La consola retro

Lucas se lanzo a su cama con un largo y sonoro bufido ¿Ahora, a sus 21 años, debía de... trabajar? Su padre estaba muy enfadado. Claramente no le quedaba otra. ¿O no?

Un extraño pitido sonó desde dentro del cajón del escritorio. Intrigado, el joven abrió el cajón, lleno de antiguos cargadores de móviles, cables usb y otros inservibles aparatos electrónicos. Entre ellos, se escucho de nuevo el pitido y vio un resplandor. Provenía de una antigua consola portátil que Lucas no reconoció.

-¿Esto es mío?- pregunto el chico mientras la sacaba del cajón- no me suena que me regalaron algo así.

En ese momento, la pantalla volvió a iluminarse y apareció un texto:

" GAMESEXUAL"

"¡Jamás tener sexo con otros hombres fue tan fácil! solo introduce el nombre escogido o una breve descripción del hombre deseado (debe de estar a menos de dos metros de la consola) y consigue que se vuelva loco por tus huesos. Precaución: los hombres elegidos recordaran las acciones cometidas. El pacto sexual debe ser completado para evitar colapso. Escoge con cautela"

Y tan rápido como apareció el mensaje, se borro de la pantalla, apareciendo una lista con dos nombres para poder seleccionar. Fermín y Sergio. Su padre y su hermano.

Lucas supo que el poder de la consola era real. Era una de las ventajas de los objetos malditos. Los usuarios entendían, sin dudas ni cuestionamientos, que esos objetos existían y que sus efectos eran ciertos. El problema siempre era que debían elegir usarlos.

-¿Que clase de tontería es esta?- dijo en voz alta Lucas- No voy a follarme a un tío. Ni de coña.

Y arrojó la consola a una esquina de la habitación.

Lujuria sonrió entre las sombras.

"veremos lo que tardas en jugar con la consola, Lucas"