En el agua aromatizada de la sala de meditación

En una alargada sala del centro se encontraban unas quince personas, entre hombres y mujeres, que entre el humo de incienso y música relajante intentaban meditar guiados por un hombre moreno con pinta de gurú asiático. Este lugar le pareció a Alberto tan bueno como cualquier otro, así que, sin ninguna picardía, pues nadie miraba, sacudió varias veces su bote de especias sobre una deposito de vidrio de agua del que flotaban trozos de pepino y limón.

La canción se detiene, y la luz de la sala se intensifica. El gurú indica una parada para hidratarse y después volverán meditar. Toda la clase hace cola ordenada a beber un poco del agua aromatizada, y Alberto espera. La luces vuelven a mitigarse, la música suena de nuevo. El gurú comienza a hablar, pero esta vez en su voz se nota algo menos calmada.

Alberto mira a su izquierda, una mujer rubia que supera los 30, podría haber sido una posible conquista, pero no esta aqui por algo tan mundano como el sexo. A su derecha, un hombre de unos cuarenta años, de barba entrecana y entradas pronunciadas, intenta relajarse, pero su polla indica su estado de excitación. Alberto se aproxima en silencio, libera la polla de los elásticos y comienza a hacerle una mamada.

Los gemidos del hombre parecen atraer a un chaval de unos veinte años al lado de este, que con los ojos como platos no puede dejar de mirar como Alberto le come la polla al hombre.

-Papa ¿Qué haces?- susurra

Alberto le hace una señal al chico, que se acerca con sigilo. Al llegar a su lado, el influencer le agarra de la nuca y le pone la polla de su padre en la boca, que comienza a chupar con bastante inexperiencia. "Pobre" piensa Alberto "habrá que enseñarle algo" y se lanza también a seguir con el sexo oral.

Pronto el sonido del sexo es demasiado evidente, y la rubia treintañera da un alarido. Los asistentes a clase de meditación se quedan paralizados, excepto los tres amantes (ahora el padre esta devorando el culo a su hijo mientras este le come la polla a Alberto). De repente, un treintañero delgado y fibroso comienza a desnudarse y se acerca al trio. Enseguida le sigue un cincuentón. Luego un par de veinteañeros, y finalmente, hasta el gurú se acerca al grupo, todos desnudos, y comienza la orgia.

Alberto pierde en numero de pollas que se le han introducido, ni los culos follados. El gurú resulta ser un amante esplendido, y al chaval del principio se le han corrido dentro por los menos tres distintos hombres, uno de los cuales, fue su padre. Cuando todo hubo acabado, el influencer recoge su ropa y deja que los asistentes mediten los sucedido.

-Ha sido un excelente bufe libre de ensaladas- dice a cámara Alberto- pero quizá demasiado número de platos. Con esto se te quitan las ganas de seguir con el menú, y aun queda el pescado y la carne. No es una buena elección.