El trato

NOTA: A partir de este capítulo se darán situaciones sexuales fuertes.

El fin de semana de Anju había sido maravillo, la venta de sus cucos le dio ingresos y la oportunidad de conocer el rancho Lon Lon, la hermosa ciudadela de Hyrule y hacerse con algunas compras.

Al día siguiente Anju se levantó bostezando ligeramente mientras estiraba sus brazos—Que pereza nuevamente a trabajar— se dijo así mismo al tiempo que salía de casa para alimentar a sus cucos, una vez llego al corral se percató de que el viejo Dampe le estaba esperando, algo nerviosa le saludo.

—Hola Anju estaba esperándote, espero las ventas fueran buenas—

—Hola Dampe estoy agradecida, la venta fue muy buena y como agradecimiento más tarde te regalare algo de leche—

—No tienes por qué agradecerme nada estaré esperando esa leche, ahora me despido iré a ver a Mike que mi ventana está rota y quiero encargarme fabrique una nueva—

Al escuchar esas palabras Anju sonrió pícaramente, pues el saber que la ventana de Dampe estaba rota le daría la oportunidad nuevamente de espiarlo, ya que desde que Dampe reparo la pared no había podido espiarlo, el día paso rápido al ponerse el sol Anju nuevamente alimento a sus cucos y se puso en marcha al cementerio.

Una vez en el cementerio encontró a Dampe limpiando la maleza, lo saludo y entrego la leche, rápidamente se despidió de él y aprovecho que Dampe guardó la leche para ocultarse entre los arbustos.

—No debería hacer esto, pero es muy emocionante y es mi único entretenimiento— se dijo Anju así mismo, una vez oculta vio salir nuevamente a Dampe quien comenzó a guardar sus herramientas para después entrar a su choza.

Pasado un buen rato Anju se acercó lentamente a la choza de Dampe, pero no logro escuchar ningún sonido, por lo cual decidió ir con mucho sigilo a la ventana la cual en efecto estaba rota, pudo ver algo de luz salir de ella —Bien es hora de mi entrenamiento diario— sonrió mientras acerco ligeramente su rostro a la ventana.

Pudo apreciar a Dampe de espaldas el cual sostenía un frasco que le resulto familiar, se utilizó de la entrega que había hecho el fin de semana, Dampe comenzó a tomarlo y seguidamente se dejó caer sobre su catre el cual rechino a causa del peso, rápidamente Dampe comenzó a desabrochar su pantalón para poder quitarlo quedando solamente en calzones, los cuales eran amarillentos a falta de limpieza, Anju sonrió al ver enorme bulto de Dampe el cual pronto salió de golpe al momento que Dampe bajo su calzón, llevo una de sus manos a su miembro y comenzó a masturbarlo lentamente, una vez algo erecto tiro de su prepucio para dejar descubierto su sucio glande el cual esta vez tenía una mayor cantidad de esmegma, seguido comenzó a mover su mano con mayor rapidez, el sonido de las sacudidas se hizo presente al igual que sus jadeos.

—Espero que el día que me case tenga un marido guapo con una verga como esa— se dijo Anju para sí misma al tiempo que alzaba su vestido, el uso de las tangas le resulto practico pues ahora simplemente podía hacer a un lado el hilo y acariciar su vagina directamente.

El viejo Dampe seguía machacando su verga la cual por alguna extraña razón se veía más grande y con venas más saltadas que de costumbre, los jadeos de Dampe ponían más caliente a Anju quien se masturbaba al ritmo que Dampe.

—Dios tengo tantas ganas de cogerte maldita puta— decía Dampe mientras sus testículos enromes rebotaban al ritmo que movía su mano, al escuchar su nombre Anju se excitaba mucho más y dejo salir un pequeño gemido, el cual llego a oídos de Dampe quien siguió masturbándose con más fuerza, haciendo que el sonido generado por el choque de su mano con su pelvis fuera mucho más fuerte, de la nada Dampe dio un salto y se puso de pie apuntando la verga contra la ventana, esta acción tomo a Anju por sorpresa pero al ver que Dampe siguió masturbándose guardo la calma y siguió viendo con atención.

Dampe seguía soltando fuertes Jadeos mientras Anju deslizaba su dedo medio entre sus labios vaginales, los cuales ya estaban empapados y algo enrojecidos por la fricción de su mano, había tenido ya 2 pequeños orgasmos y seguía sorprendida pues esta vez Dampe estaba durando mucho más de lo normal, al final no soporto más y tubo un potente orgasmo el cual le hizo soltar otro pequeño gemido cerrando los ojos mientras disfrutaba de esa sensación tan placentera.

Al terminar de correrse abrió los ojos y para su sorpresa vio el rostro de Dampe en la ventana, soltó un pequeño grito por la sorpresa, rápidamente una mano de Dampe salió por el arco de la ventana, sujetando a Anju por el brazo y tirando de ella con fuerza, Anju intento luchar para zafarse de aquel agarre pero la fuerza de Dampe fue superior y termino siendo arrastrada hasta el interior de la choza.

—Te tengo maldita puta, sabia eras tu desde hace un buen tiempo— comento Dampe al tiempo que arrojaba a Anju contra el suelo.

—Por favor no me hagas daño— comento Anju quien se encontró de rodillas en el suelo.

—No pretendo hacerte daño pequeño— comento Dampe quien se situaba frente a ella, al estar de rodillas pudo ver muy de cerca la enorme verga de Dampe, la cual era sujetada por este.

—Déjame ir— comentario una Anju totalmente avergonzada.

—¿Por qué te quieres ir? No es esto lo que te gusta ver— Dijo Dampe al tiempo que se masturbaba con más rapidez su enorme verga, haciendo que pequeñas gotas de fluidos salpicaran el rostro de Anju.

Anju no supo que respondiera y permaneciera en silencio tratando de desviar la mirada mientras aquellas gotas de fluidos salpican en su rostro, el cual estaba totalmente enrojecido por la vergüenza.

—Todas las noches vienes a ver mis pajas y honestamente me encanta ser visto, sobre todo por una chica tan bella como tu— comento el viejo quien dio un par de pasos más al frente, acortando la distancia entre su glande y el rostro de Anju.

Anju continuo en silencio no sabía que responder y al tener aquella verga de cerca le permitió sentir su mal olor, lo que le hizo dar una pequeña arcada de asco.

—Te quiero proponer algo pequeña, quiero hagamos un trato— comento mientras señalaba una pequeña silla al fondo.

Anju inmediatamente se puso de pie y se sentó en aquella silla, paso algo de saliva y solo pudo asentir con un movimiento de su cabeza.

—Pequeña espiar a las personas está mal, pero masturbarte en las afueras lo es mucho más, ¿Qué pasaría si alguien del pueblo te descubre masturbándote al aire libre? — comento Dampe mientras seguía masturbando su verga —se que te gusta ver cómo me masturbo y es de ahí mi propuesta, que te parece si en lugar de espiar te aseguras que nadie te vea y entras a mi choza, así puedes ver cómo me masturbo en esa pequeña silla, pero a cambio quiero te desnudes para mi y masturbarnos juntos— dijo Dampe tratando de ser convincente.

—¿Qué pasa si me niego? —respondió al fin la pequeña Anju.

—Bueno si te niegas diré a todos en el pueblo que te encontré masturbándote a fuera de mi casa o en el peor de los casos te mataría en este momento y enterraría tus restos en la tumba de la familia real, así nadie jamás te podría encontrar y nadie sospecharía de mi—

Al escuchar aquellas palabras Anju tembló de miedo, ser expuesto ante todos le aterro, pero morir le aterro mucho más —¿Me violaras? — comentario Temerosa.

—No como dije no pretendo hacerte Daño, además dudo esta cosa entre en ti— señalo su enorme verga —Quiero ver como te masturbas, verte desnuda y terminar juntos eso me gustaría—

Anju lo pensó por un momento, en efecto ver las pajas de Dampe la ponía muy caliente y masturbase en las afueras era muy riesgoso por lo cual termino aceptando la propuesta de Dampe.

—Está bien aceptado ¿ahora qué? — comento Anju con determinación mientras poso la mirada sobre la verga de Dampe.