Al productor musical

Tras llamar al número que estaba escrito en la tarjeta, Toni-Luciano supo al momento que era una señal. Ese mismo día, por la tarde, había una prueba para actores de reparto. El pecador apuntó la dirección y se marchó de su casa sin decir a donde se dirigía. La dirección le llevó a una casa particular, seguramente del productor o de un trabajador del mismo. Cuando toco el timbre y subió, vio que había otros cuatro jóvenes convocados a la prueba. A determinada hora, les hicieron pasar a los cinco, entrando a un gran piso en el que todo parecía falso. Todo era como un decorado. Allí, un treintañero, delgado y con barba, que el pecador enseguida percibió como el ayudante del productor, les acompaño a otra habitación, donde les esperaban varias prendas de ropa deportiva, como un uniforme.

-Pónganse la ropa y salgan al salón-dijo con voz mecánica.

-Pero, ¿el productor esta aquí?-preguntó Toni-Luciano, con miedo a que el viaje haya sido en balde.

Con desgana, el ayudante asintió. Luego se marchó dejando a los jóvenes desvestirse. Confirmado el objetivo, el porrero debía preparar alguna estrategia. Por suerte tenia su puntero laser, que podría poner cachondos a todos los hombres, pero también debía tener cuidado que ni una gota de esperma, tanto suyo como de ellos, provocara la trasferencia con un receptáculo inadecuado. ¡A saber la clase de vida que tenían estos imbéciles!

Ya vestidos, los cinco jóvenes fueron al salón de esa casa sin alma donde les esperaban el ayudante que habían visto antes y otro hombre, de también la treintena, que vestía con gusto y llevaba unas gafas de sol, a pesar de estar en interiores. Ese debía ser el productor, pues le susurró unas palabras al ayudante y este comenzó a ladrar ordenes.

Les indico que posaran, que caminaran etc. Toni-Luciano no se le ocurrió nada para quedarse a solas con el productor, así que fue a lo bestia. Mientras no era su turno de posar, uso el laser para señalar a los cuatro aspirantes, así como al ayudante y al mismo productor. Entonces solo tuvo que esperar.

Los jóvenes siguieron posando, pero claramente estaban incomodos. A todos se les marcaba la entrepierna por su erección. El ayudante y el productor estarían igual, aunque sus rostros eran mascaras impertérritas. De repente, y por primera vez, el productor habló en voz alta:

-¿y si se quitan algo de ropa? ¿Cómo quedaría?

Los jóvenes obedecieron, nerviosos, y empezaron poco a poco a desnudarse. Toni-Luciano se quito solo la camiseta y se apartó a una de las esquinas de la sala, esperando su momento. Los otros aspirantes se bajaron los pantalones, quedándose solo en ropa interior. Sus calzoncillos, que eran jockstaps, les hacían mostrar sus culos lampiños al productor, que siguió observando a través de sus gafas de sol. En cambio, a su ayudante, se le veía respirar acaloradamente.

-Perrearme un poco-volvió a decir el productor- mover esos culos.

Los jóvenes lo hicieron, y entre risas nerviosos agitaron sus nalgas ante los dos hombres.

-Ahora besaros-ordenó el hombre de las gafas de sol- Creo que un poco de homoerotismo vendría muy bien para el video.

Tímidamente, los cuatro aspirantes comenzaron a besarse. Primero con cautela, pues era obvio que esos chicos eran heteros, pero luego fueron cogiendo confianza, a medida que sus lenguas se encontraban. Estaban muy excitados, y sus manos pronto recorrieron el cuerpo del otro muchacho. Las prendas de ropa que quedaban fueron desapareciendo y las jóvenes pollas por fin pudieron liberarse, duras y relucientes de precum. De los labios pasaron a los genitales, y en menos de un minutos, los aspirantes estaban comiéndose las pollas, desesperados por detener ese fuego interior que les dominaba.

El productor seguía en silencio. Sentado en su butaca observando la orgia que se formaba ante el. En cambio, su ayudante, ya se había bajado los pantalones y los calzoncillos a los tobillos y se masturbaba furiosamente. En un acto repentino, se quito la camiseta, mostrando su cuerpo delgado y nervudo y, agarrando a uno de los jóvenes aspirantes del brazo, se marcho con él a una de las habitaciones de la casa, dejando al otro joven sin pareja . Poco importó, pues enseguida se acerco al otro par de aspirantes, uniéndose en un trio. Toni-Luciano no fue a la habitación, pero era evidente lo que sucedía allí dentro. El ayudante, ardiente de deseo desenfrenado, estaba desvirgando el ano del muchacho escogido en una penetración salvaje y pasional.

Era el turno del pecador. Sigilosamente, se acercó hasta el productor, que seguía observando al trio de jóvenes con sus gafas de sol. De forma sensual le toco el hombro y el cuello, mientras detrás de las orejas le susurro, expulsando mas aire caliente de lo normal detrás de las orejas:

-Creo que puedo ayudarlo señor.

Deslizo su mano derecha por el brazo del hombre hasta llegar a la mano de este, que ahora tenia su rostro fijo en él. Le agarró la mano y le levanto del sillón, llevándole a otra habitación. Allí, lejos del sonido de succión del trio del salón, el pecador desabrocho el pantalón del productor, se los bajó, los arrojó lejos de ellos y comenzó a introducirse la polla del hombre en la boca, que estaba erecta ante el.

El hombre de las gafas de sol no era un inexperto virgen, pero lo ocurrido en esa casa le había excitado tanto que no tardo en correrse dentro de la garganta de Toni-Luciano. Este aceptó ese esperma como lo que era, la llave para una nueva y emocionante vida que vivir. Cuando estuvo seguro que ni una gota de la leche del productor se hubiera escapado, se marchó sin despedirse.

Al salir al salón, no encontró al trio de aspirantes. Una seria de sonidos provenían de la habitación donde el ayudante había atraído al primer joven. Evitando que lo vieran, pues recibir otro esperma distinto al productor podía ser fatal para la trasferencia, se acercó simplemente por curiosidad. Allí, los cuatro jóvenes, junto con el ayudante de productor, estaban follando como locos. Los jóvenes se peleaban entre ellos por ver quien recibía la polla de quien. entre ellos, el ayudante le comía una boca a uno de ellos, o le mostraba su polla a otro para que se lo comiera. El pecador sonrió, viendo como sus marionetas bailaban, movidos por los hilos que el mismo había tejido. Organizados por fin, tres de ellos se tumbaron en la cama, follando cada uno de ellos al de delante, formando un tren de vicio en que los máximos agujeros fueran penetrados.

Era excitante ver lo que había conseguido, pensó el pecador. Y, ya en el ascensor de regreso a su casa, no pudo contenerse y, sacándose la polla, comenzó a masturbarse dentro del ascensor. La paja fue rápida y enseguida eyaculó, lanzando su descarga sobre el espejo del cubículo. Si, se había masturbado pensando en hombres. ¿Es lo convertía en gay? Posiblemente, pensó Toni, y ese pensamiento modificó la vida del Luciano. Mañana, ya sin el control del pecador en su cuerpo, despertaría empalmado, cogería el móvil y buscaría porno gay. Era el momento de experimentar su nueva condición.