Hacerlo crecer

Su hermano era bastante guapo, eso Roberto tenia que reconocerlo, pero seguía pareciéndole demasiado joven. Los hombres que de verdad le gustaban a Roberto eran los hombres maduros. Hombres con experiencia. ¿Y si pudiera hacer "crecer a su hermano"?

"quiero verlo mas grande"-Piensa el pecador. Enseguida el cuerpo de su hermano, que estaba en ese momento masturbándose, empieza aumentar de tamaño, como si hubiera comido mucha proteína y se hubiera pasado años en el gimnasio.

"no estaba pensando en eso"-Se maldice el pecador. Quiero su forma actual, delgadito, pero con mas edad, quizá con algo mas de pelo y barba"

Las gafas obedecieron al momento, mostrando un Joan de unos 26 años, como de la edad de Roberto. Le había crecido el vello, rojizo claramente, por parte de su pecho, que tenia los músculos algo mas marcados. Además, le había salido una barba de un par de días que le daba un aspecto mas sexy todavía.

"Exacto. Así perfecto. Aunque, ojala pudiera tocarle y sentir su piel"

El Joan de 26 años se tumbo sobre el sofá del cuarto, se abrió de piernas y, mostrándole un agujero ahora ya recubierto de un vello rojizo, siguió susurrando expresiones lascivas hacia Roberto.

-Fóllame el culo. Desvírgame.

Roberto dudó. Lo tenia al lado de él, a escaso centímetros y si...

Alargó la mano y... toco piel. Se asustó y se quito las gafas al momento para ver que su hermano, el verdadero Joan de 18 años, seguía en su posición original. Vestido y jugando a la consola, o eso intuía sin gafas, mas o menos.. Volvió a ponerse las gafas para retornar a la visión perfecta de su hermano, mas mayor, y mas sexy.

Sin temor, se lanzó a tocar su cuerpo. La sensación era tan real que notaba el calor que desprendía su piel, el olor que emanaba de su cuerpo y... su polla. Fue hacia su polla y comenzó a pajearle. Era el primer pene que tocaba en su vida después de la suya y el tacto le resultó tan suave como se esperaba. Mientras le pajeaba a Joan, este seguía gimiendo, poniendo cada vez mas cachondo a Roberto.

"¿Y si hago madurar un poco mas a Joan"-pensó Roberto-" algo así como superando la treintena"

Ante sus ojos, el joven pelirrojo volvía a aumentar de edad. Sus músculos crecieron. su barba y su pelo también . Roberto casi silbó de aprobación al ver como su hermano se había convertido en un treintañero sexy y resultón.

"voy a comerme esa polla"-pensó, y agarrando el rabo del nuevo Joan, se la metió en la boca.

La sensación era... increíble. Notaba la firmeza del miembro, el sabor a salado, el calor que desprendía ¿Cómo podía sentirse todo tan real? Roberto siguió comiéndosela mientras pasaba su mano por el pecho de su hermano. Pero quería mas. ¿Por que conformarse?

"Quiero unos 10 años mas. Quiero un Joan de unos 42 años.

Su hermano volvió a madurar, su cuerpo perdió firmeza y aumento su vello corporal, pero en cambio obtuvo una expresión madura e interesante. Joan se había convertido en un papi sexy. Roberto siguió con esa polla, ahora mas madura en su boca. Aun la notaba firme y dura ¿Entonces?

"que me folle"-pensó de repente Roberto-"quiero que me reviente el culo ese papi. Pero lo quiero algo mas mayor. Quiero que un Joan de 50 años me desvirgue"

Su hermano volvió a cambiar. Se le marcaron mas la arrugas. Le aparecieron bolsas en los ojos y el cabello era mas débil, pero todo eso ponía incluso mas cachondo a Roberto. Quería que un hombre experimentado le robara su primera vez.

Comenzó a quitarse el pantalón y la ropa interior. El papi-Joan no tardó en acercar su polla, dura y rodeada de una espesa mata de pelo rojizo y unos huevos algo caídos hasta el orificio virgen del pecador. Cuando la herramienta de su hermano ya no tan pequeño comenzó a perforarle, Roberto se quedo mudo de la impresión. Notaba como sus paredes se ensanchaban por esa polla, como golpeaba su próstata con cada embestida. No sentía dolor ni molestia, solo un inmenso placer. Era...

Y de repente todo eso desapareció. Ante él apareció su hermano, su verdadero hermano pequeño. Le había quitado las gafas de un tirón y le observaba anonadado.

-¿Que te pasa?-le dijo- Te he estado hablando y no me contestabas.

Por suerte para el pecador, este estaba vestido, pues habría sido difícil explicar a Joan que hacia desnudo de cintura para abajo, con las piernas abiertas y totalmente empalmado detrás de él. Roberto se disculpó y salió rápido de la habitación para ir al baño a masturbarse.