A su entrenador personal

Una de las pocas cosas que podía hacer Toni-Damián fuera de su opresivo entorno laboral era ir al gimnasio, y solo por se entendía que mantener la fuerza y la presencia física eran necesario para su desempeño. Por lo tanto, el único momento en que podría escapar del cuerpo del guardaespaldas seria allí. Tras los ejercicios de rigor, espero hasta casi la hora del cierra, pues sus ojos estaban fijos en su siguiente objetivo, su entrenador personal. cuando lo vio despidiéndose de otros clientes y marchándose a las duchas, fue tras el. El entrenador se desnudo primero, y el pecador le siguió después. Desde los bancos del vestuario, Toni-Damián sacó el laser y flasheo al musculoso hombre. Luego, fue hasta el y le dio un gracioso cachete en el culo.

-Me tienes que enseñar lo que haces para tener ese culo tan turgente-le dijo.

-Si. claro-Repitió cortado el entrenador, intentando ocultar su polla ya dura a causa del laser.

-Es que, esta super duro- el pecador aprovecho ese momento para magrear el culazo duro y sin pelo del entrenador. Ese cuerpo le atraía. ¿Cómo no iba a hacerlo? era un adonis perfecto. No importaba si eras hetero o gay, simplemente no podías no observar su perfección.

El entrenador salió de su estupor y se lanzo a la carne del pecador. Sus cuerpos se abrazaron y sus lenguas se encontraron en su boca mientras el agua corría por sus espaldas. sus manos buscaron luego las pollas del otro, comenzando a masturbarse. Toni-Damián llevó la voz cantante, llevando mientras le besaba a su amante a uno de los bancos del vestuario. Luego lo tumbo boca arriba y, acercándole la polla, comenzó a follarle la boca mientras masturbaba a su dios griego. El entrenador uso todas sus habilidades físicas para no ahogarse con la tremenda herramienta del guardaespaldas.

Luego llego al momento de la penetración. Fue el mismo entrenador el que se lo pidió que lo hiciera. El pecador sonrió al ver como ese macho mujeriego, que se había acostado con cientos de mujeres, ahora casi suplicaba una polla en su culo. Se lo follo rápido y vigoroso, como si fuera un ejercicio del gimnasio. El entrenador acompaño como pudo las embestidas de Toni-Damián. En cierto momento, comenzó a masturbarse, y enseguida pudo ver el pecador como la polla del adonis eyaculaba sobre su pecho y abdomen esculpidos.

Era el momento de acabar la trasferencia. Sacando su enorme herramienta del culo del entrenador, Toni-Damián empezó a masturbarse también, pero sobre la cara del atractivo dios griego. Este le abrió la boca, expectante de recibir la deseada dosis de ambrosia. Cuando esta llego, fue en mas cantidad de la esperada, llenando la boca, los labios, e incluso parte de la frente con el esperma del pecador. Luego volvieron a ducharse, quedando en repetir este ejercicio tan completo y gratificante. Toni-Damián aceptó, forjando una relación de sexo homosexual y rudo entre los dos hombres.