La espina

Una vez fuera del cementerio y de haber recuperado el aliento, recordó que había dejado sus zapatos fuera de casa de Dampe, maldijo dentro de sí misma pues regresar por ellos de momento no sería seguro.

Mientras caminaba descalza por la aldea se lesiono con una pequeña espina —Maldita sea— dijo al tiempo que continuo su camino con un leve cojeo, una vez en casa abrió la puerta y se dirigió a uno de los sillones de la sala, dejándose caer sobre este para examinar su pie, mientras Anju se distrajo con la herida de su pie, Mike le vio desde lejos.

—Necesitas ayuda amada mía— comento con descaro, al tiempo que se acercaba lentamente hasta donde Anju.

—Te detesto, pero en efecto esta vez necesito de tu ayuda, ¿puedes sacar la espina? — Al decir aquellas palabras alzo ligeramente su pie mostrando la lesión.

—Ya le veo es algo grande, pero no tengo mis herramientas de primeros auxilios aquí, tendré que sacarla con la boca— comento sonriendo mientras le sujetaba con delicadeza del pie.

—Estás loco, tiene que haber otra manera— dijo al tiempo que se quejaba por el dolor de la espina.

—Si no saco la espina pronto pueda que se infecte, déjame hacerlo soy carpintero y a diario me veo en situaciones similares con astillas, se lo que digo—

—Está bien, pero sácala ya que molesta mucho— se quejó.

Mike sujeto con firmeza el pie de Anju alzándole ligeramente para poder ver bien la astilla, pero para sorpresa de Mike al alzar el pie también podía ver ligeramente lo que había bajo la falda de Anju —levantare un poco más tu pie— comento, seguidamente Anju asintió con un movimiento de cabeza, tras esto alzo un poco más el pie y pudo ver mejor su entrepierna, para su sorpresa pudo notar la enorme mancha de humedad en la braga de Anju.

—cuéntame pequeña ¿cómo fue que te hiciste esta herida? — Comento Mike al tiempo que veía su entrepierna simulando que inspeccionaba la herida.

—Simplemente Sali al jardín y me encaje la espina— comento con las mejillas sonrojadas, pues ella era bastante mala con las mentiras.

—Ya veo, comenzare a desinfectar la herida— dijo Mike al tiempo que sacaba la lengua de su boca y comenzaba a lamer el pie de Anju, tomando a esta por sorpresa.

El rostro de Anju se ruborizo pues aún estaba caliente y esas lamidas le estaban estimulando, inconscientemente soltó un ligero gemido, al tiempo que su vagina se humedecía nuevamente con las segregaciones de su vagina.

Mike noto como aquella mancha de humedad se hacía un poco más grande, motivo por el cual se quiso arriesgar a más alzando más el pie, lo cual fue tomado a mal por Anju pues se percató de sus intenciones.

—Maldito cerdo, cuando creo puedes ser útil para algo me sales con tus guarradas… enfermo— tras aquellas palabras Anju dio una enorme pata en la entrepierna de Mike, seguidamente esta se puso de pie y salió de la sala dando pequeños brinquitos, una vez en su habitación con ayuda de una pequeña aguja retiro aquella espina, pasado un rato opto por darse una pequeña ducha antes de cenar, pues toda su entrepierna estaba bastante húmeda… calentó un poco de agua y después se desnudó lanzando su ropa sucia al suelo y entrando al baño donde comenzó rápidamente a lavar su cuerpo, recorriendo este con una esponja, lentamente tallo sus brazos y después paso a su cuello, así mismo pensaba en aquel chico rubio pues era un misterio al no saber a donde fue, puesto solo hay una entrada y salida en el cementerio.

Una vez abandonados aquellos pensamientos continúo enjabonándose, bajando aquella esponja a sus pechos los cuales tenían un buen tamaño, perfectamente decorados por unos pequeños pezones de color rosado, suspiro al recordar la enorme verga de Dampe y aquellos potentes chorros de semen salpicando el suelo.

—Oh Dampe me has salpicado toda— dijo imaginando que esa espuma era el semen de Dampe, rápidamente se avergonzó de sí misma al pensar en ello, negó con su cabeza tratando de alejar esos pensamientos y continúo lavando su cuerpo, llevando aquel estropajo a sus bellas piernas, las cuales eran algo largas pero muy bien torneadas, enjabono muy bien y después subió hasta su entrepierna, frotando suavemente con aquella dichosa esponja su inmaculada intimidad.

Al frotar esta zona recordó aquellas lamidas por parte de Mike, lo que nuevamente le hizo poner muy caliente, suspiro mientras comenzaba a frotar con más fuerza aquella esponja en su intimidad hasta el orgasmo —oh joder— exclamo dichosa, mientras secaba su cuerpo escucho un pequeño ruido fuera de su cuarto, rápidamente se cubrió con una toalla y salió inspeccionar.

Para su tranquilidad no encontró nada, la puerta de su cuarto estaba cerrada, suspiro aliviada y rápidamente seco su cuerpo, para después colocarse ropa limpia y cómoda —Bien es hora de cenar— comento pero antes de salir miro su ropa sucia en el suelo, por lo cual opto por recogerla primero, tomo su falda y su blusa pero no encontró las bragas por ninguna parte, al final decidió no dar importancia y fue a cenar, su cena fue tranquila y seguidamente se fue a dormir.

Mientras tanto aquel joven rubio sale de una tumba con un enorme escudo de metal, poniéndose en marcha a la montaña de la muerte, a su vez Dampe seguía revisando las afueras de su casa, encontrando los zapatos de Anju.

—Serás mía—dijo aquel viejo sepulturero, mientras soltaba una enorme carcajada