El vecino

Como otras muchas noches después de cenar mi esposa se queda en el salón mirando la tele, uno de esos programas que a mi no me gustan en absoluto. Mientras, yo estoy en otra habitación charlando en un chat de contactos. Mi esposa y yo somos swingers desde hace tiempo y algunas noches me gusta entrar en algún chat con la intención de encontrar chicos para futuros contactos.

La presente historia arranca una de esas noches, acaba de sonar el timbre de la puerta, ella ha abierto la puerta y entra en la habitación para decirme que es el vecino que viene a charlar un rato.

La historia parte de un hecho real, hace años, aproximadamente unos veinticinco, nos iniciamos en el sexo compartido con ese vecino, con él fue con el primero que hicimos un trío, aunque al principio solo se trataba de sexo oral. Más adelante los tríos fueron completos, en ocasiones solía dejarlos solos durante un rato, incluso en alguna ocasión ambos se vieron sin mi presencia. Durante un tiempo seguimos haciendo tríos con cierta frecuencia pero con el transcurso de los años esos encuentros fueron menguando hasta que llego el momento que ya no se repitieron. En la actualidad seguimos siendo amigos y buenos vecinos.

Para facilitar la historia voy a poner nombres a los personajes: Cristina, mi esposa; Carlos, el vecino; y yo, que usaré el nombre de Luis.

Empecemos pues con la historia, en el salón estamos Cristina y Carlos sentados en el sofá y yo, Luis, cerca de ellos sentado en un sillón, nos hemos servido unas copas y estamos charlando animadamente.