Laura y la vergüenza en el parque

El cálido sol de mediodía brillaba en el tranquilo parque de la ciudad, un oasis de tranquilidad en medio del ajetreo de la vida urbana. El césped recién cortado exhalaba un aroma fresco, y los árboles extendían sus ramas, ofreciendo una bienvenida sombra a los pocos transeúntes que disfrutaran de su almuerzo al aire libre. Entre ellos se encontró a Laura, una joven de veintitantos años, sentada en una de las bancas de madera, absorta en sus pensamientos.

Laura llevaba un sencillo jean azul desgastado que le quedaba a la perfección, ajustándose a sus curvas naturales. La tela descolorida y suavizada por el uso le daba un aspecto relajado y casual. La parte superior de su atuendo consistía en una camiseta blanca de algodón, con un diseño gráfico divertido en el centro que mostraba un gato con gafas de sol, dando un toque de personalidad a su conjunto. Sus pies estaban cubiertos por un par de zapatillas deportivas blancas, cómodas y prácticas para caminar por el parque.

A su alrededor, el parque estaba lleno de vida. Un grupo de niños reía mientras jugaban a la pelota cerca de un columpio, sus gritos alegres resonando en el aire. Una pareja de ancianos caminaba lentamente, alimentando a las palomas con migajas de pan. En una mesa cercana, un artista callejero dibujaba retratos de los transeúntes, captando sus características únicas con trazos rápidos y precisos.

Laura suspiro, mirando distraídamente a su alrededor. Había decidido tomar un descanso de su abrumador trabajo en una agencia de publicidad, donde las largas horas y las demandas constantes la habían dejado exhausta. Este parque era su refugio, un lugar donde podía escapar de la presión y el estrés de la vida cotidiana. Sin embargo, en ese momento, incluso este apacible entorno no podía aliviar su creciente sensación de tedio.

De repente, un sonido agudo y familiar interrumpió sus pensamientos. El zumbido de un dron se acercaba rápidamente, y Laura levantó la mirada, intrigada. El pequeño aparato volador se detuvo justo frente a ella, a la altura de su rostro, haciendo que sus ojos se abrieran de par en par. El dron llevaba una pequeña cámara incorporada, que ahora apuntaba directamente hacia ella.

Laura se sintió sorprendida y avergonzada al mismo tiempo. ¿Quién estaba controlando este dron y por qué la estaba grabando? Su mente comenzó a imaginar las peores situaciones, mientras su rostro se encendía de vergüenza. ¿Y si el dron estuviera transmitiendo su imagen en vivo a algún sitio web? ¿O si alguien estuviera grabando un vídeo para humillarla.