DIA 8: Regreso a España (mañana)

Me levanté genuinamente cansado. El día anterior había tenido sexo por encima de mis posibilidades y en varios cuerpos. Había sido una despedida de la aplicación para recordar por qué, ¿dejaría de usarla al llegar a España, no?

En las caras de todos los del viaje estaba la resignación de acabar las vacaciones pero también las ganas de volver a la rutina. A los entornos conocidos y seguros. Ya en el aeropuerto y antes de pasar los controles de seguridad, nos despedimos de Mohammed. Se mostró mas simpático con nosotros y en especial con Adrián, al que le pidió que siguiera mostrando ese interés en su país.

Ya dentro del duty free, nos dejaron varias horas de espera antes de que el avión despegara. Como he dicho antes, no tenía el cuerpo para más polvos, pero entonces, andando a la par, aparecieron ante mi los dos gemelos del otro grupo de españoles.

“Sin duda era el destino”, pensé, mientras cogía el móvil y buscaba a los hermanos idénticos en la aplicación.

Tenía tiempo, así que empecé a excitarlos mediante lenguas y dedos digitales por todo el cuerpo. Enseguida los dos hermanos, larguiruchos y delgados, empezaron a agitarse, pero no con incomodidad, como en otras ocasiones, pero si con algo de timidez. Fui aumentando la frecuencia y la intensidad. En unos minutos, el culo de los dos hermanos ya recibía la polla digital de un congoleño mientras 4 lenguas le recorrían los genitales.

De repente, ambos gemelos se miraron entre ellos y se alzaron del banco donde estaban, apresurándose hasta uno de los váteres más alejados. Divertido, me dispuse a seguirlos, eso sí, sin forma fantasmal, pues era muy peligroso que alguien en ese concurrido aeropuerto dejara de verme de repente.

Entre en silencio en el baño, que estaba vacío a excepción del cubículo para personas con movilidad reducida, el más grande. En ese momento fue cuando active el modo fantasma y me acerqué hasta donde sabía que estaban los dos hermanos.

Allí estaban los dos, con los pantalones y calzoncillos por las rodillas. Sus pollas largas y finas duras y rodeadas por vello. Los dos jóvenes se masturbaban con los ojos cerrados, pero eso sí, el uno al otro. Se que dije que estaba cansado de follar por lo de ayer, pero esa oportunidad no podía dejarlo así como así.

Salí del modo fantasma y abrí la puerta. El destino volvió a ayudarme por qué, por las prisas o por la excitación, habían dejado la puerta sin el cerrojo.

-¿Que hacéis?- pregunté con una gran sonrisa en la boca- ¿Os estáis tocando entre vosotros?

Los dos chicos me observaban en silencio, avergonzados. Cazados con las manos en la masa, bueno, en la polla del otro.

-Eso no se puede hacer. Si sois hermanos.

Entonces me desabroché el pantalón, me bajé la ropa interior y les mostré mi polla, erecta, apuntándoles directamente.

-En cambio podéis jugar con la mía. No hay nada de malo ni nadie se enterará.

Ambos se miraron asustados e intrigados. Me maldije por haber sido tan directo, hasta que el más valiente de los dos alargo poco a poco su mano para tocarla y comenzar a masturbarme lentamente. Yo entre totalmente al cubículo, cerré la puerta con pestillo y me acerqué también a mi masturbador, comenzando a retornar el favor mientras mis labios se aproximaban a los suyos. Empecé a besarlo y el me devolvió el beso mientras ambos seguíamos acariciando nuestras pollas.

Alejado algo de nosotros, el otro hermano había empezado también a masturbarse. Yo le hice un gesto con la mano y, al insistir, este se acercó a nosotros. Le cogí su polla con mi otra mano y empecé a enrollarme con el. Tras pasar de una boca a otra, acerqué poco a poco los dos rostros al mío y, al sacar la lengua, hicimos un beso a tres en los que no se sabía de quien era la lengua que nos rozaba.

Me detuve y los dos hermanos siguieron besándose entre ellos, rendidos al placer. Sonriente, me agache y empecé a hacerles una mamada, frotando siempre que podía sus glandes húmedos con el del otro. Los hermanos gemían, extasiados, y yo seguía intentando ponerles lo más cachondos posibles.

Luego fue mi turno. Me levanté y, agarrando la coronilla a los dos jóvenes, que eran unos palmos mas altos que yo, les empujé para que se sentarán de rodillas. El de la izquierda, el primero que había empezado todo, se lanzó hacia mi polla y su hermano no tardo en seguirlo. Yo les acariciaba el cabello mientras sus lenguas y bocas recorrían toda la longitud de mi mástil. Como no, sus lenguas volvían a encontrarse en el proceso.

No iba a dejar pasar el momento de desvirgar dos culitos virginales de dos gemelos, algo que no había hecho jamás. Me levanté y les coloque con los brazos sobre la pared y sus culos ante mi. Dos respingones culos idénticos, con su ligera capa de vello alrededor de su agujerito.

Empecé a comerme uno, para luego pasar al otro. Mientras le metía la lengua a uno de los gemelos, jugaba con mi dedo con el culo del otro. Cuando vi que ellos parecían preparados, me levanté, me agarre la polla y se la metí lentamente a uno de ellos.

Se quedó en silencio, notando como mi pene le robaba la poca inocencia que le quedaba. Sin pausa, se la introduje hasta mi cintura, y luego volví a hacerlo. Tras tres embestidas mi polla se acomodo al abierto agujero y pude moverme con más soltura mientras me enrollaba con su hermano.

Tras un par de minutos, fue el turno del otro gemelo. Saqué mi espada de mi vaina y, agarrando de la cintura al otro virginal muchacho, repetí el proceso con su ano. A este pareció gustarle más, por lo que comencé a darle más rápido mientras masturbaba a su hermano a mí lado.

Yo estaba en el paraíso, cumpliendo está oscura fantasía. No me detuve ahí, por lo que sacando mi polla del culo del, algo desfallecido por la follada, gemelo, cogí de la cintura a su hermano, le agarre de la polla y se la acerqué al culo de su reflejo.

-espera…-logro decir.

No podía perder el tiempo, no sería tuvieran tiempo para pensarlo mejor. Cuando la polla estuvo lo suficientemente cerca del ano recién estrenado, le empujé para metérsela. Está, más fina que la mía, entró enseguida. Ya dentro del interior de su hermano, todos sus tabús y remilgos desaparecieron. Tras varios movimientos de cadera, acompañados por mis brazos, el chaval continuo sin ninguna guía , aumentando la velocidad incluso mientras se follaba a su hermano.

Entonces, acercándome por detrás, comencé a follarmelo yo, formando un trio que acompasando cada uno de nosotros nuestros movimientos. Cuando note que me corría, salí del culo del adolescente. Este había tiempo que descansaba sobre la espalda de su hermano, pues se había vaciado dentro de su culo. Su otra versión también a había eyaculado sobre el suelo sin haberse tocado ni nada, del propio placer de la penetración. Ahora era mi momento así que los gire como pude, los coloque uno al lado del otro y me corrí en sus caritas cansadas. Luego junte a los dos gemelos, que comenzaron a lamerse, quitándose con la lengua el esperma de la cara del otro, lo que acabo en un beso tierno entre los dos reflejos.

-Deberíais hacer esto más a menudo-les digo.

Luego me vestí y salí del baño, sin más despedidas.