Tratamiento: ansiedad

La puerta de la consulta se abre y en ella entran dos personas, un padre y un hijo. Es posible reconocer su parentesco en algunos rasgos de sus rostros, pero físicamente son totalmente diferentes. Mientras que el padre es un hombre de unos 40 y algo años, de pelo y barba castañas, bastante alto y de porte atlético. Su hijo, que no debe de llegar a los 20, es de pequeño tamaño, delgado y de aspecto casi enfermizo, con un pelo oscuro como el carbón y sin rastro de vello facial. El padre se sienta con seguridad en la silla mientras que con un gesto de su mano, le pide al hijo que se siente a su lado. Este obedece, pero baja enseguida la mirada, cohibido ante el escrutinio del doctor. Este no sabe quien le pone mas, si el padre seguro de si mismo o el hijo de rostro inocente.

-Decidme- les dijo el medico, mientras pensaba en como hacer que se desnudaran ambos- ¿Qué os pasa?

El padre echa una mirada a su hijo, que sigue mirando hacia el suelo. El hombre, con un suspiro de resignación, comenta:

-Mi hijo lleva ya varias semanas muy nervioso. Estamos a punto de terminar el cuatrimestre en la universidad, además de que las finales de tenis están a la vuelta de la esquina. Esta muy disperso. Muy despistado. Creo que necesita algún calmante o algo que le centre. No puede suspender ningún examen. Y necesita ganar ese campeonato.

Estaba claro que lo que necesitaba el joven era un poco de descanso de los deseos insatisfechos de su padre. Pero hoy, el juramento hipocrático de Ignacio no era importante. Hoy cumpliría sus fantasías mediante los nuevos poderes otorgados por el demonio.

-Ok. Vamos a hacer un chequeo general para medirle las constantes- dijo el doctor, mientras se levantaba de la silla y señalaba la camilla al chico- Bájate los pantalones y la ropa interior. He de mirarte el ano.

Ni padre ni hijo discutieron ni vieron rara la petición del médico. El joven se bajo los pantalones, mostrando sus piernas lampiñas también, solo con una mata de pelo corto y rizado coronando sus genitales. Ignacio pronto se puso de rodillas a magrear los pequeños glúteos del hijo. Le abrió las nalgas para comprobar que, efectivamente, apenas había vello rodeando ese agujerillo virginal que tanto le apetecía. No pudo contenerse, y se lanzó a comérselo con la lengua.

-¿Por que le mete la lengua en el ano a mi hijo?-Preguntó el padre, eso si, sin tono de enfado no queja, solo extrañado.

-Voy a introducirle los dedos para comprobar su estado de animo-invento sobre la marcha el pecador- es para que no le duela luego.

El padre asintió, así que Ignacio continuó devorando el culo del muchacho. Después, tras introducir uno de sus dedos, empezó a lamer por detrás los apretados testículos del chico. Este ya gemía débilmente. Su polla, delgada, estaba totalmente dura.

-Lo que pensaba- dijo de repente Ignacio, que tenia su polla durísima bajo su pantalón- El problema es que esta bajo de animo. Necesita un... reconstituyente. El mejor de todos es el esperma humano. Este es rico en proteínas, vitaminas del grupo B y aminoácidos esenciales. Es un perfecto ansiolítico. Eso si, debe ser introducido directamente por el recto, como un supositorio.

-¿Con algún tipo de jeringa?- preguntó interesado el padre.

-No. No. Directamente con la polla de otro hombre.

Una idea oscura y diabólica surgió en la mente de Ignacio. Quería follarse al muchacho pero, ¿no seria mas morboso ver como este era desvirgado por su propio padre en esta consulta?

-Sabe. Según los últimos estudios publicado en la revista _Sperm of America, _si el semen recibido por el paciente tiene similitudes con su ADN, o sea, son familiares, este tiene un 40% mas de eficacia.

-¿De un familiar?-dijo, curioso, el padre.

-Si, como usted mismo. Folleto aquí hasta que eyacule dentro de su hijo, y así él podrá recibir la primera de las muchas dosis de su semen.

El padre se encogió de hombros y comenzó a desvestirse mientras el hijo hacia lo mismo. Ninguno se volvió a preguntar nada, simplemente actuaron como si el medico les hubiera pedido que abrieran la boca y dijeran A. Ignacio, que tenia hasta dolor de testículos de imaginarse lo que iba a pasar a centímetros de él, le paso al padre el bote de vaselina.

-Le explico a los dos la mejor manera de hacer el tratamiento. Acaricie con uno de sus dedos el ano de su hijo. Si, así lo hace perfectamente. Pase también los dedos por el perineo y los testículos. Si, que su hijo se ponga sobre la camilla boca arriba. Así, perfecto. Ahora mientras con una mano acaricia suavemente los testículos de su hijo, introduzca poco a poco uno de sus dedos. El anular esta bien. Muy bien, ahora siga hasta el final. Lo notara estrecho, pero no se preocupe, a medida que usted vaya aplicando el esperma a su hijo, el ano de él se expandirá. Bien. Ahora intente meter dos dedos. Muy bien. Creo que ya están preparados. Ya veo que su polla también esta dura, así que, cuando desee, puede desvirgar a su hijo.

El padre tenia una polla a la altura de su... altura. No solo era larga, si no también bastante gorda. A Ignacio le pareció casi imposible que ese trabuco entrara en el culo de su pequeño y tan distinto niño, pero así fue. EL muchacho se porto como un campeón, aceptando centímetro a centímetro de esa mole que le abría el culo sin piedad. Cuando pudo retener todo el rabo de su padre, el chaval se permitió dar un pequeño grito, mas cercano al placer que al dolor. Entonces su padre comenzó con el vaivén, sacando el rabo y volviéndolo a entrar mientras su hijo cada vez gemía mas fuerte. El pecador se saco directamente la polla y comenzó a masturbarse por la sesión privada de porno. Estaba tan caliente que no tardo en eyacular sobre su propio escritorio. El padre del paciente tardo unos cinco minutos mas en rellenar de leche al joven.

-Que el chico sea rellenado de leche una vez al día como mínimo- les dijo el doctor mientras pensaba en lo que iba disfrutar viéndolo- Ya vera como en uno días aumenta la confianza y la energía en su hijo. Ya no se sentirá nervioso nunca mas.

Ambos hombres asintieron y salieron de la consulta, aunque uno de ellos caminaba algo distinto de como había entrado. A pesar de que ya había recibido su dosis de esperma ese día, el padre del muchacho quiso darle un refuerzo esa misma noche, follando de nuevo a su hijo antes de que este se acostase. Los resultados comenzaron a verse en el animo del muchacho a los cuatro días de tratamiento. Era el mismo joven el que buscaba a su padre para que le aplicara el tratamiento. Si este estaba cansado o no tenia el rabo lo suficientemente duro como para aplicárselo, era el propio chico el que se encargaba de hacerle una mamada a su padre para que, ya con la polla dura, poder autopenetrarse con el trabuco erecto de su progenitor.

El joven tubo otro cambio al final de la semana de tratamiento. Parece ser que se hizo algo adicto a la sensación que le embargaba tras ser rellenado con la leche de su padre. Ese mismo domingo, antes del partido de tenis, comenzó a ponerse muy nervioso. Se jugaba pasar a semifinales y necesitaba su leche. Su padre, por desgracia, tuvo que irse a un viaje de negocios, por lo que, desesperado, le pidió a su entrenador si podía ayudarle con su tratamiento. Este no lo dudo, pues su pupilo tenia que tranquilizarse. La polla de su entrenador no era tan gorda como la de su padre, pero si le follo con mas ganas. De esta manera, el joven aprendió que, aunque el semen de su padre era mas eficaz, le valía cualquier leche fresca de macho en su culo para calmar sus ánimos.

Cada día que pasaba, el paciente parecía mas enganchado al esperma, pudiendo ser preñado entre 3 o cuatro veces al día. Como a nadie parecía importarle ver este siendo follado, el joven pedía a cualquiera con un mínimo de cercanía para que le ayudara con su estado de animo. ¿Qué se ponía nervioso por un examen?, pues cabalgaba la polla de su profesor encima del escritorio. ¿Qué había un atasco y no llegaba a tiempo al entrenamiento?, pues uno de los viajeros del autobús le rellena el culo en el asiento de atrás. ¿Qué la chica que le gustaba le daba largas al buscarla a su casa?, pues se follaba al padre de la muchacha en la propia cama de ella.

La necesidad de esperma aumentaba cada día. Pronto la ansiedad venia de la propia ansiedad de tener sexo. Cuando tenia un ataque, que eran casi cada tres días, el paciente acudía a una casa al azar de su vecindario. Tocaba al timbre y se follaba al primer varón de esa casa. Luego al segundo, así sucesivamente hasta dejar bien secos a todos los hombres de esa familia y poder regresar con una sonrisa en los labios y el culo repleto de leche. Su padre se dio cuenta de que su hijo tenia un problema cuando regreso una noche, casi a las dos de la madrugada, con el rostro lleno de cansancio. Acababa de venir de la casa de un católico riguroso, y había sido preñado por el padre de familia, sus 5 hijos varones y el abuelo de todos ellos. Algunos de los hijos incluso repitieron, por lo que perfectamente pudo tener mas de veinte corridas en su culo en apenas unas horas.

Cuando Ignacio recibió la llamada del padre del paciente al final de cuarto mes, este ya sabia lo que estaba pasando gracias al poder del demonio. Les indico que debían controlar al chico, que había abusado de la dosis recomendada, un preñamiento de su padre al día, y por eso se había vuelto adicto al esperma. Debía volver a la dosis saludable. Eso si, no podría ser reducida de golpe. Debian ser poco a poco. El pecador les recomendó un truco. Dado que el semen de un familiar del muchacho es mas efectivo, que otros miembros de la familia le follaran y preñaran a intervalos regulares, para que, poco a poco, fuera renunciando a la cantidad por la calidad. El padre del chico agradeció la idea al medico y esa misma tarde acudieron a su casa el tío del muchacho junto con dos de sus primos, que se vaciaron dentro del ano del pequeño adicto. Con esa técnica, el paciente pudo reducir su dosis de ansiolítico a una vez cada dos días. Eso si, debía ser de su padre.