Se descubre el pastel

A pesar de los gritos de su novia, Luis seguía comiéndole la polla a Alberto, incluso, ni se inmuto cuando esta le zarandeaba. El pecador estaba aislado de los gritos, y solo podía disfrutar de esa extraña y maravillosa sensación nueva.

-Esto no puede estar pasando- finalizo Lorena, y con un portazo salió del piso. En unos segundo la siguió Claudia, la hermana de Alberto, que agarrada del brazo empujaba a su marido Ángel, aunque este se desembarazo de ella.

-Ves con ella- dijo, con sus ojos fijos en la polla de Alberto- yo soluciono esto.

En el momento en que se escucho el segundo portazo, Ángel se arrodillo y se lanzo como un poseso a la polla del gourmet.

Si recibir una mamada potenciada por los poderes de Lujuria era increíble, dos a la vez era casi estar en el estasis. Alberto distinguía las diferentes temperaturas de las lenguas, y como estas se fusionaban en una nueva sensación, un nuevo sabor que le volvía loco.

Tras unos minutos de intenso saborear, los dos succionadores se desnudaron ante Alberto y se arrojaron al sofa. Luis se puso a cuatro patas, mostrándole su agujero a su amigo de la infancia.

-Follame el culo Alberto- exigió.

presionado por Lujuria, Alberto acerco su polla a la entrada trasera de Luis, y con esfuerzo, pues era un ano virginal, consiguió meterla. Los gemidos de placer de Luis solo fueron acallados cuando Ángel le puso su polla en la boca.

No tardo demasiado Alberto en correrse, ni tampoco sus dos amigos, que se quedaron exhaustos sobre el sofá. Fue Ángel el primero en comenzar a vestirse.

-He de ir con Claudia- afirmo- esto ha sido....

y se marcho del piso.

Luis le siguió al momento, no sin antes darle un ultimo morreo a Alberto, que lo recibió encantado.

-Voy a ver si soluciono esto con Lorena-dijo- pero no me arrepiento de nada. Has estado espectacular.

Entonces se marcha también, dejando a Alberto con miles de dudas en su cabeza