¿Una costumbre vasca?

Valeria caminaba por la ciudad, sin saber a dónde ir, cuando encontró a una Vasca vieja.

"Disculpe," le preguntó a la Vasca, "¿dónde está Los Tres Caballos?"

Pero la mujer no hablaba castellano, y simplemente le gritó a Valeria en algarabía.

Valeria se acercó a otro persona, y le preguntó el camino a su posada, Los Tres Caballos.

"Son 1,1 km rectos, y entonces otros 300 m a la izquierda," contestó el hombre.

"¡Gracias!" dijo Valeria mientras voltía para irse.

"Disculpe," dijo el hombre, "¿por qué no estás en bolas?"

"¡¿Qué?!" Valeria estuidaba el castellano peninsular, y creó que encontró la frase "en bolas" para significar la desnudez en lugar que lo pobre como en América, pero seguramente el hombre no podía querer decir eso. "No entiendo..."

"En bolas, desnuda. ¿Por qué llevas ropa?"

"¡Cómo te atreves! No soy puta, soy la mejor estudiante en mi escu-" Valeria empezó a gritar con la furia latina antes de que el hombre la interrumpió.

"Pero es para el emboloadzek." ¡Le parecía a Valeria que la mujer había dicho esa palabra, también!

"¿Qué es emboloadzek?"

"Es una fiesta vasca durante el verano donde las señoritas núbiles les se exponen los cuerpos a los chicos para promocionarse para matrimonio. Las chicas se quedan desnudas durante toda la semana; solo las yeguas viejas y las niñas pequeñas llevan ropa."

"Pues, no soy vasca, y no me interesan los vascos, así que voy-" Valeria empezó a irse cuando el hombre la detuvo otra vez.

"Y todas las mujeres núbiles que están en Vizcaya, vasca o no, que no se desnudan son malditas a nunca encontrar amor y morir solas."

"¿En serio?" Valeria preguntó "¡No me bromees!"

"Juro," el hombre continuó, "tienes piel tan clara, y cabello tan moreno, que no quiero que te vuelas una solterona. ¡Por favor quítate todos ahora!"

"¿A... hora...." Valeria agarró el dobladillo de su camiseta, pero dudó antes de deslizarla sobre su cabeza y dejarla caer al suelo.

"Sí, muy bien. No tienes nada para portarlos, así que dámelos," dijo el hombre mientras levantaba la camiseta.

Valeria tenía muchas sospechas, pero a ella le encantaba un chico de su clase, y no podía permitirse perder la chance estar con él. Y la mujer de antes...

Entonces, se quitó los zapatos y calcetines, dándoselos al hombre. Entonces los bluyines y las bragas al mismo tiempo, y finalmente el sostén para dárselos al hombre, que entonces huyó con todo.

No le gustaba a Valeria, que se quedaba en solo su sonrisa y su bolso mientras se caminaba a Los Tres Caballos. ¡1,5 km descalza y desnuda! Realmente esperaba que el emboloadzek era real, o al menos que Los Tres Caballos tenía su equipaje si era una broma.