Tratamiento: Dolor de espalda

Entra en la consulta un hombre de unos 34 años, vestido con un uniforme de trabajo lleno de restos de yeso y manchas de pintura. Es moreno, de barba desaliñada y aspecto rudo. A Ignacio se le cae la baba nada mas verlo entrar. También se da cuenta que los movimientos que hace no son naturales. Claramente esta fingiendo un dolor de espalda que no es tan incapacitante.

-Buenos días doctor-le dice el hombre- llevo ya un par de días con un dolor insoportable en la espalda, y así no puedo continuar en la obra.

-¿Le duele mucho la espalda?

-Muchísimo. Creo que debería darme la baja.

Ignacio llevaba suficientemente tiempo en la profesión para saber cuando un paciente le estaba mintiendo. Poco le importaba. Hoy, con los nuevos poderes otorgados por ese demonio, la dolencia real o imaginaria del paciente no era lo importante.

-Vamos a chequearte-le dijo- quítate la camiseta.

El obrero le obedeció, quitándose la camiseta y mostrando un pecho fibrado y recubierto de un corto vello, recortado seguro con máquina. Ignacio le devoró con los ojos y con las manos, mientras palpaba sus musculosos brazos tatuados, su pectoral duro y su barriguilla sexy.

-¿Le duele aquí?- preguntó sin reservas el medico, mientras con su manos acariciaba uno de los pezones del hombre

-No. le he dicho que me duele la espalda-le replico el obrero, aunque su voz no sonaba enfadada si no extrañada por el tocamiento.

-¿Conoce los estudios del Dr Hillman-Collins?- dijo Ignacio, inventándose todo sobre la marcha- Dicen que hay una relación entre los músculos de la espalda y los de la polla.

-Eso no parece tener sentido- replicó el paciente.

-Se lo demostraré. Bájese los pantalones y los calzoncillos.

El paciente volvió a obedecer, quedándose totalmente desnudo sobre la camilla de la consulta. Ignacio no duro ni un segundo en comenzar a masturbar el rabo que se mostraba ante él, que empezó poco a poco a aumentar de tamaño hasta llegar a un tamaño bastante interesante.

-Me sigue doliendo la espalda-dijo el obrero mientras el medico acompañaba su paja lamiendo el pezón izquierdo del hombre.

-Probemos algo mas fuerte-le contestó el pecador, que arrodillándose, se introdujo ese rabo en la boca.

Los gemidos del paciente pronto comenzaron a surgir de la boca del obrero. Ignacio no había follado mucho en su vida, pero si sabia como comer bien una polla. Y por mucho que su paciente mentiroso fuera hetero, no puedes contener el placer de una lengua cálida en tu glande. Por eso, el paciente no pudo aguantarse mas y de su polla brotaron varios chorreones de semen que cayeron dentro de la garganta del pecador.

-¿Le sigue doliendo la espalda?-preguntó Ignacio mientras se relamía el esperma de sus labios.

-Ya no-afirmó el paciente- Aunque creo que sigo necesitando una baja.

Ignacio estalló por fin. Ese imbécil quería utilizarlo solo para no ir a trabajar, y eso él no iba aceptarlo.

-Tu lo que quieres es que yo te de la baja para tener unas vacaciones pagadas-le dijo enfadado

El obrero, aun desnudo, baja la cara avergonzado.

-Es verdad que al trabajar se me carga la espalda, eso es cierto-dice- pero no me gusta trabajar en la obra. Es muy cansado y pesado. ¿No puede hacerme una baja de al menos una semana?

-Hare algo mejor, capullo mentiroso- le replicó Ignacio, con intención de castigar al paciente- Voy a hacerte amar tu trabajo. De rodillas.

-¿Por que?-preguntó el hombre, mientras recogía su ropa del suelo, con intención de marcharse.

"mierda-pensó el pecador- no me obedecerá si mis ordenes no son prescripciones medicas. No voy a dejar que este imbécil se salga con su culo intacto"

-¿quieres que deje de dolerte la espalda cuando trabajes, y que tengas mas fuerza y resistencia para soportar el trabajo?-replicó rápidamente el medico.

-Si, claro. ¿Quién no?

-Entonces, de rodillas.

El paciente, que ya se había puesto la ropa interior, esta vez si obedeció a su medico. Este le puso su polla casi en los labios.

-Hazme una mamada. cómeme la polla como si fuera la cosa mas sabrosa del universo. Esto hará que no te duela la espalda al cargar peso.

El paciente volvió a obedecer, y con torpeza empezó a hacerle una felación a Ignacio. Este, que había perdido la paciencia, empezó a follarle la boca. A obligarle a tragársela entera e incluso, a darle pequeñas cachetadas en la cara.

-¿Por que me golpea?- decía el paciente, mientras volvía a intentar tragarse la polla del medico.

-Es la segunda parte del tratamiento-le dijo- si los hombres te tratan como una perra de mierda y te follan, tendrás una energía envidiable en el trabajo y no notaras cansancio.

¿Tenia sentido? Claro que no, pero a ninguno de los dos le importó gracias a los poderes adquiridos del pecador.

-Túmbate sobre la camilla, voy a desvirgarte el culo como la zorra que eres.

El obrero acató las ordenes sin dudar. Los poderes del demonio funcionaban perfectamente. Poniéndose un poco de vaselina en la polla, y cogiendo las piernas peluditas del obrero, Ignacio no tardó en perforar el virginal ano de su paciente sin nada de delicadeza. Le golpeo con sus caderas con furia mientras le insultaba y le rebajaba. La escena fue tan caliente que en menos de diez minutos ya estaba el pecador rellenando el culo con su leche.

-Se acabo hacer el gandul-le dijo Ignacio mientras sacaba su polla del chorreante agujero del paciente- Vas a ser la mas puta de toda la obra. Si quieres que nunca te duela mas la espalda, vas a pedir que te follen tus compañeros de trabajo. Les comerás las pollas. Les pondrás tu culo. Te asegurarás de que disfruten de tu cuerpo como la zorra que eres. Sigue estos consejos y jamás querrás pedir de nuevo una baja.

El obrero aceptó, mientras se vestía lentamente. Al día siguiente empezó a cumplir con la prescripción del medico. Sus compañeros aceptaron a su nuevo muñeco sexual sin preguntarse si era normal, ellos que tenían novias y esposas, follarse duro a uno de sus colegas de trabajo. Ignacio pudo disfrutar de todo eso gracias a los poderes otorgados por el demonio. De esta manera pudo ver que el primer obrero en follarse al paciente fue un inmigrante de Mali que le destrozo el culo con su enorme polla. Se corrió dentro del paciente dos veces. Se notaba que desde que había salido de su paisa, no había tenido sexo.

Uno a uno, día a día, todos sus compañeros de trabajo le follaron el culo al mentiroso. La productividad disminuyo, pues a veces en vez de estar trabajando, los obreros se estaban follando al paciente. Nadie recrimino nada, pues uno de los habituales folladores era el capataz de la obra, que tras recibir varias quejas por los plazos, lo único que estipulo es que follaran como mínimo en parejas, para evitar demasiados "descansos en el personal"

El paciente ya no volvió a pedir una baja nunca. De hecho, era el primero en llegar al trabajo y el ultimo en salir de él.