En el infierno con Soberbia

-¡Es imposible!-gritaba Soberbia al ver a aparecer ante su presencia a su hermano Lujuria- ¡Has tenido que hacer trampas o algo así! Tu no puedes ganarme.

-Has estado observándome desde el principio-le contestó Lujuria- Es imposible que hubiera hecho trampas bajo tu eficaz supervisión.

-Pero eso que hace mi pecador no es soberbia eso...

Lujuria comienza a reírse. Ante él, el barón demoniaco comienza a reducirse su tamaño, su color se hace más pálido, perdiendo su poder.

-¿Que no ha pecado de soberbia dices? ¡Si el muy capullo se cree un dios! No hay nada mas soberbio que eso.

Soberbia por fin acepta su derrota. Con los ojos mirando al suelo, su cuerpo comienza a transformarse. Ante Lujuria aparece un joven de unos 25 años, de facciones perfectas, cuerpo esculpido, ojos azules y pelo rubio. Es el avatar humano de soberbia, y es todo para Lujuria.

El archi-demonio del pecado carnal también se convierte en otro joven con una gran herramienta. A su alrededor, el infierno se convierten en un agradable y prístino jardín con una cama al lado de un rio. Lujuria se tumba sobre la cama, mientras su gran mástil apunta al cielo.

-Quiero que seas tu quien se monte en mi polla-le ordena a Soberbia- Quiero que te folles tu mismo.

Su hermano infernal, sin capacidad de replica, se acerca titubeante hasta su lado, se sube a horcajadas a la cama y, poco a poco, comienza a introducirse la polla de Lujuria en su interior. No le quedan fuerzas para intentar mostrar entereza, así que al momento comienza a gemir, sintiendo un placer nunca sentido. Descendiendo mas a su autodesprecio. "Es increíble esto de follar-piensa- como he podido no hacerlo hasta ahora"

-Eres asombroso-logra decir al fin Soberbia.

-Lo se- le contesta Lujuria, y le da un cachete a ese culo perfecto.