No hay de otra.

Valeria se sentía en extremo avergonzada, no solo estaba desnuda si no que todos los pasajeros (al menos todos los que estaban despiertos) lo sabían, Valeria volteo a ver a Julio y lo noto mirándola así que evito su mirada.

Miro los otros asientos y noto que también muchos otros pasajeros lanzandole miradas, lo único bueno era que mientras siguiera en su asiento estaría segura de todas las miradas de los pasajeros indiscretos (a excepción de julio que estaba a la par).

Valeria cubrió con sus manos lo mejor que pudo todo aquello que la modestia exige cubrir y paso así en viaje, su cabeza era una tormenta de pensamientos y angustias acerca d su estado de desnudez y las cosas que los otros pasajeros debían estar pensando y murmurando sobre ella.

Lo único bueno fue que sus pensamientos mantuvieron en cierto modo ocupada a Valeria así que esta no sintió lo largo del viaje así que derrepente fue sorprendida por la noticia de que el avión se preparaba para aterrizar.