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Chapter 2

¿Qué historia leerás?

Kylee, la rata de biblioteca

Era un día soleado en la secundaria Starlight, todos los estudiantes estaban presentes en un evento deportivo, un partido de soccer femenino. Se trataba de un torneo escolar y los dos equipos finalistas se disputaban la victoria, en la cancha las jugadoras se estaban matando literalmente por ganar.

Pero al parecer eso no le importaba a cierto estudiante que se encontraba en el interior de la biblioteca escolar. Su nombre era Kylee McGuire, vestía el uniforme correspondiente para los chicos, una ajustada camisa blanca de mangas largas con corbata negra y una falda a cuadros de color gris que le llegaban hasta las rodillas.

Su cabello negro estaba peinado en dos grandes trenzas que caían cada una en un hombro y su frente estaba cubierto por un bien cortado flequillo. Llevaba lentes a causa de su miopía y en su boca, tenía brackets con ligas celestes, por lo que casi nunca sonreía.

En cuanto a su cuerpo, no era del todo delgado, sino un poco rellenito.

Acababa de cumplir la mayoría de edad, era su último año en la secundaria y debía salir con excelentes calificaciones. Por eso no podía permitirse ir a ver un insignificante juego de soccer, necesitaba una beca universitaria, y su madre no le quería pagar los estudios debido a que pensaba que un chico como el servía más como amo de casa.

Eso le enfureció tantas veces, sobretodo aquella vez que la Iglesia de la Diosa Futa intentó lavarle el cerebro a su padre por no someterse por completo a los deseos de su madre. Por suerte, el corazon de su progenitor ya tenía un Dios viviendo dentro de su alma, así que no fue corrompido.

Pasó una página del libro de biología que estaba leyendo cuando una persona se le acerca por detrás tocándole el hombro.

"Sr. Landa." Dice el estudiante al ver la figura esbelta y sexy del bibliotecario, un hombre de mediana edad, rubio y de aspecto elegante. "¿Sucede algo?"

"Hola, Kylee." Saludó primero Landa. "Es que necesito que me hagas un favor ..."

"¿De qué se trata?" Preguntó, accediendo a su desconocida petición.

"Hoy me voy temprano, mi esposa me va a llevar al cine y como tu eres el único que está aquí ..." Explicó timidamente. "Me preguntaba si al irte, podías dejar cerrando las puertas de la biblioteca."

Kylee observó a un reloj colocado en una pared, ya estaba por tocar el timbre de salida, lo que también significaba que el juego de soccer estaba por terminar.

"Claro, Sr. Landa, no se preocupe por eso." Dijo el pelinegro. El rubio le agradeció profundamente y le plantó un gentil beso en su frente.

Finalmente, el adulto agarró su cartera y se retiró del lugar, aunque no sin antes darle las llaves de las puertas.

Pasaron quince minutos hasta que la campana sonó por toda la institución, indicando el fin de la jornada escolar. Aún así, el pelinegro no se inmutó y siguió pasando las hojas de su libro. Después de cinco minutos, decidió que ya era hora de regresar a casa, sobretodo para no angustiar a su querido padre.

Se levantó del asiento y guardó todas sus cosas en su mochila color negra. Salió de la biblioteca, y como prometió, cerró con seguro las puertas.

Caminó hacia la salida, pero en lo que se dirigía, se percató de un hedor fuerte y embriagador que provenía del vestidor femenino. Le dio curiosidad y empezó a caminar hacia su nueva dirección, había algo escondido dentro de Kylee y es que tenía un fetiche muy raro, le encantaba el hedor a sudor de mujer futanari, sobretodo si provenía de los testículos.

Seguro de si mismo, encontró el vestidor femenino que emanaba aquel olor, ya sabía que no había nadie dentro, así que entró como si nada.

Trago saliva, su pene comenzó a convulsionar dentro de su braga, estaba sumamente excitado. Habían casilleros abiertos, rápidamente inspeccionó uno de ellos y de ahí sacó una grande braga roja usada.

Sin pensarlo, acercó la ropa interior a su nariz y respiró profundamente, en ese momento, captó el hedor de una polla sudada y una vagina húmeda.

Su verga ahora se encontraba completamente erecta y le dolía como su glande rozaba con la tela. No estaba pensando lucidamente, la lujuria lo estaba controlando.

Corriendo fue a ocultarse en un baño, pero dejó medio abierta la puerta.

Finalmente, hizo a un lado su braga y dejó salir su pequeña verga de 8 cm cubierta de pre-cum. De inmediato, comenzó a masturbarse violentamente mientras olía la ropa interior que encontró.

Ese era el lado secreto de Kylee, por fuera era un excelente estudiante, pero por dentro solo era una puta que quería una polla dentro de su culo.

Continuó masturbandose, alejó la braga de su nariz para luego envolverla alrededor de su verga, en ese momento comenzó a gemir fuertemente. La tela estaba rozando el glande lubricado con pre-cum, sonrojado, cerró los ojos mientras disfrutaba del momento.

Los gemidos cada vez más se hacían fuertes y pocos segundos después, el pelinegro vació toda su semilla en aquella braga.

Respiró lentamente para recuperar las energías, pero al abrir los ojos, se dio cuenta de la peor manera de que no estaba solo. Justo en su delante, se encontraba una mujer futanari, desnuda con unas tetas grandes y gordas, y con un eje dolorosamente erecto y gigante.

La mujer en su mano, tenía un celular con el flash encendido, allí se dio cuenta de que lo estaban grabando.

El rostro de ambos era un poema, pero mientras que la expresión de Kylee era de horror, la de la mujer era de completa lujuria.

¿La futanari chantajea de forma cruel a Kylee?

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