El último mandamiento

Cuando el último de los amantes acaba su exposición, es el momento en que hable Pelayo. En la sabana surge un silencio sepulcral, expectantes de sus palabras. Pelayo no tiene miedo ni esta nervioso. Sabe lo que tiene que hacer, lo que sus seguidores necesitan. Lo que la humanidad necesita.

-Mirad lo que hemos conseguido en solo un año-dice en alto, y su voz se trasmite a todas las sabanas- La verdad se ha propagado con una fuerza que solo puede indicar una cosa. Que yo tenia razón. Que yo estoy en lo correcto. He venido a salvar a la humanidad, y vosotros seréis los encargados de que así sea.

Con un gesto, la lona que cubría la plancha de los mandamientos se desprende, sobre ella, el último de ellos, refulge, pues ha sido grabado con letras doradas. En el se puede leer fácilmente: Follaras por Dios por encima de todas las cosas.

-Esa es mi orden principal-vuelve a decir Pelayo- Siempre que folleis, será por mi y para mi. El placer que sentís, la conexión que habéis creado entre vosotros, es por mi. Así que yo os digo ahora que folleis. Follad como locos. ¿Qué me decís?

Los seguidores gritan un si que inunda la sala. Enseguida, los que aun estaban vestidos comienzan a desnudarse y a buscar sus posibles parejas. en las pantallas de la pared, diversas imágenes surgen del resto de sabanas del planeta. En todas ellas, la orgia es multitudinaria, decenas de miles de hombres comienzan a follar al unísono, sin importar edad, raza o forma física. Solo la búsqueda del placer de uno mismo y del otro.

Pelayo abandona caminando la sala principal para llegar a sus aposentos, en la parte superior de la sabana. Allí, Benjamín, el mas joven de sus hermanos y que ahora actúa como su secretario personal, le espera deseoso, con una erección que no logra esconder entre sus pantalones.

-Te están esperando dentro, como ha pedido-le dice, escueto.

Pelayo asiente y con un simple gesto, despide a su hermano, que comienza a desvestirse mientras se marcha en dirección a la orgia. De toda su familia, Benjamín es quien es mas salido.

En una habitación especialmente preparada para Pelayo, este encuentra a cuatro jovencitos desnudos y muy atractivos. Son los hijos vírgenes de cuatro importantes familias del país, convertidas al sexeonismo y deseosas de usar sus contactos e influencia para que este obtenga mas poder político. Pelayo sonríe, mientras se desnuda poco a poco ante los cuatro chicos, que le miran embobados, nerviosos pero también ansiosos.

Por que Pelayo ya ha comprendido quien es él. El no es un profeta. No es el Mesías. El... el es un Dios.