Noche de pasión

Al llegar al apartamento, la acorrale contra la pared, mi boca ****ía ligeramente su cuello y mis manos amasaban la hermosa y firme cola.

Estábamos poseídos de lujuria, desenfrenados de pasión, ya nada era delicado, eramos dos personas que buscaban saciar nuestros instintos sexuales.

Sin darle tiempo a desvestirse, mis manos en sus hombros la ayudaron a arrodillarse mientras que las suyas se dirigen al cinto de mi pantalón, y rápidamente lo bajo dejando al descubierto mi pene que ya estaba erecto.

Dirigiéndolo con sus manos lentamente lo llevo hacia su boca, y con su húmeda lengua probó el liquido preseminal que largaba mi miembro erguido.

Su lengua jugaba con mi pene, hasta que entró dentro de su boca, mis manos acariciaban sus cabellos ahora libres del peinado elevado, lentamente la guiaba con el ritmo de mi cadera, tratando de no acabar rápidamente, la levante y la bese apasionadamente no importando donde sus labios habían estado.

La lleve hasta mi cuarto, mientras le sacaba el vestido, que si bien le quedaba de maravilla, quería descubrir lo que aquello guardaba.

La puse de espalda mientras la prenda caía dejando al descubierto una tanga de encaje que dejaba poco a la imaginación, tirándola hacia la cama, fui bajando lentamente su ropa interior dejando al descubierto una hermosa vagina.

Mi boca seguía perdida en su cuello mientras mis manos frotaban sus grandes y firmes pechos, su pezón estaba erecto, mis dedos jujeaban con uno mientras ahora mi lengua jugaba con el otro.

Mis labios chupaban ese hermoso pecho y poco a poco me fui dirigiendo por su estomago hasta llegar hasta sus muslos, los besaba sin tocar su lugar más sensible.

Mi lengua recorría la comisura de sus labios vaginales, jugaba con el poder que por ese instante tenia sobre ella, mientras mis dedos masajeaban sus pechos, apretaba y pellizcaba ese pezón que tanto pedía atención.

"¿Que quieres pequeña traviesa?" le pregunte con voz ronca mientra me alejaba lentamente de su vagina

"¿Quieres esto?" dije mientras le di un pequeño beso a su clítoris.

"¿O esto?" mi lengua saboreo el contorno de sus labios.

"Por favor—seré tu bebe...seré traviesa, seré tu putita, pero cómeme—meteme tus dedos y haz que me vengaaaa" me rogaba con una voz tan sexy que si no tuviera cuidado me vendría en ese momento.

Otra vez volví a saborear sus labios pero no me detuve ahí, empecé a chupar y succionar el néctar que salían de ellos, humedecí dos dedos y con ellos comencé a masajear de forma lenta y suave su clítoris, esto provoco que se retorciera mostrándome cuanto disfrutaba de mis caricias.

La hermosa dama aun sin nombre gritaba pidiéndome más, percatándome que se venia decidí parar, torturarla un poco más, sacar todo el provecho que pudiera de esta noche.

"¿Parece que la pequeña y putita niña iba a venirse ni preguntar, es así?" le susurre en su oído.

"¡Nooo—por favor no pares...quiero más...haré lo que quieras!" me pedía, y lo único que me causaba es querer atormentarla un poco más, me emocionaba saber cuanto dependía esta sexy mujer de mí.

"Pídemelo más sexy, preciosa" quería ver hasta donde llegaría y que estaba dispuesta a hacer por ello.

"Quiero más—quiero sentir tu—tus dedos dentro de mí—quiero sentir tu lengua en mi clítoris...por favor"

Solo eso basto para que retomar lo que estaba haciendo, hice exactamente lo que me pidió, metí dos dedos tan profundo como pude, busque su punto G, y la contracción de su vagina me demostró que lo encontré, mi lengua danzaba con su clítoris, suavemente lo tome entre mis labios y succione.

Sentí los espasmos de su orgasmo, como su vagina apretaba mis dedos, y vi su hermoso rostro venirse, su grandes pechos se balanceaban ante los movimientos de su cuerpo.

Todo la paciencia que tenia se evaporo al ver esta tremenda demostración de éxtasis, quería tenerla, estar dentro de ella y que gritara más al venirse. Lo decidí, seria mi pequeña putita haría lo que estuviera a mi alcance para que esto no terminara en solo una noche de pasión.

"Ponte en cuatro, bebe" le dije mientra tomaba mi pene con una mano y la otra masajeaba esa cola que me obsesiono toda la noche.

Lentamente fui dirigiendo hasta la entrada de su vagina y sin que ella lo esperara lo metí tan profundo como podía.

Una mano agarraba su cola y la otra masajeaba su pecho y pezón, mis caderas golpeaban las suyas tan fuerte que hacían eco el la habitación.

"Así, así—más profundo" me pedía, y yo estaba dispuesto a complacer.

De un momento a otro no pude evitar pensar en esa hermosa mujer del departamento, y como si fuera posible mis caderas se movían a un ritmo más veloz.

"Estas tan apretada, me estas succionado entero, ¿lo quieres?, pídemelo" le exigí mientras mis pensamientos vagaban a hacia la otra mujer.

"¡Por favor más—más!" gritaba fogosamente.

Mis manos se dirigieron a los cachetes de su culo, los apreté tan fuerte como si de mi vida dependiera, alce mi mano y golpeé suavemente pero con firmeza, sentí su vagina contraerse, la sentí tan húmeda que esa era la confirmación que le gustaba el sexo fuerte.

"Te gusta— te gusta mi larga y gruesa polla, ¿te gusta como te estoy follado duro?¿vamos nena sé que te gusta ser tratada como una pequeña putita?" le pregunte mientras mi mano nalgueaba su culo.

"Si— si más...más profundo, amo tu polla— me gusta que me cojan duro— siiii....ahhhhh"

Salí de ella y me recosté en la cama, captando lo que quería, ella se subió montando mi miembro.

"Muévete putita, si lo quieres, muévete" le dije mientras apretaba sus pechos que bailaban frente de mí, estuvimos varios minutos, que parecían horas disfrutando de nuestros cuerpos. No podía tener suficiente de su cuerpo, jamas había sentido tanta pasión teniendo sexo.

Hasta que ya sentía que ella se acercaba a otro orgasmo, acelerando el ritmo para llegar con ella, moví mis manos a su cola y la ayudaba a apresurando el ritmo.

"Donde lo quieres, princesa."le pregunte sintiendo mi orgasmo cerca.

"Lo quiero dentro de mí—quiero tu semen en mi vagina—mmm...hazme tuya, lléname con tu caliente semen" me suplicaba, la mire a los ojos mientras capture sus labios con los míos, y con el último movimiento metí mi polla lo más profundo que pude en su coño.

Unos momentos después ambos nos vinimos, mi semen llenaban su vagina mientras ella caía exhausta encima mio, y sin decir más palabras nos quedamos dormidos.