El paciente anciano

Escogido el nuevo receptáculo, tan solo debía atraerlo a la consulta para, mediante el laser, realizar la trasferencia. Por desgracia para el pecador, no iba a ser tan fácil.

"Señor Rocaforte-escribió en un mensaje Toni-Felipe- Acuda hoy mismo a la consulta de su médico para explicar los resultados de la última analítica con carácter urgente"

"Estimado Doctor-contestó Mi tiempo es muy preciado para estas cosas. Si desea contactar conmigo, hágalo a través de alguno de mis ayudantes, como ya indique en mostrador. NO vuelva a utilizar mi teléfono privador para este tipo de cosas, pues no es el pacto al que llegamos cuando acepte que usted me tratara. Si esto vuelve a ocurrir, nuestro contrato será rescindido de inmediato"

Esa contestación tan orgullosa hizo estallar la ira en Toni-Felipe. O, mas bien, la de Felipe. ¿Cómo se atrevía ese viejo a negarse, y además con esas maneras, a acudir a su consulta? Ese hombre puede que fuera muy importante, pero eso no le daba derecho a tratarle a él como inferior. ¡Era medico, por el amor de dios! La trasferencia se realizaría, si o si.

El pecador sintió un tirón dentro de él, como si la parte del poseído doctor quisiera controlar sus movimientos y sus acciones. Como si la ira de receptáculo le diera poder. Toni se asustó, dejando a Felipe al mando mientras el se recogía en una esquina de la mente. El doctor le aseguró que tenían el mismo objetivo, realizar la trasferencia sobre el paciente, pero los medios para conseguirlo... eso ya sería cosa de él.

Arturo Rocaforte, presidente de los empresarios de la construcción y una de las personas con mas poder del país, acudía, tras finalizar varias reuniones con colegas de otros países a su casa familiar. Hoy también había reunión de trabajo, pero con sus dos hijos, que también tenían importantes empresas en el sector, todo heredado del talento de su padre, claro esta. El empresario se sorprendió al ver a la entrada a las mujeres del servicio, esperando. Parecía como si hubieran sido expulsadas de la mansión.

-¿Que ha pasado?-preguntó preocupado.

-Ordenes de los señores-dijeron, nerviosas.

Arturo entró entonces a la casa. A pesar de que la mansión era bastante grande, adecuado a su talento, los sonidos y gritos le llegaron perfectamente audibles.

Los ruidos mas fuertes provenían del salón. Lo que vio el empresario al entrar casi le provoca una angina de pecho. Sus tres nietos, desnudos y sudorosos, follaban entre ellos en un trio, formando en ese momento una especie de sandwich donde los dos hermanos "abrazaban" entre ellos a su primo. Las caras de placer de los tres jóvenes indicaban claramente que estaban disfrutándolo, a pesar de que el mayor de ellos se casaba el año que viene con una preciosa miembro de la baja nobleza.

-¿Pero que estáis haciendo?-preguntó el abuelo, casi a gritos.

Los jóvenes, que siguieron follando como si no importara, solo respondieron:

-Seguimos las ordenes de papa.

-¿Que? ¿Dónde esta?

-Arriba-pudo decir uno, mientras se le escapaba un gemido de sus labios.

Asustado, el empresario subió los escalones lo mas rápido posible, teniendo en cuenta de que ya superaba los 74 años. Mas gritos y chirridos provenían de uno de los cuartos. Al entrar se quedo totalmente en shock. Sobre la cama había tres hombres desnudos. Dos de ellos eran sus hijos. El otro, su medico, el que le había escrito hoy en mitad de una Reunión. Su hijo mayor y primogénito, estaba siendo follado por el culo por el doctor mientras sus gemidos eran apagados por la polla de su otro hijo. Los tres disfrutaban, pero el medico el que les insultaba e, incluso escupiña. Su hijo menor, de pecho velludo como su padre, tenia varias regueros de saliva deslizándose entre sus pectorales. Una fuerte palmada al trasero de su primogénito hizo que el empresario observara como este tenia los glúteos enrojecidos, seguramente de haber recibido mas de un cachete.

-¿Te gusta lo que he hecho con tu familia?- preguntó con sorna el medico, mientras sacaba su polla del culo de su hijo mayor y, con un simple gesto, era remplazado por su otro hijo, que comenzó a follarle el culo abierto de su primogénito.

-No lo entiendo...-logró decir Arturo, balbuceando- ¿Qué esta pasando?

Una luz roja apareció de repente sobre su camisa de 300 euros. Salía de un puntero laser que tenia en la mano su Doctor, que seguía sonriéndole con picardía. Todo cambio en ese momento. Lo primero que sintió fue que le faltaba el aire. Su corazón había comenzado a latir tan rápido que necesitaba mas oxigenación. Lo segundo, y mas raro, es que de repente, su pene se había puesto duro. Pero duro como ya hacia tiempo que no lo estaba. Lo tercero era que... no podía parar de mirar la polla el medico. Era enorme, y estaba recubierta de un grueso preservativo. Quería saber como olía, como sabría. Quería ¡No! necesitaba esa polla.

-Todo esto es por ti-dijo el medico, quitándose el preservativo y arrojándoselo a uno de sus hijos- He corrompido a tu familia. Los he convertido en putas desesperadas de polla. Pero a quien quiero es a ti. Tu vas a recibir mi esperma. Y cuando lo tengas, te sentirás el hombre mas feliz del mundo.

Luego, comenzó a romperle la ropa a tirones. Miles de euros destrozados. Pero nada importó. Lo único importante era esa polla. La polla de su amo, que comenzaba a destruirle el culo. Que entraba y ensanchaba sus paredes. Joder, cuanto placer sentía. Ese hombre, su dueño, le hizo lo que quiso. Le escupió en la cara y el abrió la boca esperando que cayera en su garganta. Le golpeo los pechos y el pidió mas. Le retorció los pezones y el gimió. Le agarro del cuello y el comenzó a eyacular. Cuando, como el había anunciado, se corrió dentro de su culo, se sintió agradecido. Todo su imperio empresarial podía evaporarse solo por otro momento como ese.

-Me marcho, pero vosotros no paréis- dijo con seguridad el doctor, mientras se vestía- Quiero que paséis toda la noche follando entre vosotros. Padres con hijos. hermanos con hermanos. Nietos con abuelos. Eso es lo que sois ahora, una familia de maricones decadentes. Cuando vuelva os quiero bien abiertos.

Cuando el doctor abandonó la mansión, la orgia ya se había trasladado al piso de arriba, donde los mayores eran follados por los tres jóvenes. La familia Rocaforte obedeció a su nuevo amo, como habían prometido, derrumbándose exhaustos a las cuatro de la mañana.