Un chico misterioso

Un día mientras Anju cuidaba a los cucos, fue llamada por su padre quien le pidió preparar comida para él y los demás carpinteros del pueblo, ella acepto de mala gana y se puso en marcha a su casa para preparar la comida —Maldición… detesto a esos malditos gordos— dijo para sí mismo, mientras picaba algo de carne y verduras, pasadas unas horas la comida estaba lista y en cuanto llegaron a llegar los carpinteros ella salió a toda prisa de la casa, pues no quería estar hay rodeado de esos grasientos hombres

Para su sorpresa al llegar al corral de los cucos se percato que estos no estaban, comenzó a buscarlos por el pueblo encontrando a uno que otro, pero siendo incapaz de poder tomarlos dada su alergia, que podía hacer los cucos eran su sustento y no encontrado a quien pida ayuda, por lo cual se quedo un tiempo de pie pensando en como encontrar su solución.

Para su suerte vio a un chico que pasaba por ahí, por la vestimenta que llevaba puesta era obvio no era un habitante del pueblo, pero sin más empezó a llamarlo a lo cual el chico se acercó a ella, era un chico joven pero muy apuesto , de cabellera rubia y ojos azules.

—Hola mucho gusto mi nombre es Anju— comento ella saludando al chico el cual permaneció en silencio.

—Veras tengo un problema muy grave, soy criadora de cucos y ellos han escapado ¿podrías ayudarme a traerlos de regreso? Prometo darte una pequeña recompensa— dijo ella algo nerviosa dado el silencio de ese chico.

El chico solo asintió con un movimiento de cabeza y salió de hay corriendo, poco a poco vio como cada uno de sus cocos fueron regresados ​​al corral, pero para su sorpresa vio al chico saltar desde lo alto del molino con uno de los cucos , pasando este sobre ella permitiéndole ver de esta lo que ocultaba bajo aquella túnica verde.

—Muchas gracias por ayudarme chico, todos mis cucos están de regreso y como prometí tengo para ti una pequeña recompensa— comento ella dando al joven un frasco de leche Lon Lon.

El chico tomo aquel frasco y se despidió de ella, una vez en soledad Anju relamió su labio inferior pensando en lo que había visto “Como es posible que un chico de su edad tenga algo tan grande” suspiro al tiempo que inconscientemente llevo su mano a su entrepierna, frotándose sobre la falda.

A lo largo del día ella pudo ver a lo lejos a ese chico recorrer el pueblo —¿Quién será ese chico? — se comento ella misma al tiempo que recogía sus cosas para regresar a casa.