Pies

Inicialmente, pensó que era su imaginación, pero pronto se dio cuenta de que realmente estaba ocurriendo. Sus pies empezaron a cambiar, la piel se volvió más suave y sedosa. Las uñas, que anteriormente eran curtidas y torpes, se alargaron y curvaron en formas elegantes. Los pies, que siempre habían parecido un poco desgarbados, adquirieron una proporción perfecta, como si hubieran sido modelados por la mano de un artista. Mientras observaba este proceso, Benjamín sintió una sensación de calor creciente en su entrepierna. Su erección se hacía cada vez más prominente, apretando contra la tela de su pantalón. Era como si los cambios en sus pies estuvieran estimulando directamente su libido.

Con cada cambio en sus pies, Benjamín experimentaba una oleada de placer que se propagaba por todo su cuerpo. Notaba cómo la piel de sus pies se volvía más sensible, como si cada centímetro estuviera cubierto de terminaciones nerviosas agudos. Cada leve toque, cada rozamiento, provocaba una respuesta visceral en él. Su erección alcanzó un tamaño considerable, estrangulando la circulación en sus piernas. Sin embargo, Benjamín apenas podía concentrarse en eso debido a la intensidad de los cambios en sus pies. Estaba completamente absorbido por la experiencia, perdido en un mundo de sensaciones nuevas y exquisitas.

Las uñas de Benjamín se tornaron cada vez más largas y curvas, llegando a alcanzar cerca de tres pulgadas. La textura de la piel de sus pies cambió, haciéndola más suave y brillante, como si estuviera cubierta de un fino velo de aceite. Los arcos de sus pies se volvieron más pronunciados, mientras que las plantas se endurecieron, adquiriendo un tacto firme y resistente. Benjamín no podía apartar sus ojos de aquellos pies transformados. Sentía un impulso irresistible de tocarlos, de explorar cada curva y valle con sus dedos.

Finalmente, Benjamín no pudo contenerse más. Extendió una mano temblorosa y acercó sus dedos a la suave piel de su pie izquierdo. Al contacto, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, haciendo que sus músculos se tensaran y su corazón latiera con fuerza. Benjamín masajeó suavemente la planta del pie, notando cómo respondía a sus toques. La piel se volvía cada vez más suave y resbaladiza bajo sus dedos, como si estuviera bañada en un líquido invisible. Su pulgar recorría lentamente la curva del talón, sintiendo cómo se hundía en la carne blanda.

Mientras continuaba explorando su propio pie, Benjamín notó que su erección había alcanzado su punto máximo. La cabeza palpitaba con necesidad, anhelando ser liberada de la presión del pantalón. Sin embargo, su atención se centraba completamente en sus pies, en el placer intenso que proporcionaban. De repente, Benjamín sintió que su pie izquierdo se movía por su propio impulso. Giró hacia dentro, presentando la planta, y se posó en su rostro. La piel cálida y húmeda de su pie cubrió su nariz, invadiendo sus fosas nasales con su aroma intenso y sexual.

Benjamín inhaló profundamente, absorbiendo el aroma de su propio pie. Era una mezcla compleja de sudor, piel y algo más primitivo y animal. Sentía que ese olor lo estaba hipnotizando, envolviéndolo en una neblina de deseo. Su lengua salió sin pensar, chocando contra la suave piel de su pie. Probar la textura y el sabor de su propia carne lo llevó al borde del éxtasis. Benjamín empujó su lengua más adentro, saboreando la humedad que cubría la planta de su pie. La saliva se mezcló con el sudor, creando una especie de lubricante natural que facilitaba la exploración oral.

Benjamín se sumergió completamente en el placer de su propio pie. Su lengua recorría cada centímetro de piel, dejando un rastro de saliva y caricias. Le gustaba sentir cómo la suave carne se desplazaba debajo de su lengua, cómo se amoldaba a sus movimientos. De repente, Benjamín notó que su pie derecho también se movía, como si quisiera unirse a la celebración. Se colocó junto al otro, creando un par de pies perfectos y exquisitos. Benjamín no pudo resistir la tentación de probar ambos a la vez. Separó los dedos de sus pies y metió su lengua entre ellos, saboreando la unión de ambas plantas.

Benjamín se lanzó a explorar sus pies con renovada pasión. Lamió y chupó cada dedo individualmente, disfrutando de la variedad de texturas y sabores que ofrecían. Sus manos acariciaban las piernas que se encontraban entre sus pies, subiendo gradualmente hacia su entrepierna. Al mismo tiempo, Benjamín comenzó a masturbarse con ritmo firme y constante. La combinación de placer oral y manual lo llevó rápidamente al borde del orgasmo. Con un gemido gutural, Benjamín alcanzó su clímax, llenando el aire con su espesa semilla mientras su visión se nublaba por la intensidad del placer.

El orgasmo de Benjamín fue tan poderoso que casi lo derribó de la cama. Su cuerpo se sacudió violentamente, convulsionando con cada espasmo de placer que recorría su columna vertebral. La visión le bailaba ante los ojos, y su mente estaba completamente vacía, excepto por el intenso éxtasis que lo consumía. Cuando finalmente se calmó, Benjamín se encontró tendido en la cama, cubierto de gotas de sudor y con una sonrisa satisfecha en el rostro. Sus pies seguían cerca, como si estuvieran esperando su próxima caricia.

Benjamín permaneció tumbado durante unos minutos, disfrutando del después del orgasmo. Lentamente, comenzó a recuperar la conciencia, y la realidad de lo que había pasado le golpeó con fuerza. Había alcanzado un nivel de autoestimulación y auto placer nunca antes experimentado. Con un bostezo, Benjamín se incorporó y miró sus pies con ojos nuevos. Eran incluso más perfectos de lo que recordaba, con un brillo especial en la piel que reflejaba su propia satisfacción. Sonrió, sintiendo una profunda conexión con aquellos pedazos de su cuerpo que habían sido el centro de su éxtasis.

Benjamín comenzó a notar cambios adicionales en su cuerpo. Su trasero, que antes había sido plano y redondo, empezó a desarrollarse y redondearse, ganando curvas más femeninas. Al principio, los cambios fueron sutiles, apenas perceptibles. Pero con el tiempo, el aumento de grasa y músculo en su nalgas se hizo más evidente. Las mejillas de su culo se hincharon y se elevaron, creando un par de nalgas redondas y jugosas.

Mientras Benjamín admiraba su nueva anatomía, notó que algo estaba cambiando dentro de él. Sentía un flujo de energía desconocida irradiando desde su vientre, ascendiendo por su pecho y diseminándose por todo su cuerpo. La piel de Benjamín comenzó a moverse, flexionándose y extendiéndose de manera espontánea. Se formaron pliegues y curvas donde antes no había ninguno, y la textura de su piel cambió, volviéndose más suave y luminosa. Benjamín miró sus manos y vio que ya no eran las mismas.

Las manos de Benjamín habían adoptado un contorno más redondeado y femenino. Los nudillos se habían agrandado, y las uñas se habían transformado en unas largas y curvas, similares a las de una modelo. Incluso notó que sus dedos parecían más delicados y sensibles. Continuando la metamorfosis, Benjamín notó que su torso se estaba ensanchando, formándose un busto generoso y voluptuoso. Sus pechos se elevaron y se separaron, cubiertos por una piel suave y cremosa. Los pezones se endurecieron, volviéndose rosados y erectos.

Benjamín observó, asombrado, cómo sus pechos crecían y se desarrollaban ante sus ojos. Primero uno, luego el otro, cada mamario se hinchió y se expandió, hasta alcanzar un tamaño notable. El proceso fue audible, acompañado por sonidos de estiramiento y expansión, como Ziiiiip y Pop! cuando las capas de piel se ajustaron a su nuevo volumen. Al final, Benjamín tenía un par de senos perfectos, firmes y bien definidos, con pezones rosados y duros. Se tocó con asombro, sintiendo la suavidad de la piel y la consistencia firme de la grasa subcutánea.

Mientras Benjamín examinaba su nuevo cuerpo, notó que otros cambios estaban ocurriendo. Su pelvis se estaba ampliando, y sus caderas se redondeaban, creando una figura más curvilínea y atractiva. El dolor y la incomodidad que sentía en su interior se tradujeron en squeak squeak, sonidos agudos que escapaban de su boca cada vez que se movía. Benjamín se levantó de la cama con dificultad, sintiendo cómo su equilibrio se alteraba por la redistribución de peso en su cuerpo. Caminó lentamente hacia el espejo, temeroso de lo que vería reflejado en él.

Al llegar al espejo, Benjamín vio una imagen que apenas podía reconocer como suya. Su cabello, que antes era castaño claro y recto, ahora caía en grandes ondas azules y morado que le cubrían los hombros y la espalda. Sus ojos, que siempre habían sido de color avellana, ahora brillaban con un azul pálido y brillante, rodeados de párpados gruesos y oscuros. Benjamín caminó hacia el espejo, notando que sus pasos eran más ligeros y ágiles que antes, gracias a la reducción de peso en sus piernas y la mayor flexibilidad de su cadera. Con cada paso, producía un sonido clack-clack.

Benjamín giró sobre sí mismo, admirando su nueva figura en todos los ángulos. Su postura se había modificado, adoptando una posición más erguida y sensual, con los hombros ligeramente inclinados hacia adelante y el mentón levantado. El movimiento de sus caderas y muslos era fluido y atractivo, causando un efecto shuffle shuffle al caminar. Benjamín se detuvo frente al espejo y se tocó el pecho, sintiendo la suavidad de la piel y la firmeza de los pechos. Se frotó los pezones con el pulgar, observando cómo se endurecían aún más.

Benjamín notó un dolor leve pero persistente en su abdomen, como si algo estuviera siendo reconfigurado internamente. De repente, sintió una presión inusual en su zona genital. Al mirarse entre las piernas, vio que su miembro viril estaba desapareciendo, reemplazado por un hueco húmedo y palpitante. El proceso fue rápido y completo. Con un fuerte rrip, la carne se desintegró y se reorganizó, creando un canal largo y estrecho que se abría y cerraba de forma automática.

Benjamín observó, asombrado, cómo su nuevo sexo se revelaba ante sus ojos. El canal vaginal se abrió lentamente, mostrando su interior húmedo y rosa. Un fluido transparente y espeso brotaba de su entrada, formando pequeños chorros que se desvanecían en el aire. Al tocar su vulva con un dedo, Benjamín notó que estaba caliente y suave, con una textura similar a la de la carne fresca. El clítoris, ubicado en el centro, era un pequeño protuberancia rosada y sensible, que se inflamaba ligeramente al tacto.

Benjamín introdujo dos dedos en su nueva vagina, sintiendo cómo se cerraban y se abrían alrededor de la intrusión. El canal se adaptó fácilmente a la presencia de sus dígitos, succionándolos suavemente y envolviéndolos en una textura cálida y pegajosa. Con cada movimiento de sus dedos, Benjamín escuchaba los sonidos slurp slurp del fluido que se mezclaba con la saliva en su interior. Observó cómo su vagina se expandía y se contrataba, mostrando su capacidad para responder a estímulos externos de manera instintiva y activa.

Benjamín sintió una serie de explosiones internas, seguidas de un intenso calor que recorría su abdomen. Mirándose en el espejo, vio cómo su piel se tensaba y se aplanaba, revelando una línea clara de músculos abdominales bien definidos. El proceso fue rápido y brutal, como una serie de trampolines explotando dentro de él. Snap crackle pop resonó en su interior mientras su cuerpo se remodelaba. Benjamín notó que su respiración se volvía más profunda y regular, y que su piel se ponía más tersa y bronceada. Finalmente, Benjamín se miró y vio un six pack perfectamente tonificado, con cada músculo marcado y visible.

De repente la puerta de su habitación se abre...

Benjamín se dio vuelta al escuchar la voz de su amigo, Mateo. Éste se quedó boquiabierto al ver la transformación radical de su compañero. Benjamín se sonrojó y se cubrió el pecho con las manos, avergonzado por su nueva figura femenina. Es... es un largo cuento, dijo Benjamín, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Pero básicamente, he tenido una experiencia muy extraña y mágica. Me he convertido en mujer. Mateo no podía creer lo que veía.

-Benjamín...tu...

Me llamo Bibi ahora, explicó Benjamín con una sonrisa nerviosa, y me siento mucho mejor con este cuerpo femenino. Mateo se acercó despacio, con los ojos fijos en el pecho de Bibi, admirando su nuevo par de senos. Eres hermosa, Bibi, murmuró, tocando suavemente uno de los pechos con el dorso de la mano. No puedo evitar sentirme excitado al verte así. Bibi sintió un cosquilleo en su piel al sentir la proximidad de Mateo. Notó cómo su amigo se les ponía duros, y se preguntó si él también había experimentado algún tipo de transformación sexual.

Mateo se acercó aún más, hasta que sus cuerpos casi se tocaban. Bibi podía sentir el latido firme de su corazón, y la sensación de su respiración caliente en su cuello. Quiero tocarte más, Bibi, susurró Mateo, su voz cargada de deseo. Quiero explorarte todo. Bibi asintió con la cabeza, sus pezones endureciéndose aún más bajo la mirada apreciativa de Mateo. Por favor, hazlo, dijo ella, su voz baja y seductora. Quiero sentir tu contacto.

Mateo se arrodilló detrás de Bibi, que estaba sentada en una silla. Levantó uno de los pies de su amiga, maravillándose por la delicadeza y la suavidad de su piel. Comenzó a masajear el talón con suavidad, aplicando presión circular para relajar los músculos. Bibi se estremeció, soltando un suspiro de placer al sentir la experta manipulación de Mateo. Sus ojos se cerraron, y su cabeza se echó hacia atrás, exponiendo su cuello ****. Mateo siguió masajeando, migrando gradualmente hacia la planta del pie.

Mateo acarició la piel suave de la mejilla de Bibi, luego descendió lentamente hasta rozar sus labios con los suyos. Bibi respondió al beso con igual pasión, su lengua emergiendo para entrelazarla con la de Mateo en un baile sensual. Mientras se besaban, Mateo deslizó una mano por el costado de Bibi, acercándola a su cadera. Allí, encontró el inicio de su vagina, todavía caliente y humedecida. Mateo presionó un dedo contra su entrada, sintiendo cómo se cerraba brevemente antes de abrirse de nuevo. Bibi gimió suavemente, arqueando la espalda para ofrecerse más a Mateo.

Mateo introdujo un dedo en la vagina de Bibi, sintiendo cómo se ajustaba a su longitud. Movió el dedo lentamente, explorando su interior húmedo y caluroso. Bibi jadeó, sus caderas moviéndose en círculos para seguir el ritmo de Mateo. De repente, Mateo añadió un segundo dedo, empujándolos juntos hasta el fondo de la vagina. Bibi gritó de placer, su cuerpo estremeciéndose bajo la invasión. Mateo mantuvo los dedos allí un momento, disfrutando de la sensación de tener a Bibi completamente abierta para él. Squeeze.

Mateo se arrodilló frente a Bibi, mirando con lujuria su vagina expuesta. Sin perder tiempo, llevó su boca a la entrada de Bibi y la lamió con un beso prolongado y húmedo. Bibi se estremeció, sus piernas temblando al sentir la lengua de Mateo explorando su interior. Mateo se sumergió profundamente, su lengua revolviendo y probando cada centímetro del canal vaginal de Bibi. Lick lick suck resonó en la habitación, el sonido de la lengua de Mateo chupando y lamiendo la vagina de Bibi.

Bibi se retorcía de placer, sus manos agarrando la cabeza de Mateo para mantenerlo cerca de su sexo. Cada lamida y chupada de su amigo enviaba oleadas de éxtasis por su cuerpo, haciendo que sus piernas se aflojaran y sus caderas se elevaran para buscar más contacto. Mateo, no puedes parar..., suplicó Bibi, su voz un hilo de placer y necesidad. Quiero que me folles con tu polla, por favor...

Mateo se levantó, liberando su erección de los pantalones. La polla de su amigo estaba impresionante, larga y gruesa, con la punta rosada y perlada de líquido preseminal. Bibi se inclinó hacia adelante, tragándose la vista de la virilidad de Mateo. Te voy a dar lo que quieres, Bibi, prometió Mateo, guiando la polla hacia la entrada de su amiga. Voy a llenarte por completo. Con un solo empuje, Mateo penetró a Bibi, su polla entrando en su vagina con facilidad debido a la lubricación natural. Bibi gritó de placer, su cuerpo arqueándose al recibir a su amigo tan profundamente. Unzip zip.

Mateo comienza a embestir a Bibi con fuerza, sus caderas chocando contra las de ella en un ritmo frenético. Bibi gime con cada embestida, sus manos aferrándose a la espalda de Mateo mientras su sexo se estira y se cierra alrededor de la polla invasora. ¡Sí, así! ¡Métete más profundo!, ruega Bibi, arqueando la espalda para ofrecerse más a Mateo. Quiero sentirte en mi útero! Mateo obedece, aumentando la velocidad y la fuerza de sus embestidas. Thrust thrust thrust resuena en la habitación, el sonido de sus caderas chocando contra las de Bibi.

Con cada embestida, Mateo se hunde más y más adentro de Bibi, hasta que finalmente logra alcanzar el punto más profundo de su vagina. Bibi grita de éxtasis, sintiendo cómo la polla de Mateo presiona contra su útero. Soy tuya, Mateo, dice Bibi, sus ojos vidriosos de placer. Hazme tuya completamente. Mateo, sin poder resistirse a la súplica de Bibi, da un último empuje y se corona dentro de ella. Su semen sale disparado, inundando el interior de Bibi y salpicando su vientre. Bibi se relaja, sintiendo cómo el semen de Mateo se filtra lentamente en su interior.

Esto fue increíble, Mateo, dijo Bibi, su voz tranquila y satisfecha. Nunca había sentido nada igual. Mateo sonrió, acariciando la cara de Bibi con ternura. Tú eres increíble, Bibi, replicó él. Y quiero hacer esto muchas veces más contigo. Bibi asintió, sus ojos brillando con anticipación. Yo también quiero, Mateo. Quiero ser toda tuya.

Y así, Bibi y Mateo continuaron su aventura amorosa, explorando cada rincón de su intimidad mutua. Su relación se fortaleció con cada encuentro, y pronto se convirtieron en una pareja inseparable. Bibi se dio cuenta de que su transformación no solo había cambiado su cuerpo, sino también su perspectiva sobre el amor y la sexualidad. Ahora, sentía una libertad total para expresar sus deseos y necesidades, sin temor a ser juzgado o rechazado. Gracias a Mateo, Bibi descubrió un mundo de placer y pasión que nunca había imaginado posible. Juntos, construyeron un vínculo profundo y duradero, basado en la confianza, el respeto y el deseo mutuo.