La familia Perez Velasco

La casa de los Perez Velasco había pasado mejores momentos. Sobre la mesilla de la entrada hay varias fotos. en una de ellas se ven tres hermanos, posando sonrientes. De mayor edad a menor tendríamos a Pablo, Mario y el pequeño Daniel. Aunque ahora los tres hermanos son ya mayores, ya casi no sonríen como en la foto. Sus padres murieron en un accidente de trafico hace ya 5 años, y los hermanos no han podido solucionarlo. Cada uno soluciono su dolor como pudo.

Pablo, el mayor, se volcó en su relación con su novia, ahora ya su recién casada mujer, huyendo de su familia para crear una nueva.

El hermano mediano, Mario, se centró en el crecimiento físico y espiritual. Se machaco en el gimnasio para tener un cuerpo musculoso y enorme, mientras asistía a todos los cursos de autoayuda y coaching para sentirse mejor hombre.

En cambio Daniel, el hermano menor, se encerró en si mismo. Apenas salía de su cuarto, jugando a videojuegos y leyendo libros de fantasía. Encerrado en mundos de ficción para no vivir el suyo de soledad.

Era una familia rota por el dolor.

Todo esto bien lo sabia su amable vecino de 72 años Paco. Era sexeonista desde hace un par de semanas, en que fue convertido por uno de sus nietos, dándole una nueva vida lejos de la soledad de su casa. Ver a los hijos de sus queridos vecinos llenos de dolor le causaba una gran pena. Por eso, al escuchar el cuarto mandamiento, supo que debía de traer a los hermanos Pérez a su manada.

Paco tocó al timbre de la casa familiar. Sabia que allí solo vivían actualmente Daniel y Mario, pero que esa misma tarde su hermano mayor Pablo acudiría a recoger algunas cosas de su antigua habitación. Le abrió el hermano mediano, Mario que se marchaba a comprar algo de comida mientras maldecía a su hermano menor, incapaz, según él, de hacer nada en la casa. Paco fue a la habitación del muchacho, y le vio tumbado jugando a la consola, apenas saludándolo. El creyente dejó sobre la mesa de la tele un pequeño sexeón y un móvil. Daniel no le presto atención. Antes de salir de la casa, pues Paco sabia que el no debía de participar en el sexo que iba a venir, llamo a ese móvil que había dejado. Todo el plan había sido diseñado por su nieto, y funcionó perfectamente. El tono del móvil fue la oración que activo el sexeón. El sonido repentino desvió la mirada de Daniel al león de madera maldito y comenzó a inundarle de ganas de follar.

En el rellano, se encontraron los dos hermanos y subieron juntos para la casa familiar, en silencio. Al llegar, escucharon unas extrañas voces que surgían del cuarto de su hermano Daniel. Extrañados, fueron hacia allí, y encontraron a su hermano totalmente desnudo, mientras que se introducía el mando de la consola por el ano.

Los dos hermanos pasaron del cuerpo de su hermano al origen del sonido. La oración en bucle del móvil y de allí al sexeón, para luego, volver al cuerpo, ahora ya muy apetecible, de Daniel. Enseguida estuvieron desnudos y preparados para follarse a tandas a su hermano pequeño.

-Tu sigue jugando-le Dijo Pablo, ya en ropa interior y mostrando una gran erección- no te preocupes por nosotros.

El culo virginal de su hermano menor les pareció a sus hermanos mayores una delicia. Pablo, ya calvo como su padre y con una frondosa barba, comenzó a devorar el agujero como si fuera el coño de su mujer. Mientras tanto, el musculoso de Mario observaba por detrás masturbándose.

-Ábreme ese culito que quiero ser yo quien le desvirgue.

Pablo se apartó para dejar a su hermano el campo vacío. Daniel siguió sin interactuar, mas allá de abrirse algo las piernas, deseando que sus hermanos mayores le penetraran. Marico colocó el glande en la abertura, Pablo separó las nalgas, y con firmeza, el hermano mediano penetró a Daniel.

-Jode que estrecho- farfullaba Mario mientras agarraba las morenas nalgas de su hermano menor a la vez que bombeaba su polla. Daniel siguió enfrascado en la pantalla, pero cada vez gemía mas y mas. Sus dedos resbalaban de los botones, incapaz de concentrarse mas allá que en la polla que le golpeaba con cada movimiento de caderas el fondo de su culo.

-Es mi turno- dijo Pablo tras unos minutos.

Mario salió del culo de Daniel para posicionarse en su cara. El hermano pequeño ya había dejado de prestar atención a la consola para pasar del mando al joystick de su hermano musculoso. Por detrás comenzó a follarle su hermano mayor, con su polla de mayor tamaño y sus ganas locas de correrse dentro. Si pudiera gemir Daniel, pues tenia el pene de su otro hermano en la boca, lo hubiera hecho mas alto que antes, pues Pablo era un experto empotrador.

Los tres hermanos pasaron toda la tarde follando. En determinado momento, intercambiaron los roles, Y Daniel desvirgo con su polla larga y fina el culo peludo de su hermano mayor mientras este lo había hecho hace unos veinte minutos con el de Mario. El cambio en la relación de la familia cambio totalmente. Pablo dejó a su mujer, con la que llevaban apenas un año casados, diciéndole que sus hermanos le necesitaban. Mario continuo yendo al gimnasio, pero dejó de acudir a los falsos cursos de motivación, dedicando ese tiempo a cuidar de su familia. Daniel se abrió mas a sus hermanos, tanto sentimentalmente como sexualmente, saliendo de su habitación tan a menudo que muchas veces dormía en la cama de alguno de sus hermanos mayores, con los que follaba hasta quedarse dormidos abrazados y llenos de esperma. La familia siempre será lo primero, se decían, convertidos ya al sexeonismo y sanados de sus heridas.