A su padre

Toni-Adrián lanzo una mirada primero a su padre y luego a su hermano. Entre los dos, se decidió por el mas maduro. Tenia una edad similar a la de su cuerpo original, y su mujer estaba bastante buena, así que no se lo pensó mas.

-Voy a ducharme y a leer un poco-dijo con una sonrisa el hombre mientras le daba un beso a su mujer- hasta esta tarde no trabajo.

-¡Suertudo!-le recriminó la madre de Toni-Adrián-Yo me marcho ya. Nos vemos esta tarde.

El hermano mayor de Toni-Adrián también se despidió con alguna excusa que poco importo al pecador. Este sabia que el joven tenia clase, pero usando su fuerza logró convencer a la parte de Adrián de que deberían quedarse y aprovechar ese momento para realizar la trasferencia. Cuando escucho como su padre salía de la ducha, el estudiante se preparo. usando unas tijeras cortó un calzoncillo para que, a pesar de llevarlo puesto, se pudiera ver todo su trasero, como si fuera un jockstrap. Luego se tumbó desnudo, solo con su nueva ropa interior, en la alfombra del salón y, antes de que su padre llegara por la puerta, usó el laser en él.

-Adrián-dijo sorprendido y con un extraño tono en la voz-No.. ¿no tienes clases hoy?

-Hoy no-dijo tímidamente, pues la parte de Adrián le impedía al pecador ser demasiado explicito-Y ya que estamos solos me he puesto algo mas cómodo ¿Te importa?

Toni-Adrián pudo ver claramente como su padre tragaba con dificultad para, después, asentir en silencio. Entonces espero, mientras miraba videos absurdos por internet. El padre, vestido solo con un albornoz, pasaba las hojas de un libro de arte, pero su vista no estaba en las líneas del libro si no en el culo de su hijo. Tras unos minutos, el pecador pudo sentir el roce de los pies desnudos de su padre sobre sus piernas. Primero fueron toques sutiles, como si estuvieran tanteándolo, luego, al ver que Toni-Adrián no reaccionaba, el hombre maduro fue poco a poco subiendo sus pies hasta que llegaron al tan ansioso redondo culo de su hijo. El padre estaba tan cachondo que incluso se había sacado la polla, masturbándose lentamente mientras disfrutaba del ano de su hijito.

El pecador vio su momento de actuar, y acallando los temores de la parte de Adrián, el estudiante se giro hacia su padre, que se guardó la polla lo mas rápido posible y hizo como si le interesara la lectura. Toni-Adrián fue a cuatro patas hasta su regazo y, tocándole el paquete con delicadeza, se dispuso a liberar a la bestia. El padre actuó como si no se diera cuenta.

Cuando la polla del padre, que el pecador tuvo que reconocer que era de muy buen tamaño, estuvo totalmente libre, Toni-Adrián comenzó a darle pequeños besos y lametones. El receptor, que seguía intentando aparentar que no le importaba, comenzaba a emitir largos resoplidos y ligeros gemidos. Cuando el estudiante se metió todo lo que pudo el rabo en su garganta el padre por fin emitió un "joder" y arrojó lejos el libro para dedicarle toda su atención a su hijo.

-Como me pones Adrián-dijo de repente, quitándose de un tirón el albornoz- Voy a follarte hijo. voy a follarte hasta que no pueda mas ¿te parece?

-si, follaje padre-dijo el pecador, y Toni se sorprendió de sentir que esa idea había surgido del propio Adrián- préñame con tu leche.

El progenitor no tuvo mas que decir. Su hijo estaba ante el a cuatro patas, y su polla estaba bien embadurnada de su saliva, así que solo le quedaba follar ese culo. La polla entró con dificultad pero entró e inmediatamente el pecador comenzó a gemir. El padre no se detuvo hasta que toda la longitud de su herramienta estuviera en el interior de su hijo.

El hombre siguió follando a su hijo durante unos minutos con verdadero desespero. El acto incestuoso estaba poniendo a los dos a mil, y ambos deseaban mas y mas. Toni-Adrián el primero, que aprovechando que no había nadie en la casa, gritaba sin cesar lo que le gustaba sentir la polla de su padre en su culo. El próximo receptáculo no pudo aguantar mas, y con un fuerte berreo comenzó a eyacular en el culo de su hijo, cumpliendo el deseo de este.

Luego el padre saco la polla del ano de su hijo y se derrumbo sobre la alfombra. Toni-Adrián acudió a su lado, apoyando con cariño la cabeza en el musculoso hombro de su padre.

-Hemos de repetirlo mas veces-dijo

El padre no dijo nada durante casi un minuto para después añadir:

-Si. Pero no debe saberlo tu madre.