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Chapter 8
by drakki
¿Qué haces?
De eso nada.
Empiezas a sacársela despacito pero a medio camino vuelves a metersela. Ella sigue gritando pero tú empiezas un suave mete y saca, le dices palabras suaves y dulces, para que ella se tranquilice, le dices que solo es al principio, que ya vera ella que bien se lo va a pasar al final. Pero ella está muy tensa y no se relaja, le sigue doliendo mucho y se queja.
Como no parece que se vaya a callar, empujas de un tirón tu polla hasta adentro, ella pega un chillido, tú te tumbas sobre ella y le das un beso en la boca, lágrimas salen de sus ojos y te pide por favor que te salgas de ella. Tú no le haces caso y sigues besandola y acariciandola, con tu polla dentro pero sin moverte. Te mira con cara de angustia, tu sigues hablandole suave y pidiendole que se relaje, que se tranquilice y se relaje, que todo va a ir bien. Anita cierra los ojos y empieza a tranquilizarse, a respirar de forma menos entrecortada.
'¿Estás mejor?' Le preguntas al cabo de un rato.
'Ufff. No sé. Esto es peor que el día que perdí mi virginidad.'
'Tampoco la tengo tan grande.'
'¿Que no? Pues mi coño me dice que la tienes inmensa....' Te mira sorprendida por sus palabras. 'Yo no suelo ser tan vulgar, ¿sabes?' Se disculpa. 'Yo no...'
'Eso te pasa porque tienes un pollón metido en el coño.' Y os reís los dos a carcajadas y ella se queja y ríe a la vez.
'Una polla bien gorda dentro de mi, desde luego, ay, y bien gorda, joder.'
'¿Joder? Sí, eso quiero yo ahora, joderte bien jodía.'
'Ay sí, estoy bien jodida.'
'¿Y que te parece que en lugar de joder, follamos?'
'¿Sí? Supongo que sería mejor.' Te contesta con una sonrisa, ya está relajada.
Le metes tu lengua en la boca y empiezas a mover tu polla dentro de ella poco a poco y con movimientos suaves y rítmicos. Ella se queja al principio, pero se va relajando más, y tu mete y saca se va haciéndose cada vez más rápido y cada vez más amplio. Anita sigue quejándose del tamaño, pero te la estás follado cada vez más y mejor. Ella sigue dolorida pero su cara y sus quejidos han cambiado. Sus piernas ya no están tiesas, ahora te abrazan, sus manos estaban sobre tus caderas para que no la embistieras demasiado fuerte, ahora están sobre tu espalda, acariciandote.
Ella suspira, gime y se queja, pero está follando contigo, su cuerpo se menea al ritmo del tuyo, y tú sientes que ya te falta poco para terminar, su estrecho coño aprieta tanto tu miembro que ya estás a punto de reventar.
'Me voy a correr.'
'¡Dentro no, por favor!'
Te separas de ella, empujándola casi, tu miembro sale de su coño con un plop, como el de un corcho de cava. Resoplas, ella se cierra de piernas y se recuesta de costado, con las dos manos entre sus piernas. Te quedas parado ante ella, con la polla tiesa y la manos en el costado. Como ella no se mueve, te pones de rodillas ante ella, pones tu polla ante su cara y empiezas a masturbarte, lentamente, pero cada vez más fuerte, ella mira lo que estás haciendo, te mira a los ojos y vuelve a mirar tu miembro.
'Me falta poco.' Ella no se mueve.
'Me falta nada.' Sigues masturbándote. 'Abre la boca.' Ella la abre, y cuando ya te corres, le acercas el glande a su boca. Echas toda tu lefa dentro de su boca y sobre su cara, ella se atraganta, pero sigue sin moverse. Cuando por fin acabas, le metes tu polla en la boca, ella te chupa amablemente. Saca sus manos de entre sus piernas y te acaricia suavemente el vientre.
'¿Te lo has tragado?'
'Sí. Casi me ahogo.'
'¿Te ha gustado?'
'No está tan malo como dicen.' Sonríes.
'No te preguntaba eso, pero me gusta saber que te gusta mi semen.' Ella se pone colorada y se tapa la cara con las sábanas. Tu te ríes y te sientas junto a ella. Le acaricias la espalda y le das un beso en la cabeza.
'He disfrutado mucho, espero que tú también.'
Ella saca la cabeza de la sábana y te dice: 'La verdad es que me ha dolido un motón. Luego he estado a punto de correrme, pero no he podido y te has corrido. Tengo el chocho dolorido, no podría hacerlo más aunque quisiera.' Te mira a los ojos y dice: 'Eres demasiado macho para mi, yo soy pequeñita y tú tienes un pedazo de.... Me has reventado.'
'Lo siento.'
¡Peromencantaríavolverarepetircontigo!' Te dice de un tirón cuando ve que pones cara triste.
'¿De verdad?'
'¡Síííííí! Pero hoy no, ¡porfi! Estoy reventada.' Te sonríe como una niña buena y tú le devuelves la sonrisa.
Cuando te acuestas en tu cama, en tu casa, para dormirte, recuerdas antes de sucumbir al sueño la carita de bobalicona enamorada que tenía Anita cuando te fuiste.