Osi

Hola, todos me llaman Osi, pueden imaginarme como gusten, pero lo que deben saber de mi es que siempre eh sido muy patético, no eh contado mas que con un par de amigos, un chico y una chica, Marcus y Elizabeth, y todos los demás prácticamente se dedican a humillarme, siempre se burlan de mi, en la escuela sin contar todo el bully me va regular, no tengo las mejores calificaciones pero no eh reprobado nunca y eso me enorgullece. En casa vivimos mi mama y yo solamente, mi papa nos dejo cuando apenas era un bebe, ella se dedico a su trabajo, sus compañeros siempre se aprovecharon de su amabilidad dejandole mas carga de trabajo, siempre me a consentido mucho y le gusta mucho hacer ejercicio y mantenerse sana, la limpieza siempre nos la hemos repartido aunque siempre termino haciendo menos de lo que me toca y mi mama nunca me dice nada, siempre a sido muy amorosa conmigo, siempre que llego de la escuela me pregunta como me fue y no le digo la verdad de como se burlan diciendo cosas de mi por no quererla preocupar, y un dia a la semana tenemos un dia de cine, donde pasamos el tiempo viendo peliculas y platicando.

En la escuela aunque no fuera todo bonito como en la casa, ignorando todos los comentarios y miradas, la pasaba bien cuando hablaba con Marcus o con Elizabeth, me hacían sentir como un chico normal, y no un pajero que se la pasa viendo porno todo el día, iba terminando la preparatoria por lo que los 3 entraríamos a la universidad, pensé que todo cambiaria, nueva universidad, nueva vida social, pero no contaba con que mi matón de la escuela Jaxx, mi bully también se metería a la misma universidad, mi bully, el macho alfa de cualquier hombre, era un negro alto, musculoso, fuerte, aunque me cueste admitirlo guapo, muy marcado, bueno en cualquier deporte que participara por lo que los equipos le pedían ayuda en los torneos por lo que era muy popular también en la escuela, entre chicos y chicas, y así comienza esta historia, que me esperara para la universidad, tendré una nueva vida o seguiré siendo el hazme reír de todos