No

"Esta vida era perfecta"-pensaba el pecador, pero en el momento en que decidió que seria en este cuerpo donde permanecería, al menos un par de años, aparecieron ante el dos figuras de grotesca facciones una de menor tamaño y con una gran sonrisa de suficiencia, otra con un aspecto malhumorado.

-¡Estúpido!-le gritaba el demonio mas grande de los dos- ¡Te has detenido en el deseo que no era!

Como un flash, el pecador recordó todo lo sucedido en su casa hace ya varios días.

-Pero... ¿Qué importa? Ahora quiero esto.

-¡Pues claro que importa, capullo! ha sido Tu primer deseo de Envidia. ¡Y bajo juramento!. Ahora hay que empezar de nuevo.

-Es imposible que lo haga en el numero de saltos acordados-replica el otro demonio de menor tamaño.

Si fuera el Archi-demonio de la ira, ahora Toni seria un simple montón de cenizas humeantes. En cambio, Lujuria solo se permite gritar al cielo y aceptar la verdad. Ha perdido ante los tejemanejes de Envidia. Ha perdido la apuesta.