Want to support CHYOA?
Disable your Ad Blocker! Thanks :)

Chapter 10 by Alman02 Alman02

Confrontación

Conflicto

Sebastián atravesó los retorcidos callejones del mercado negro con determinación, su corazón latía con urgencia mientras buscaba desesperadamente al mercader que vendía los artículos de control mental. Después de horas de preguntar y buscar entre los sombríos puestos, finalmente llegó a su objetivo: un oscuro rincón donde un misterioso mercader llamado Alzar ofrecía sus mercancías.

Sin perder tiempo, Sebastián se abrió paso entre la multitud y abordó a Alzar con su pregunta urgente. El mercader lo miró con suspicacia antes de confirmar que sí, en efecto, vendía objetos de hipnosis y control mental. Le preguntó a Alzar si había visto a un joven de baja estatura, cabello negro y ojos azules. Alzar le dijo que porque debería revelar información de un cliente, y Sebastián sacó una bolsa repleta de diamantes como muestra de su disposición por obtener información.

Alzar cedió ante la tentación y reveló que, de hecho, un joven que coincidía con la descripción había visitado su puesto recientemente. Había adquirido un anillo y un collar de control mental. Ante la pregunta de Sebastián sobre el propósito de la compra, Alzar respondió con una sonrisa maliciosa, revelando que el joven había mencionado un deseo de controlar a su hermana, una cierta Samantha, para fines pervertidos.

La noticia sacudió a Sebastián hasta lo más profundo. La idea de que Noah pudiera estar utilizando esos objetos para manipular a su propia hermana lo llenó de una furia abrasadora. Sin titubear, decidió que debía rescatarla, sin importar el costo.

Decidido, Sebastián se apresuró a encontrar una runa de teletransportación que lo llevara rápidamente hacia su amada. Sabía que el tiempo corría en su contra y que debía actuar con prontitud para salvarla de las garras de su hermano.

Sebastián se detuvo en medio del mercado negro, sopesando sus opciones con rapidez. Necesitaba elegir un lugar para teletransportarse que estuviera lo más cerca posible de la mansión Morrison, pero lo suficientemente lejos para evitar levantar sospechas.

Tras unos momentos de deliberación, decidió que la ciudad de Silvervale, ubicada a aproximadamente una hora de distancia de la mansión, sería el lugar perfecto. No solo estaba lo suficientemente alejada como para evitar la atención no deseada, sino que también era lo bastante cercana como para que pudiera llegar a la mansión rápidamente una vez que rescatara a su amada.

Con su decisión tomada, Sebastián buscó una runa de teletransportación que lo llevara directamente a Silvervale. Sabía que cada segundo contaba y que debía actuar con prontitud para salvar a su prometida de las garras de su hermano.

Sebastián, lleno de determinación y preocupación por su prometida, sabía que cada momento era crucial. Decidió buscar una solución rápida para llegar a donde sospechaba que estarían, la ciudad de Silvervale algo en su intuición le decía que podría encontrarlos allí.

Con paso firme, Sebastián se adentró en el mercado negro, escudriñando entre los oscuros puestos en busca de una runa de teletransportación. Después de un tiempo, localizó a un anciano mercader que parecía tener lo que necesitaba.

—Disculpe, señor —dijo Sebastián, acercándose al mercader con determinación—. Necesito una runa de teletransportación. ¿Tiene alguna disponible?

El anciano mercader lo miró con interés y asintió con una sonrisa.

—Claro que sí, joven. Pero ten en cuenta que estas cosas no son baratas.

Sebastián asintió, dispuesto a pagar cualquier precio por salvar a su prometida. Después de un breve regateo, obtuvo la runa y se preparó para usarla.

Con el nombre de Silvervale en mente, Sebastián activó la runa y se concentró en su destino. Una ráfaga de energía lo envolvió, y al abrir los ojos se encontraba en las calles de la ciudad, listo para enfrentar lo que sea necesario para encontrar a su amada y sacarla de peligro.

Noah finalmente se levanta de la cama, y Morgana, con reverencia y amor en sus ojos, se arrodilla frente a él para darle los buenos días. Noah, con una sonrisa juguetona, le acaricia la cabeza como si fuera un perrito, un gesto que Morgana no puede evitar encontrar adorable, aunque trata de ocultarlo tras su expresión serena.

Mientras tanto, Samantha se levanta y estira, revelando sus pezones rosados a la luz de la mañana. Noah, con una mirada de deseo momentáneo, entierra su rostro en ellos haciendo gemir a esta ultima.

Después de un desayuno rápido, salen a las calles bulliciosas de la ciudad, escoltados por Alexander. Noah le ordena a Morgana que vaya a comprar un vestido de novia, y ella asiente obedientemente, aunque sabe en lo profundo de su mente que no será para una boda convencional.

Noah, mientras ve alejarse a Morgana con un propósito, sonríe con anticipación. Sabe que de luna llena, hará suya a su hermana, y el vestido de novia que Morgana compra será parte de su plan para hacer de ese momento algo inolvidable. Morgana responde con un simple "Sí, querido amo", antes de retirarse, dejando a Noah con sus pensamientos llenos de anticipación y deseo.

Noah y Samantha caminan juntos por las bulliciosas calles de la ciudad, disfrutando de la compañía del otro bajo el cálido sol de la tarde. Samantha, con una sonrisa radiante, mira a su hermano y pregunta con curiosidad:

"¿A dónde vamos, Noah?"

Noah le devuelve la sonrisa y responde con ternura: "Solo vamos a pasear, Sam. Disfrutaremos el uno del otro y de esta hermosa ciudad".

Samantha deja escapar una risita encantada y comenta con picardía: "Entonces, ¿es una cita?"

Noah asiente con una sonrisa cómplice y le responde: "Sí, Sam. Es una cita".

Tomándolo del brazo, Samantha se acerca a su hermano, emocionada por la idea de tener un momento especial juntos. Mientras caminan por las calles llenas de vida, Noah disfruta de la cercanía de su hermana y la alegría que irradia.

Antes de separarse, Noah se dirige a Alexander, quien los ha estado escoltando discretamente, y le dice con amabilidad: "Descansa, Alexander. Nos veremos esta noche".

Con una inclinación de cabeza, Alexander asiente y se retira, dejando a los hermanos Morrison para disfrutar de su cita juntos.

Después de una larga caminata, Samantha se emociona al reconocer el parque y se acerca a Noah con una sonrisa radiante.

"Noah, ¿podemos ir al parque por un momento? Solía venir aquí a caminar con mamá cuando era niña", dice Samantha, sus ojos brillando con nostalgia.

Noah asiente con una sonrisa comprensiva. "Por supuesto, Sam. Vamos y disfrutemos un poco".

la pareja se dirige hacia el parque, con samantha reviviendo recuerdos de su infancia con su madre. ambos se sientan en un banco y comienzan a hablar sobre diversos temas, compartiendo risas y confidencias mientras la brisa nocturna acaricia sus rostros.

Noah y Samantha a la orilla de un lago, bañados por la luz de la luna y las estrellas. Samantha se acomoda en el regazo de su hermano, y al sentir el peso sobre él, Noah sonríe cálidamente.

"¿Peso mucho?", pregunta Samantha, mirándolo con curiosidad desde su posición elevada.

"No, para nada", responde Noah mientras su hermana lo rodea con sus brazos.

Samantha se acerca más y le da un tierno beso en los labios. Cuando se separan, ella confiesa con sinceridad: "Te amo, Noah. Nunca imaginé que amaría a alguien de esta manera. Todo gracias a este collar que me abrió los ojos".

Noah la mira con amor y ternura, y le asegura: "Yo también te amo, Sam".

Se besan de nuevo, sumidos en el amor y la conexión entre hermanos. Sin embargo, su momento íntimo se ve interrumpido por una voz en la distancia, llena de furia.

"¡Ya te encontré, maldito!", resuena la voz, haciendo que Noah se tense de repente, reconociendo la voz de Sebastián.

Sebastian se acerca a Noah con el ceño fruncido y los puños apretados. "¿Qué has hecho, Noah? ¿Cómo pudiste hacerle esto a tu propia hermana? ¿Quitarle su libertad y forzarla a amarte de esa manera?", exclama con indignación.

Noah se mantiene en silencio, enfrentando la furia de Sebastian con calma.

Antes de que la situación pueda escalar, Samantha se interpone entre los dos, levantando una mano en un gesto de detención. "¡No, Sebastian! No tocarás a mi querido hermano", dice con determinación en su voz.

Aunque Sebastian intenta razonar con ella, comprende que el collar ha ejercido su influencia sobre Samantha, haciéndola defender a Noah a toda costa. Resignado, decide que no tiene otra opción y lanza un golpe hacia Noah.

Samantha, en un acto reflejo, intenta proteger a su hermano, pero el golpe la alcanza y la deja noqueada Sebastian la acuesta suavemente y le pide perdón, pero su mirada aún arde de furia cuando vuelve a enfrentar a Noah.

Sebastian se acerca furioso a Noah, sus pasos resonando con determinación en la habitación. Sus puños están apretados con tanta fuerza que los nudillos parecen a punto de estallar. "¡Eres un monstruo, Noah! Como pudiste hacerle esto a tu hermana, ella no es tu posesión", grita con indignación, su voz resonando por todas partes.

Noah levanta la mirada hacia Sebastian, sus ojos ardiendo de determinación y una chispa desafiante en su mirada. "¡Te equivocas, Sebastian! Nadie más es digno del amor de mi hermana excepto yo. Ella me pertenece, y no permitiré que nadie se interponga entre nosotros", responde con voz firme, su tono lleno de convicción mientras se pone de pie para enfrentar a su rival.

Noah confiesa que no quería forzar a Samantha a amarlo por la fuerza. Sabía que eso solo causaría más dolor y resentimiento en su relación. El control mental, aunque no fuera completamente honesto, era la única manera pacífica de asegurar su amor, incluso si era artificial.

Sebastian frunce el ceño, su expresión llena de furia y desdén. "Eres un pobre enfermo, Noah. No vale la pena que te mate con mi espada, sería demasiado rápido. Prefiero hacerlo con mis propios puños", responde con frialdad, su determinación inquebrantable.

Noah intenta retroceder, pero se encuentra atrapado, incapaz de moverse debido al miedo que siente. Mira desesperadamente a su alrededor en busca de una salida, pero sabe que está atrapado en una situación de la que no puede escapar fácilmente.

Sebastian se lanza hacia adelante con un rugido de rabia, sus puños golpean el aire con una fuerza descomunal. Noah apenas tiene tiempo para levantar los brazos en un intento de protegerse antes de que los golpes comiencen a llover sobre él, cada uno cargado con la ira y la determinación de Sebastián.

En un último acto desesperado, Noah intenta defenderse con sus propias manos, pero es inútil contra la furia desatada de su adversario. Los golpes continúan cayendo sin piedad, cada uno llevando consigo la promesa de un final violento.

Sin embargo, justo cuando parece que la situación alcanzará su clímax mortal, el filo afilado de una espada se interpone entre los dos contendientes, deteniendo el curso de los ataques de Sebastian.

Alexander entra en escena con paso firme, su figura imponente proyectando una presencia que irradia autoridad y determinación. Se disculpa con Noah por llegar tarde, su voz llena de pesar por no haber estado allí para protegerlo.

Noah le devuelve una mirada agradecida, reconociendo la lealtad inquebrantable de su guardaespaldas. Antes de que pueda decir una palabra, sus ojos se posan en Sebastian, cuya furia aún arde en su mirada.

"¡No volverás a tocar a mi señor!", declara Alexander con una voz que vibra con determinación, su espada apuntando directamente hacia el intruso. La hoja reluce bajo la luz de la luna, lista para defender a su amo contra cualquier amenaza.

Sebastian grita en respuesta, enumerando cada agravio que Noah le ha hecho a su hermana, sus palabras llenas de resentimiento y furia. Pero Alexander no se inmuta. Con calma y determinación, le dice que sabe todo lo que Noah ha hecho, pero que su lealtad hacia su señor es inquebrantable.

"Prometí proteger a mi señor, y eso es lo que haré", declara Alexander con firmeza. "La lealtad no siempre significa estar de acuerdo con las acciones de uno, pero significa proteger a aquellos a quienes ha jurado servir".

La tensión se eleva a un nuevo nivel cuando Sebastian amenaza con matarlos a ambos y promete encontrar una forma de liberar a Samantha del control mental de Noah. Sin una palabra más, ambos hombres se lanzan uno contra el otro, sus espadas chocando en un duelo feroz y despiadado.

El sonido metálico de las espadas chocando llena la habitación mientras Alexander y Sebastian luchan con una intensidad impresionante. Cada movimiento es calculado, cada golpe lleva consigo la fuerza de una determinación feroz.

No hay espacio para la vacilación mientras los dos hombres luchan, cada uno mostrando su habilidad con la espada en un duelo que parece no tener fin. En ese momento, solo importa la lucha por la supervivencia y la protección de sus seres queridos.

En el fragor de la batalla, un mal paso resulta fatal para Alexander. La hoja de Sebastian encuentra su objetivo, cortando profundamente su pecho y dejándolo incapacitado en el suelo, su armadura inútil contra el filo afilado del enemigo.

Alexander lucha por mantenerse en pie, pero la herida es grave y le roba sus fuerzas. Sebastian, apenas con un par de cortadas por el enfrentamiento, se acerca con una mirada desafiante, reconociendo la victoria que tiene en sus manos.

"Ha sido una buena pelea", admite Sebastián con una sonrisa cruel. "Me he divertido mucho". Luego, su mirada se vuelve hacia Noah, quien observa con horror la escena desde un rincón de la habitación.

Con la espada aún en mano, Sebastian se dirige hacia Noah, su voz llena de desdén y desprecio. Le dice a Noah debería estar agradecido, ya que una vez que libere a Samantha, nunca revelare que su propio hermano uso el control mental en ella para que esta tuviese a sus hijos.

Bajo la luz de la luna, el parque se convierte en el escenario de un dramático giro de los acontecimientos. Sebastian, con la espada lista para el golpe final, se encuentra repentinamente detenido por una fuerza inesperada: Morgana, la leal sirvienta de la Casa Morrison, quien detiene su espada con dos dedos con una fuerza impresionante.

El rostro de Morgana se transforma en una máscara de furia al ver a su querido amo herido de gravedad. Con voz llena de furia y determinación, le pregunta a Sebastian cómo se atreve a herir al único hombre que ella ama. En ese momento, Sebastian se da cuenta con horror de que Noah no solo ha manipulado a su hermana, sino también a Morgana, la mejor guerrera del reino.

Mientras Sebastian está perdido en sus pensamientos, recibe un golpe devastador en el rostro que lo envía volando a varios metros de distancia. Morgana, con la misma fuerza que mostró en la batalla, lo castiga por su osadía.

Luego, Morgana regresa junto a su querido amo y con delicadeza lo toma en sus brazos. Con manos expertas, comienza a curar sus heridas con magia de sanación mientras le dice que descanse. Noah, antes de caer inconsciente, le ruega que no mate a Sebastian, sino que lo deja inconsciente e inmovilizado.

Una vez que Noah queda inconsciente, Morgana le da un suave beso en la frente y se dirige hacia donde está Sebastian, lista para enfrentarse al hombre que osó herir a su amado amo.

En el parque silencioso, Sebastián lucha por mantenerse de pie mientras su mente trabaja a toda velocidad para idear una estrategia de escape. Sin embargo, antes de que pueda siquiera formular un plan, Morgana, con una velocidad y destreza sorprendentes, lo golpea con una secuencia de ataques rápidos y precisos que lo dejan inmovilizado en cuestión de segundos.

Sebastián apenas puede creer lo que acaba de suceder. No pensaba que una mujer de la fuerza y ​​habilidad de Morgana estuviera siendo controlada mentalmente por ese mocoso. Sin embargo, no tiene tiempo para lamentaciones, ya que Morgana se acerca a él con una expresión decidida.

Antes de que Sebastián pueda siquiera levantar una defensa, los golpes de Morgana caen sobre él, dejándolo al borde de la inconsciencia. Morgana, consciente de que ha infligido graves heridas a su oponente, decide no acabar con su vida. En su lugar, lo cura lo suficiente para mantenerse con vida pero inconsciente, y luego se dirige hacia Alexander, quien también ha sido herido en la batalla.

Con su poderosa habilidad de sanación, Morgana cura a Alexander y le ordena que lleve a Sebastián y lo inmovilice en un almacén alejado de la Casa Morrison, donde pueda permanecer hasta que Noah decida qué hacer con él.

Una vez que la situación está bajo control, Morgana lleva a Samantha y Noah a la posada más cercana. Cuando Samantha despierta y ve a Morgana con lágrimas en los ojos tomando la mano de su hermano, la preocupación inunda su rostro. Se acerca a Morgana y le pregunta con urgencia qué ha pasado con su amado hermano.

Con voz tranquila pero llena de tristeza, Morgana le da un breve resumen de los eventos recientes. Samantha, angustiada por la condición de su hermano, toma la mano de Noah y le ruega que despierte pronto, expresando cuánto significa él para ella y lo vacía que sería su vida sin él.

Morgana, consciente de que Noah tardará en despertar, se asegura de que Samantha no haga nada imprudente mientras tanto. Mientras vigila a su amo dormido, le susurra palabras de amor y promesas de cuidarlo siempre.

A llegado el momento

More fun
Want to support CHYOA?
Disable your Ad Blocker! Thanks :)