La ciudadela

Una vez llego a la ciudadela quedo boquiabierta pues nunca antes visito el lugar en el pasado, solo había escuchado cosas de la ciudadela por platicas de aventureros y de su padre, todo era demasiado bello y las grandes cantidades de tiendas le dejaban anonadada.

—Jamás imagine fuera tan genial este lugar— dijo mientras recorría las tiendas y puestos.

Una tienda de ropa llamo mucha su atención, pues en esta había ropa de diferentes lugares del reino, los precios eran altos, pero mas accesibles que las tiendas de la aldea.

—Mucho gusto ¿puedo ayudarte? — comentario la propietaria del local.

—Si estoy interesada en comprar algo de ropa interior y una falda— comento Anju mientras veía que otras prendas.

—Por supuesto que la ropa interior está en el fondo, mira tranquilamente y si necesitas probar puedes hacerlo—

Anju sonrió y comenzó a ver la ropa interior, había de todos colores formas y diseños para su sorpresa encontró una ropa interior que jamás había visto y el simple echo de pensar en usar eso le genero bastante vergüenza.

—Esa es lencería y tangas ¿nunca las habías visto? — comentario la encargada.

—kakariko es una aldea pequeña así que jamás había visto ropa interior como esta— comento Anju muy sonrojada.

—Eres una joven muy bella con un buen cuerpo, deberías usarlas si quieres encontrar un buen hombre, ellos aman a las mujeres que usan ropa así— dijo la encargada con mucha seguridad en sus palabras.

Anju al escuchar esas palabras rápidamente cogió una tanga de color negro y un top a juego para probarlo, al verso al espejo se quedo con la boca abierta, era consciente de ser bella y tener un buen cuerpo pero estas prendas le hacían ver maravillosamente, sin pensarlo mucho pudo comprar varios juegos de lenceria.

Al salir de la tienda con las prendas en la mano sentí la mirada de las múltiples personas que habían por la ciudadela, sin darles mucha importancia subieron las cosas a su carreta y se pusieron en marcha a la aldea.