Se une con él

"No puedo dejar que te lleven."

Apretó unos botones y el contenedor se abrió de par en par dejando al simbionte libre.

Catalina le estiró su mano.

"Vamos, únete conmigo rápido."

Tenía cierta desconfianza. Pese a haber recabado un montón de información sobre aquella criatura y también tener a su amiga como vivo ejemplo de lo que pasaría si una se te une, no podía dejar de creer que había algo más detrás de aquellos seres porque, según ella, seguían siendo extraterrestres.

La masa verde se movía lentamente, cosa que no lograba más que exasperar a la morena que se encontraba de por sí muy nerviosa con las personas que se encontraban fuera.

"Al demonio." gritó para introducir su mano de lleno en el charco de slime.

De repente una corriente de electricidad recorrió todo su cuerpo llegando hasta sus partes intimas. Fue la primera vez que Catalina eyaculó de aquella manera en su vida. Gracias a que sus pantalones cortos de gimnasia eran negros no se notaba lo mojado a excepción del liquido que bajaba por su pierna.

Rápidamente se quitó su bata de laboratorio y se limpió como pudo.

Observó nuevamente su mano para darse cuenta de que la criatura no avanzaba sobre su cuerpo. No lograba entender el por qué.

Tampoco tuvo mucho tiempo para analizarlo ya que escuchó como tumbaban la puerta de su casa con pura violencia, el corazón de la morena estaba por explotar de miedo y nerviosismo.

Corrió hasta su cuarto dirigiéndose hacia su ventana.

"Espero que esto funcione."

Había visto a Andrea hacerlo en la tele, por lo que, si aquél simbionte era parecido al de su amiga, debía tener la propiedad de lanzar alguna especie de masa en forma de cable. Lo malo era que estaba unido únicamente a su mano, cosa que podía complicar todo.

Afortunadamente tuvo razón y pudo escapar balanceándose torpemente y con mucho terror y pánico de su casa.

Logró avanzar varios minutos en donde todos los sentimientos se fueron calmando hasta dejar solamente a uno, la calentura.

Como pudo llegó hasta el techo de un edificio y comenzó a masturbarse con su mano simbiótica mientras que con la otra manoseaba sus tetas por encima de su top deportivo azul. En un momento pudo sentir como parte del simbionte se desprendió de su mano para entrar como una serpiente a su vagina estimulándola en el proceso.

Eyaculó una vez más, pero la excitación no bajaba. Se estaba volviendo loca de tanto placer. No podía aguantarlo, necesitaba ayuda urgente.