debajo de sus enormes tetazas, rodeando su torso con sus musculosas piernas en unas implacables "tijeras" mientras, inclinándose sobre esos mismos cálidos y enormes melones, sus pequeñas pero fuertes manos agarran las manos de la aturdida princesa.-"¿Esto es lo que la Destructora de Drax quería hacerle a Purna? ¡Purna enseñará a la Princesa Marianna como se hace...antes de acabar con ella!".-Añade con sorna la asesina de ébano, doblando dolorosamente los largos dedos de la princesa e incrementando la presión de sus piernas contra el torso de la exuberante pelirroja.

La princesa jadea de sorpresa y dolor. Apenas un segundo antes, la pelea estaba decantada a su favor. Ahora, el pequeño y desnudo cuerpo de la asesina estaba encima de ella...dominándola con una fuerza inconcebible. Forcejeando desesperadamente a medida que su voluptuosos cuerpo revivía, sus ojos estaban clavados en el rostro de Purna, la cual la miraba con una expresión de salvaje lujuria, sintiendo como su sedosa piel de ébano acariciaba su piel...como sus pequeños pezones rozaban los suyos, grandes y erectos...sintiendo como sus costillas se doblegaban ante el poder de las nubias piernas de la asesina.

Sus esculturales piernas patalean desesperadamente el suelo de madera, mientras sus brazos, capaces de manejar con soltura su pesada espada, son sometidos por el poder superior de los musculosos brazos de ébano de Purna. Los carnosos labios de Marianna se abren desesperados, buscando el aire que escapa de sus aplastados pulmones...sus ojos comienzan a nublarse..su bello rostro se congela en una expresión de incrédula agonía.-"¿Cómo era posible que una asesina como aquella pudiera dominar de aquella manera tan absoluta a una entrenada princesa guerrera de Thanigar?".-Piensa la exuberante pelirroja, intentando hacer rodar por el suelo, desesperadamente, su atrapado cuerpo en un intento de librarse de la poderosa asesina.

Con un gran esfuerzo, Marianna consigue hacer rodar su desnudo cuerpo por el suelo...pero Purna sigue aferrada a su cuerpo. Sus cinceladas piernas de ébano no aflojan la presión sobre su torso y sus manos, retorciendo y aplastando más y más sus dedos, están a punto de dislocar sus manos. Aún sintiendo el pesado cuerpo desnudo de la princesa sobre su pequeña y musculosa figura, Purna no cede. Al contrario. El cálido peso de la enorme princesa sobre ella, la sensación de sus enormes orbes de carne aplastadas contra su menudo pecho, los desesperados intentos por zafarse de su presa de aquella escultural guerrera pelirroja, enciende más y más su salvaje líbido. Quiere más. Quiere sentir más de la indefensión de aquel cincelado cuerpo, de aquella suave y bronceada piel, de aquella exuberante y firme carne.

Aunque sabe que esa situación no puede durar para siempre. Purna es fuerte...y Marianna también. Solo la ventaja de esos momentos está permitiendo a la asesina prevalecer y, desafortunadamente para la voluptuosa princesa pelirroja, a la mujer de negro la han contratado para matarla. Y eso es lo que hará....disfrutando del momento.

En menos de un minuto, los frenéticos forcejeos de la princesa guerrera comienzan a remitir. Siente ardiendo sus pulmones vacios, siente sus costillas a punto de romperse en pedazos, sus manos y brazos están paralizados por un lacerante dolor. Boqueando, su cabeza cabecea, apenas consciente. Sus ojos apenas pueden enfocar el rostro sonriente de su oponente, mirándola con una expresión de salvaje triunfo debajo de ella.

"Purna ha disfrutado mucho de la princesa Marianna....pero en momento de que Purna de un beso de despedida a la princesa Marianna".-Apenas escucha la desnuda y derrotada exuberancia pelirroja, cuyo rostro, finalmente, cae inerte sobre el cincelado hombro de ébano de la asesina, sin fuerza, como el resto de su doblegado cuerpo. Y consciente de ello, Purna se permite liberar uno de los brazos de la princesa guerrera y, deslizando sus pequeños dedos a lo largo de su esbelto brazo, de su redondeado hombro, agarra un puñado de su melena pelirroja, levantándola y manteniéndola sobre sus carnosos labios.

Y con deliberada lentitud, saboreando el momento, la pequeña asesina de ébano baja la cabeza de la gran voluptuosidad pelirroja hasta que sus labios, abiertos en una lujuriosa sonrisa, rozan los entreabiertos labios de Marianna. Sin oposición, Purna besa a la princesa con intensidad. Sus labios abruman la boca de la guerrera...su lengua juguetea con la de la princesa...sus fluidos se mezclan, de la misma manera que los ponzoñosos labios de la musculosa asesina núbia envenenan la boca y el cuerpo de la exuberante amazona sin remisión.

El cuerpo de Marianna se estremece ligeramente de indeseado placer, incapaz de sustraerse del brutal y arrollador erotismo y sensualidad de la mortífera asesina...a pesar que siente el dulzón sabor del veneno llenando su boca...entumeciendo fatalmente su cuerpo...ralentizando los latidos de su corazón. Durante un minuto, el desnudo cuerpo de Marianna es mecido por las poderosas piernas de Purna, inerte como una muñeca...es excitado por los carnosos y lujuriosos labios de Purna, dócilmente como una simple cortesana.

Y finalmente, el corazón de Marianna, acelerado de excitación y placer, de detiene por completo. Su escultural cuerpo se debate entre ligeros espasmos atrapado por la asesina de ébano hasta que, finalmente, se detiene, inmóvil, inerte, como un gran y voluptuoso peso muerto, sobre el menudo pero musculoso cuerpo de Purna.

Tras gozar unos segundos más de la aún cálida voluptuosa carne de su presa, de sus carnosos labios, Purna echa a un lado el cadáver de la derrotada princesa guerrera. Con lujuriosa ansia, la victoriosa asesina observa como las enormes tetazas de la voluptuosa amazona aun bailan firmes y orgullosos en su pecho inmóvil. Purna piensa en coger aquellos enormes melones entre sus manos...estrujarlos como limones...moldearlos como arcilla entre sus dedos...pero desiste. Para la asesina, solo le causaría placer aquel ultraje si aquella orgullosa princesa de Thanigar continuara viva para sentirlo.

Satisfecha, Purna abandona el salón, dirigiéndose al dormitorio del alquimista. Aun queda noche por delante y no tiene intención de enfrentarse a La Ronda. Una noche de sueño reparador le vendrá bien…y quizás sueñe con lo satisfactorio que fue derrotar a la poderosa princesa guerrera Marianna de Thanigar, la Destructora de Drax...o es estrujar sus enormes tetazas mientras suplica clemencia.

Fin de la historia (¿O no?)

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