consolidar su relacion con su hermana

En lo profundo del bosque, bajo el manto de estrellas y el resplandor de las luciérnagas, Noah y Samantha se encuentran en un claro apartado de todo. La oscuridad de la noche envuelve el entorno, otorgándoles una sensación de intimidad y secreto. Samantha, bajo la influencia del collar y el anillo, espera las ordenes de Noah, mientras este se prepara para liberarla de su control directo.

"Hermanito...", murmura Samantha, su voz apenas un susurro en la noche.

Noah la observa el vacio rostro de su hermana, sus ojos apagados e inexpresivos. "Samantha, ha llegado el momento de que recuperes tu libertad".

El corazón de Samantha late con fuerza en su pecho mientras espera la orden de Noah. "Sí, hermanito", responde con tono apagado.

Noah mira a samantha, con una mirada ardiente y pasión. "Te liberare del control directo y quiero que me beses como si este fuera el último día de nuestras vidas", ordena, su voz resonando en la quietud de la noche.

Un destello de determinación cruza los ojos de Samantha mientras asimila la orden. Sin vacilar, se acerca a Noah con paso firme, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Con un gesto apasionado, envuelve sus brazos alrededor de él y lo besa con una intensidad abrumadora.

El bosque parece cobrar vida a su alrededor mientras se entregan al ardor del momento. La brisa nocturna susurra entre los árboles, como testigo silencioso de su pasión desenfrenada. Samantha se abandona completamente al beso, dejando que sus labios y su cuerpo hablen por ella.

El beso es una mezcla embriagadora de deseo y anhelo, un baile de pasión que los envuelve por completo. Noah se deja llevar por la vorágine de emociones, permitiéndose explorar cada rincón del cuerpo de Samantha con manos ansiosas y temblorosas.

Entre susurros entrecortados y suspiros apasionados, Noah y Samantha se sumergen en un trance de puro éxtasis, donde el mundo exterior desaparece y solo existen ellos dos, perdidos en el éxtasis del momento.

En lo profundo del bosque, bajo el manto de estrellas y el resplandor de las luciérnagas, Noah y Samantha se encuentran en un claro apartado de todo. La oscuridad de la noche envuelve el entorno, otorgándoles una sensación de intimidad y secreto. Samantha, bajo la influencia del collar y el anillo, obedeciendo las ordenes de Noah.

"Noah...", murmura Samantha, su voz apenas un susurro en la noche.

Mientras se besan apasionadamente, Noah desliza una mano hacia los pechos de Samantha, acariciándolos con suavidad y provocando un suspiro de placer en ella. Con la otra mano, acaricia el trasero de Samantha, apretándolo con firmeza y atrayéndola más hacia él en un gesto de posesión y deseo desenfrenado.

El beso es una mezcla embriagadora de deseo y anhelo, un baile de pasión que los envuelve por completo. Noah se deja llevar por la vorágine de emociones, permitiéndose explorar cada rincón del cuerpo de Samantha con manos ansiosas y temblorosas.

Poco a poco, la necesidad de estar aún más cerca el uno del otro los impulsa a desvestirse, liberando sus cuerpos de las barreras de la ropa y quedando completamente desnudos.

Con una mirada ardiente, Samantha se desliza hacia abajo, sus labios trazando un sendero de fuego sobre la piel de Noah. Comienza besando su pecho con delicadeza, sintiendo el latido acelerado de su corazón bajo sus labios. Cada beso es un tributo al deseo abrumador que siente por él, un deseo que la consume por completo.

Sus labios encuentran chupando los pezones de Noah, y Samantha los lamió con una mezcla de ternura y pasión, provocando un gemido suave de placer en él. Las manos de Noah se aferran instintivamente a los mechones de cabello de Samantha, mientras ella se entrega por completo a la deliciosa tortura.

Samantha se deleita en cada centímetro del cuerpo de Noah, explorándolo con una devoción ardiente. Sus labios trazan un camino ascendente desde su cuello hasta su pecho.

Noah se estremece bajo las caricias expertas de Samantha, su cuerpo ardiendo de deseo mientras ella lo adora con sus besos apasionados. Cada toque, cada caricia, aviva el fuego que arde entre ellos, consumiéndolos en una vorágine de éxtasis y deseo.

En ese momento, no hay nada más en el mundo excepto ellos dos, perdidos en el éxtasis del deseo y la pasión. La noche se convierte en su santuario privado, un lugar donde pueden entregarse por completo el uno al otro, explorando los límites de su amor y su deseo en medio de la oscuridad del bosque.

En tal momento de pasión Noah no puede soportarlo mas un con su pene completamente erecto le ordena a Samantha que se la chupe a lo que samantha completamente exitada le dice responde a Noah con un si hermanito te la chupare, te la chupare las veces que quieras, no me importa donde sea, vivo para complacerte y comienza a dale una mamada al hombre de su vida.

Noto lo calida que es su boca alrededor de mi pene, la humedad de su saliva resbala por mi tronco, una sensación que no puedo describir. Me encanta como me la chupa, la forma en que mueve su boca es increíble, me vuelven loco y ella lo sabe, ahora mismo estoy en el cielo. Hace garganta profunda una.

Mientras disfruto la sensación de la boca de mi hermana en mi pene, noto el hermoso culo que tiene ver esas firmes nalgas provoca que mi pene se ponga aún más duro dentro de su boca de ella, soltando un poco de arcadas cuando mi pene llega a partes que ella no tenía contempladas.

Ver ese trasero hacen que quiera pasar directamente a la mejor parte parte y le digo:

Noah: Detente hermana.

ella detiene su mamada y saca su boca de mi pene y espera de mi siguiente orden.

Le digo que apoye sus manos en el árbol mas cercano y me muestre esa vagina mojada que me encanta y acto seguido comienza a jugar con su vagina haciendo que samantha comience a gemir, Noah se encuentra detrás de Samantha, Noah comienza a deslizar pene sobre la vagina de Samantha, generando sensación más exitante de sus vidas.

Samantha suspira con placer al sentir el pene de Noah acariciando paredes vaginales. Cada movimiento es como una caricia que la transporta a un estado de puro deleite. Se siente mimada y cuidada, y el simple hecho de que sea Noah quien esté detrás de ella, hace que la experiencia sea aún más especial.

El tacto de Noah es mágico, y Samantha se entrega por completo a la sensación embriagadora de exitacion que le brinda. Cada roce la deja inmersa en un océano de placer y extasis. En ese momento la conexión íntima que comparten en el bosque es lo único que importa.

Un par de horas antes de que Noah y Samantha comenzaran a coger como conejos, 4 horas después de que los hermanos se fueran al bosque La tarde caía lentamente sobre la mansión cuando Sebastian llegó, con el corazón latiendo de emoción y una sonrisa en los labios. Esperaba con ansias ver a Samantha y disfrutar de su compañía como lo hacían siempre. Sin embargo, su alegría se convirtió en desconcierto cuando el padre de Samantha, William, abrió la puerta en lugar de ella.

La expresión de Sebastian se ensombreció al ver la mirada seria en el rostro de William. Se preguntó por qué Samantha no estaba allí para recibirlo, pero su preocupación se intensificó cuando William le informó que ella había salido a caminar al bosque con su hermano Noah.

Sebastian frunció el ceño, confundido. Recordó que habían planeado reunirse esa tarde para discutir los detalles de la distribución de los invitados para la boda. La idea de que Samantha se hubiera ido sin siquiera mencionarle nada lo dejó perplejo.

Intentando desviar la conversación hacia un tema menos incómodo, William comentó que Samantha había estado actuando de manera extraña últimamente, como si la boda ya no le importara. Sebastian se sintió alarmado por las palabras de William y le aseguró que eso no podía ser verdad. Recordó vívidamente la última vez que se vieron, cuando estaban radiantes de alegría y emoción por su futuro juntos.

Sin embargo, la preocupación se aferró a Sebastian mientras se preguntaba qué había cambiado desde entonces. Temía lo peor y deseaba desesperadamente encontrar a Samantha para entender lo que estaba sucediendo.

Ahora en la actualidad:

Samantha yacía sobre el suelo del bosque, con los ojos abiertos y una expresión de éxtasis en el rostro mientras Noah le daba la mejor cogida. Habían pasado dos horas desde que habían comenzado, y cada minuto había sido un regalo para Samantha, quien se dejaba llevar por las habilidades de su hermano.

Sin embargo, a pesar del placer que experimentaba, comenzaba a sentirse cansada.

Noah lo había notado y decidio ponerle fin y aunque quería correse dentro de ella y dejarla embarazada no podía ya que eso debia ser en luna llena y para eso faltaba 1 semana y seria suya para siempre sin la necesidad del collar y el anillo. Con voz suave, le indicó a Samantha que era hora de vestirse.

Samantha todavía sintiéndose en un estado de extasis asintió con la cabeza, agradecida por el maravilloso momento que habían tenido ambos hermanos. Con una sonrisa, se puso de pie y comenzó a recoger sus prendas de vestir para volver a ponerse la ropa.

Noah observaba con emoción cómo Samantha comenzaba a vestirse. Cada movimiento que hacía mientras se ponía la ropa era como una danza hipnotizante para él. Sus ojos recorrían cada curva de su cuerpo con un anhelo palpable, agradecido de que todo eso ahora le perteneciera a él gracias al poder del collar y el anillo.

Samantha era consciente de la intensa mirada de su hermano mientras se vestía, así que decidió hacerlo más lento y con un toque de sensualidad adicional. Cada movimiento de sus manos al ajustar la ropa, cada gesto al subirse los pantalones o ajustar el sostén, estaba calculado para deleitar a Noah aún más.

Con una sonrisa traviesa bailando en sus labios, Samantha se movía con gracia y elegancia, permitiendo que cada prenda cayera sobre su piel con una deliberada lentitud. Sabía que cada movimiento estaba siendo observado por los ojos ávidos de su hermano, y se deleitaba en la idea de complacerlo.

Cada gesto era un juego entre hermanos, un juego en el que Samantha estaba dispuesta a participar para satisfacer a Noah y reforzar su conexión. Mientras se vestía, sentía el peso de su hermano sobre ella, no solo físicamente, sino también emocionalmente, y estaba decidida a hacer todo lo posible para mantenerlo feliz y satisfecho.

Después de una larga caminata por el bosque, Samantha y Noah llegaron finalmente a la mansión, donde los esperaba Sebastian. Samantha notó su presencia con disgusto, y cuando Sebastian se acercó para saludarla con un abrazo y un beso, ella levantó una mano en señal de detención, impidiéndole acercarse. Sebastian, confundido, le preguntó si algo estaba mal.

Antes de que Samantha pudiera expresar su desdén, Noah le hizo una mirada significativa, indicándole que no hiciera una escena en ese momento. Entonces, con una sonrisa forzada, Samantha le dijo a Sebastian que se sentía cansada y que se retiraría a dormir.

Sin embargo, antes de que se fuera, Sebastian notó el extraño collar que Samantha llevaba puesto y preguntó quién se lo había regalado. Samantha respondió que fue su amado hermano quien se lo había dado. Cuando Sebastian intentó acercarse para examinarlo más de cerca, Samantha le dio un leve golpe en la mano y le advirtió que nadie más que su hermano podía tocar su collar. En un pensamiento interno, Noah agregó que este era un mecanismo de defensa del collar para evitar que alguien más lo alejara de su portador, lo que liberaría a la víctima del control del propietario del anillo.

Finalmente, Sebastian se dirigió a Noah y le preguntó dónde había conseguido ese collar. Noah, evitando la pregunta, simplemente respondió que estaba cansado y que hablarían de eso más tarde, dejando a Sebastian con más dudas que respuestas mientras contemplaba la situación desconcertado.