Las drogas hacen efecto.

No pasa ni un minuto y las drogas hacen su efecto. Pronto las sensaciones de Amber se intensifican, el olor a cerveza, tabaco y orina chocan contra su nariz, las caricias con los labios de aquel hombre se vuelven casi placenteras. ¿Qué era todo aquello? Sus ojos se entrecierran, intentando mantener a flote su cordura. Una de sus manos rompió la camiseta de Amber y empezó a tocarle los pezones erectos.

"Veo que te ha gustado el cóctel... Joder... Como he acertado contigo... Creo que te llamaré Darleen, no me interesa saber tu otro nombre... Ahora eres mía..."

La besaba el cuello, ****ía su lóbula, azotaba sus tetas y pellizcaba sus pezones. Era un universo de sensaciones a flor de piel para la gótica, intentando no excitarse. Pero sus bragas la delataron con una manchita húmeda. Cuando el hombre se incorporó, no pudo creer lo que vieron sus ojos. La semejante verga del hombre casi parecía la de un caballo, llegándole por la rodilla. Fue hacia el coño de la gótica y río, oliendo su mancha de húmedad.

"No me gustan una mierda tus tatuajes... pero pronto te haré unos nuevos... Mientras... relájate..."

Rompió las bragas de un tirón, y le ensartó la verga en su concha con fuerza, lo que provocó que sus ojos se abrieran mucho y sus brazos y piernas se tensasen y temblasen. Un grito ahogado se pudo escuchar, mientras el hombre embestía contra ella con su verga. Para de pronto, caer inconsciente de nuevo.