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Chapter 18
by Alman02
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El fin
Han pasado 8 meses y estamos a 1 mes de que Samantha de a luz al hijo de Noah
El sótano estaba oscuro y húmedo, un lugar inhóspito que despertaba en Morgana una sensación de confusión, como emergiendo de un largo sueño, comenzó a tomar conciencia de su entorno. Sus manos y pies estaban encadenados, y cada movimiento era una lucha contra la fría opresión del metal.
Un leve dolor de cabeza pulsaba en su sien, como si hubiera estado sumida en un profundo letargo. Trató de recordar cómo había llegado allí, y entonces, como un rayo, la memoria golpeó su mente: la horrible verdad de que Noah había esclavizado a Samantha, su hermana, para satisfacer sus deseos más oscuros.
El corazón de Morgana se aceleró con el pánico inicial, pero rápidamente recordó su entrenamiento como guerrera. Se obligó a respirar profundamente, a mantener la calma en medio de la desesperación. Con cada inhalación, su determinación se fortalecía.
Intentó liberarse de las cadenas con todas sus fuerzas, pero el metal se resistía. Una sensación de impotencia la envolvió, pero Morgana se negó a rendirse. Recordó las lecciones de resistencia, la perseverancia que había aprendido en los días de batalla.
Morgana sabía que debía encontrar una manera de escapar y rescatar a a la señorita Samantha. Con determinación y valentía, se dispuso a buscar una salida de aquel sótano oscuro y buscar a Samantha para escapar y alejarse de Noah.
El corazón de Morgana latía con fuerza cuando los gemidos llegaron a sus oídos, rompiendo el silencio opresivo del sótano. Con horror, se dio cuenta de que aquellos sonidos de placer provenían de la misma Samantha, quien estaba siendo utilizada por Noah para satisfacer sus deseos más oscuros. La tristeza y la furia se entrelazaron en su interior mientras la realidad de la situación se hundía en su mente.
Con los músculos tensos por la angustia, Morgana detuvo sus intentos de escape por un momento. ¿Dónde estaban exactamente? Esto no se parecía en nada al sótano de la mansión Morrison, y la confusión comenzó a nublar su mente. ¿Cómo habían llegado allí? ¿Y cómo podía liberar a la señorita Samantha de las garras de Noah en ese lugar desconocido?
Entre la tristeza y la furia, una determinación feroz comenzó a arder en el interior de Morgana. No importaba dónde estuvieran o qué peligros enfrentaran, no descansaría hasta encontrar a la señorita Samantha y liberarla de la oscuridad en la que estaba atrapada. Con cada fibra de su ser en llamas, Morgana se preparó para enfrentar cualquier obstáculo en su camino hacia la libertad y la justicia.
La oscuridad del sótano se llenaba con los gemidos y crujidos de la cama, creando una atmósfera sofocante y perturbadora. Morgana escuchaba con horror las palabras que nunca habría esperado oír de alguien como la señorita Samantha. Entre los gemidos de placer, las palabras de sumisión y devoción hacia Noah resonaban en sus oídos, como afiladas dagas cortando su corazón.
"Oh sí, hermanito, tu pene es mejor que el de Sebastián", las palabras resonaban como un eco tortuoso en la mente de Morgana. "Solo tú posees mi corazón, nadie más en esta tierra me importa solo tú", escuchaba la voz de Samantha, llena de una pasión que Morgana nunca había escuchado.
Cada palabra era como un golpe para Morgana, destrozando su confianza en la realidad que conocía. La angustia la invadían mientras escuchaba cómo Samantha ofrecía su completa sumisión y devoción a Noah. ¿Cómo podía la señorita Samantha que conocía, decir esas cosas? Era como si un velo se hubiera levantado sobre la Samantha que creía conocer, revelando una faceta de sumisión y entrega que Morgana nunca había imaginado.
Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Morgana, mezclándose con la impotencia y la confusión que la invadían. En medio de la oscuridad del sótano, se encontraba atrapada en un torbellino de emociones, incapaz de comprender cómo todo había llegado a esto. Pero a pesar del dolor, una determinación feroz comenzó a arder en su interior. Morgana sabía que debía encontrar una manera de liberar a Samantha de las garras de Noah, sin importar cuán oscuro fuera el camino que tenía por delante.
Despues de 2 hora Noah bajó las escaleras con una confianza desafiante en cada paso. Al llegar al sótano, sus ojos se encontro con el cuerpo desnudo de Morgana, y una sonrisa arrogante curvó sus labios mientras la lujuria brillaba en su mirada.
"Disculpa el ruido de hace rato", dijo Noah con un tono de indiferencia. "Mi hermana puede ser un poco ruidosa a veces."
Morgana lo miró con ojos llenos de furia y desesperación. "¡Eres un monstruo!", gritó, su voz resonando en las paredes del sótano. "¿Cómo puedes hacerle esto a tu propia hermana?"
Noah se encogió de hombros con indiferencia, como si fuera un detalle menor en su mente. "¿Qué puedo decir? Amo demasiado a mi hermana, y ella me ama tanto que ahora lleva en su vientre a mi hijo", respondió con una sonrisa autosuficiente.
Las palabras de Noah golpearon a Morgana como un puñetazo en el estómago. "¿Qué? ¿Un hijo?" Su voz temblaba de incredulidad y shock.
"Una vez que él bebe ya no necesite de la leche materna hare que lo abandone", dijo Noah con una sonrisa burlona. "Han pasado ocho meses desde que te esclavice a ti y a mi hermana con la ayuda del control mental", agregó con arrogancia, como si fuera un logro para celebrar.
Morgana lo miró con horror y disgusto, sintiendo la rabia arder en su pecho. "¡Eres un maldito!", gritó, su voz llena de desesperación y desprecio mientras se enfrentaba a la cruel realidad de su situación.
Noah observó a Morgana con una sonrisa maliciosa bailando en sus labios mientras ella le lanzaba palabras cargadas de dolor y resentimiento. "¿De qué te ríes?", preguntó Morgana con incredulidad, su voz temblando con una mezcla de rabia y confusión.
"No puedo evitar encontrar gracioso que ahora, después de todo este tiempo, te atrevas a decir esas cosas tan terribles", respondió Noah con una voz fría y arrogante. "Pero supongo que es comprensible, considerando lo que te hice olvidar".
Morgana frunció el ceño, confundida. "¿De qué estás hablando?", preguntó, su voz cargada de incertidumbre.
Noah sonrió con malicia mientras desataba el poder de su control mental sobre Morgana. Instantáneamente, los recuerdos inundaron su mente, como un torrente de imágenes y emociones que la golpearon con fuerza. Recordó cada momento humillante, cada orden cruel y manipuladora que Noah le había dado mientras estaba bajo su control.
Recordó cómo había sido obligada a amarlo incondicionalmente, a ser solo fiel a él. La vez que atacó a Sebastian, manipulada por las órdenes de Noah para protegerlo. Recordó la vergonzosa situación en la que Noah la había hecho creer que era su madre, alimentándolo con sus propios pechos.
Los recuerdos seguían llegando, uno tras otro, como un golpe implacable a su mente. Recordó la vez que la convirtió en una niña inocente y enamorada de su "papá", y la humillante sesión en la que él y Samantha se complacían mientras se degradaban a sí mismas en alabanzas a Noah.
Sus ojos se abrieron de par en par mientras el horror se apoderaba de ella. "No", susurró Morgana, su voz temblorosa por la revelación de la verdad. "No puede ser..."
Pero los recuerdos persistieron, desenterrando cada detalle retorcido de su pasado bajo el control de Noah.
Noah la observó con una sonrisa siniestra, disfrutando de su tormento. "Sí, querida Morgana", dijo con frialdad. "Todo este tiempo, has sido solo un títere en mis manos. Y ahora, finalmente, comprendes tu verdadera realidad".
Noah observaba con deleite mientras los recuerdos inundaban la mente de Morgana, provocando una reacción visceral en ella. Cada recuerdo, cada manipulación, golpeaba como un martillo sobre su conciencia hasta que finalmente, Morgana cedió al horror y la desesperación, vomitando en el suelo.
Una risa maníaca brotó de los labios de Noah mientras contemplaba la escena con satisfacción retorcida. "¡Oh, me encanta esa expresión en tu rostro!" exclamó, disfrutando del caos que había desatado en la mente de Morgana. "He visto todo tipo de expresiones de placer en ti, pero esta... esta es verdaderamente deliciosa".
Sin embargo, su diversión se vio interrumpida cuando Morgana, abrumada por el shock, se desmayó en el suelo. Noah frunció el ceño brevemente, evaluando la situación con un brillo de frustración en sus ojos. Decidió dejarla por el momento, seguro de que ella se recuperaría en unas horas.
Con una última mirada de satisfacción hacia Morgana inconsciente en el suelo, Noah se dio la vuelta y salió del sótano.
Noah se había ocupado de los quehaceres del hogar con diligencia, asumiendo las responsabilidades que tanto Morgana como Samantha no podían cumplir. Mientras tanto, Samantha continuaba sirviendo a su hermano con devoción, brindándole placer con su cuerpo como mejor sabía hacerlo, a pesar de las limitaciones que su embarazo de 8 meses imponía.
Cuando la noche cayó, Noah descendió al sótano con un plato de comida, esperanzado de encontrar a Morgana despierta. Sin embargo, se encontró con que ella seguía inconsciente. Con cuidado, dejó el plato cerca de ella.
Luego, Noah regresó a la sala y encontró a Samantha. Le propuso salir a caminar juntos, y Samantha aceptó con entusiasmo. Los dos esposos disfrutaron de un hermoso momento de intimidad, dejando de lado las preocupaciones del dia en medio de la noche serena.
Morgana abrió los ojos con pesar, aún abrumada por los recuerdos de su tiempo bajo el control de Noah. La sensación de haber sido manipulada y utilizada le pesaba como una losa sobre el alma. Observó a su alrededor, buscando algún indicio de esperanza en aquel sótano lúgubre, pero solo encontró sombras que reflejaban su propia desolación.
El pensamiento de cambiar el pasado la invadió, deseando con todas sus fuerzas poder retroceder en el tiempo y detener a Noah antes de que esclavizara a Samantha y a ella misma. Pero la realidad de que eso era imposible la golpeó como un martillo; la magia del tiempo era solo un mito, una ilusión inalcanzable.
Intentó determinar la hora con la luz que se filtraba por una pequeña rendija en la pared. A juzgar por la posición de las sombras, calculó que eran alrededor de las 2 de la tarde. Su estómago gruñó, y vio el plato de comida que Noah había dejado cerca de ella. A pesar de sentirse humillada por tener que alimentarse en esas condiciones y de todo lo que había vivido, el hambre pudo más y decidió comer lo que había sido dejado por aquel despreciable hombre.
Morgana observó el brazalete de control mental con amargura, sintiendo un profundo remordimiento. Si tan solo hubiera sabido en aquel momento en que Samantha, bajo la influencia de Noah, le había regalado ese brazalete siguiendo las órdenes de él. Si hubiera reconocido las señales, quizás habría sido capaz de evitar caer bajo su influencia y salvar a Samantha.
Pero ya era demasiado tarde para lamentarse por lo que no había hecho. Se maldijo a sí misma por no haber sido lo suficientemente astuta, por no haber protegido a su señora como debía. No podía cambiar el pasado, pero sí podía cambiar el futuro. Decidió que buscaría una forma de escapar junto a Samantha, de liberarla de la influencia de Noah y llevarla de vuelta a su padre, donde estaría a salvo y lejos del alcance de ese despreciable hombre. Era una tarea difícil y arriesgada, pero estaba decidida a intentarlo.
Noah y Samantha yacían aun en la cama, inmersos en un momento de intimidad que solo ellos compartían. Noah se regocijaba en la sensación de tener a su hermana, hipnotizada y entregada, complaciendo su pene con una buena mamada. Mientras disfrutaba del placer que le brindaba, su mente maquinaba nuevas formas de controlar y dominar.
Sin embargo, al mirar a Samantha, notó una mirada amorosa y sumisa en sus ojos, una lealtad inquebrantable hacia él. En ese momento, una sonrisa siniestra se dibujó en el rostro de Noah mientras una idea retorcida comenzaba a tomar forma en su mente.
Con la certeza de que podía manipular a sus esclavas a su antojo, Noah se deleitaba en el poder que tenía sobre ellas y en las infinitas posibilidades que se abrían ante él.
Morgana se preparó para enfrentarse a Noah cuando escuchó la puerta abrirse, pero lo que vio a continuación la dejó atónita. Descendiendo las escaleras, no era Noah quien apareció, sino Samantha, la mujer que debía proteger. Sin embargo, la escena que presenció fue impactante: Samantha, con un vientre hinchado por ocho meses de embarazo, estaba completamente desnuda, sus pechos enormes casi igualando los de Morgana debido a la leche materna que los llenaba.
La visión dejó a Morgana completamente devastada. Ver a Samantha en esa condición, sometida y humillada, fue un golpe duro para ella. Sus intentos de liberarse y proteger a Samantha parecían cada vez más desesperados, y el corazón de Morgana se llenó de un dolor profundo y una sensación de impotencia.
A medida que la realidad de la situación la abrumaba, Morgana se sintió más perdida que nunca, sin saber cómo enfrentar la cruel realidad que tenía frente a ella.
Morgana, con los ojos llenos de determinación y un toque de desesperación, se dirigió a Samantha, rogándole que la liberara para que pudieran escapar juntas y alejarse de Noah, pero antes de que pudiera terminar su súplica, el rostro de Samantha se transformó en una expresión de desprecio que Morgana nunca había visto en ella.
"¿Cómo te atreves, desgraciada?" dijo Samantha con voz temblorosa de indignación. "¿Cómo te atreves a manipular la mente de mi pobre hermanito para dejarme embarazada?"
Las palabras de Samantha golpearon a Morgana como un puñetazo en el estómago. Se quedó sin aliento, sintiendo una mezcla de confusión y desolación mientras intentaba comprender lo que estaba sucediendo. La idea de que Samantha la viera de esa manera, como una manipuladora sin escrúpulos, era abrumadora y desgarradora.
Samantha, con una mezcla de rabia y dolor en sus ojos, continuó hablando con Morgana. "Nunca te perdonaré", dijo con voz temblorosa. "Noah era un buen niño, pero tú lo convertiste en un monstruo ninfómano".
Las palabras de Samantha resonaron en la mente de Morgana como un eco doloroso. Se quedó sin aliento, sintiendo una oleada de incredulidad y desesperación. No podía entender cómo todo había llegado a este punto, cómo las cosas habían salido tan mal.
Morgana se sentía aturdida por las palabras de Samantha, pero a medida que reflexionaba sobre lo que había dicho, comenzó a conectar los puntos. Se dio cuenta de que Noah había usado el control mental para alterar la mente de Samantha y manipularla, implantándole falsas memorias en las que Morgana usaba el control mental sobre ambos hermanos.
Morgana cree que Noah uso el control mental para hacerle creer a Samantha que Morgana uso el control mental en Noah y ella, en noah para controlar su mente y acciones para someterla y embarazarla y cree que Morgana uso el control mental en ella para controlar solo su cuerpo y dejarla a merced de su hermano hipnotizado. Pensando de nuevo Morgana que Noah es un desgraciado por hacerles esto a ella y a Samantha
La idea de que Noah hubiera orquestado todo esto la llenaba de indignación y repugnancia. Noah había utilizado a Samantha como una marioneta, controlando su mente para que creyera que Morgana era la responsable de manipularlo a él y a Samantha misma. La manipulación de Noah era aún más retorcida de lo que Morgana había imaginado.
En el sótano, la escena se desenvolvía con un aura de depravación y manipulación. Noah llega y se acerca a Samantha con determinación, su mirada llena de deseo y control. Samantha, bajo el influjo de su hermano y sus propios deseos distorsionados, gemía de excitación anticipada mientras Noah se preparaba para poseerla una vez más.
Mientras Noah comenzaba a clavar su vara de amor en el cuerpo de Samantha, esta dejaba escapar gemidos y susurros de placer, sus pechos enormes rebotaban con cada embestida, una danza grotesca alimentada por la manipulación y la sumisión.
En medio de los gemidos y los susurros, Samantha se volvió hacia Morgana, sus ojos brillaban con un odio alimentado por la confusión y la manipulación. "¡Te odio por lo que nos has hecho!", exclamó entre gemidos, sus palabras cargadas de rencor y desesperación.
Noah, disfrutando del espectáculo de dolor y confusión que había creado, se burlaba de Morgana con una sonrisa malévola en los labios. "¿Te gusta lo que he hecho con la mente de mi hermana?", se mofó, su tono lleno de cinismo y crueldad. "Ella era lo único que querías, ¿no es así? Pero ahora ella te odioa.
Morgana, abrumada por la sensación de impotencia y rabia, se mordió el labio inferior con fuerza, luchando por contener las lágrimas de frustración. En su mente, se repetía una y otra vez que debía encontrar la fuerza para resistir, para encontrar una salida de ese infierno que Noah había creado. Pero en ese momento, se sentía más atrapada que nunca, presa de las maquinaciones retorcidas de un hombre que se regocijaba en el sufrimiento ajeno.
Morgana, con el corazón destrozado por lo que estaba presenciando, apartó la mirada, sintiendo el peso abrumador de la situación. Sin embargo, antes de que pudiera alejar por completo su mirada de la escena, una fuerza invisible la obligó a volver a mirar. Noah, con su control mental, la obligaba a presenciar cada momento, cada gesto lascivo, cada gemido de su hermana.
Samantha, entre gemidos de éxtasis y palabras de odio dirigidas a Morgana, era una marioneta en manos de Noah, su cuerpo agitado por las embestidas de su hermano, incapaz de pronunciar coherentemente sus insultos mientras el placer y el dolor se entrelazaban en su rostro.
Noah, disfrutando del control que tenía sobre ambas mujeres, continuaba con sus movimientos implacables, llevando a Samantha al límite del placer. Finalmente, con un último empuje, Noah derramó su semilla dentro de Samantha, haciendo que ella gritara de placer y perdiera fuerzas por completo.
Con cuidado, Noah ayudó a Samantha a sentarse, su aliento agitado y su cuerpo tembloroso mientras se recuperaba del clímax. Morgana, sintiendo una mezcla de repulsión y desesperación, se preguntaba cómo habían llegado a esta situación y cuánto más tendrían que soportar antes de encontrar una salida de ese infierno.
Después de días de someter a Morgana a un tormento incesante, Noah, sintiendo una pizca de compasión, decide poner fin a su sufrimiento. Utilizando su control mental con maestría, vuelve a reconfigurar la mente de Morgana, borrando los recuerdos dolorosos y reemplazándolos con una devoción inquebrantable hacia él.
Morgana, bajo el influjo del control mental de Noah, experimenta una transformación completa. Su mente se llena de amor y devoción por su amo, y su único deseo es servirlo y protegerlo. Cada fibra de su ser ansía satisfacer cada uno de los deseos de Noah, sin importar cuán oscuros o exigentes puedan ser.
Para Morgana, la vida se convierte en un estado de felicidad constante al lado de su amado amo. Está dispuesta a complacerlo en cada aspecto, su boca, sus pechos, su vagina y en general su cuerpo, su mente y su alma le pertenecen a su querido amo Noah, y ella encuentra una inmensa alegría en dedicarse por completo a él por el resto de sus días.
Noah, sintiendo que ha cumplido su cometido con Morgana, decide enviarla a descansar y reponerse. Con un simple gesto, libera a Morgana de su trance y le indica amablemente que se retire a descansar y comer. Con una sonrisa en los labios, Morgana asiente obedientemente y se retira del sótano, lista para cumplir con las órdenes de su amo.
Luego, Noah se dirige hacia su hermana, Samantha, cuya mente aún está bajo los efectos de su control mental. Con un toque sutil pero poderoso, borra todos los recuerdos de los días recientes devolviéndola a su estado original. Samantha abre los ojos con una expresión de confusión al principio, pero pronto se transforma en una sonrisa radiante al ver a su amado hermano.
Samantha como siempre promete amarlo y servirlo sin reservas. Se compromete a usar cada parte de su cuerpo para satisfacer los deseos de su amado hermano desde sus pechos hasta su vagina, al igual que Morgana. Juntas, se convierten en las devotas esclavas sumisas de Noah, listas para cumplir cada uno de sus deseos con amor y dedicación.
2 meses despues
Los gemidos de Morgana llenan la habitación mientras Noah la posee una y otra vez, su cuerpo respondiendo a cada movimiento suyo con una entrega total. Aunque Samantha no está tan disponible como antes, Noah no se ha sentido privado de placer. Al contrario, ha encontrado en Morgana una compañera fiel y deseosa de cumplir con sus deseos más íntimos.
Morgana, hipnotizada por el control de Noah, se entrega con gratitud, encontrando su propósito en servir a su amo en todo momento. Para ella, cada encuentro con Noah es una oportunidad para demostrar su lealtad y devoción, y está más que dispuesta a satisfacerlo en cada deseo que tenga.
Noah observa a Morgana con intensidad mientras ella se inclina en cuatro patas, su figura ofreciéndose sumisamente a él. Con un movimiento decidido, penetra su vara de amor dentro de ella, sintiendo el calor y la humedad de su interior. Cada embestida está cargada de pasión y deseo, mientras Morgana responde con gemidos de placer.
El éxtasis se apodera de ellos mientras se entregan al placer carnal, y finalmente, Noah llega al clímax, liberando su semilla dentro de ella. Morgana, abrumada por la sensación abrumadora de su amo dándole placer, balbucea palabras de amor y gratitud entre sus gemidos, expresando su devoción hacia él.
Noah sonríe satisfecho, complacido por la entrega total de Morgana y por el control que tiene sobre ella. Para él, esta escena es solo una muestra más de la profunda sumisión y lealtad de Morgana hacia él, un recordatorio constante de su poder y dominio sobre ella.
Noah se recuesta en su amplia cama, satisfecho pero con una lujuria siempre presente. Morgana yace a su lado, una expresión de satisfacción y sumisión en su rostro. Desde que Samantha dio a luz al bebé, Morgana ha asumido un papel aún más servicial, sabiendo que su señora necesita tiempo para recuperarse y centrarse en el recién nacido.
Noah se levanta de la cama con una autoridad palpable, y con una expresión autoritaria en su rostro, ordena a Morgana que lo siga. Con una sumisión absoluta, Morgana responde con un "Sí, querido amo", y juntos se encaminan hacia la habitación donde Samantha está con el bebé.
Al abrir la puerta, la escena se desenvuelve ante ellos: Samantha, con una expresión serena, amamanta al niño con amor maternal. Noah observa la escena con una mirada fría y calculadora, mientras que una sonrisa retorcida se insinúa en sus labios saboreando la situación de dominio que ejerce sobre sus esclavas.
En su mente, Noah se regodea en su dominio, pensando en la leche materna como una posesión exclusiva suya. "Disfruta mientras puedas, pequeño", murmura para sí mismo con malicia, "esa leche solo me pertenece a mí. Y tú, eventualmente, terminarás en un orfanato".
Morgana, a su lado, permanece en silencio, consciente de su lugar como esclava leal de Noah. Noah observa la escena con una mezcla de satisfacción y crueldad, consciente de su papel en el oscuro dominio de su sobre sus vidas.
Noah, con voz autoritaria y firme, ordena a su hermana/esposa/esclava que le entregue al bebé. Con una expresión de sumisión y felicidad, su hermana responde con un "Sí, querido amo" y con cuidado, le entrega al bebé en brazos.
Noah sostiene al bebé con una mirada fría y calculadora, mientras le explica a su hermana que pronto le ordenará a Morgana que deje al niño en un orfanato. No tiene ningún interés en criar niños; su único deseo es embarazarlas a ambas y mantener su control sobre ellas.
Con una sonrisa indiferente y sin mostrar ningún apego por el bebé, Samantha asiente con tranquilidad y le dice a su hermano: "Está bien, querido hermano. Cualquier cosa que quieras estará bien para mí". Sus palabras reflejan su completa sumisión y su disposición a cumplir con los deseos de Noah, sin importar las consecuencias.
Noah coloca con cuidado al bebé en la cuna y luego se dirige a Samantha y Morgana. Con una voz dominante y autoritaria, les ordena que se desvistan, ya que los tres tendrán un placentero y caluroso trío. Ambas mujeres, al unísono, responden con sumisión, asegurando que se esforzarán por complacerlo en todo.
Noah ordena a Morgana que se suba a la cama y adopte la posición de perrito, mientras indica a Samantha que se coloque encima de ella. Luego, les instruye a ambas que expongan sus traseros y que le rueguen por ser penetradas primero con su "vara de amor". Las dos mujeres obedecen las órdenes de Noah, demostrando su sumisión total y su disposición a satisfacer sus deseos en cualquier momento.
Morgana: Mi querido amo, por favor, permíteme sentir el placer de tu vara de amor. Estoy ansiosa por sentirte dentro de mí, deseosa de complacerte en cada uno de tus caprichos.
Samantha: Sí, mi amado hermano, te necesito dentro de mí también. Hazme tuya, penetra mi cuerpo con tu deseo ardiente. Quiero sentirte profundamente, cumplir cada uno de tus deseos con devoción y entrega total.
Morgana: Por favor, noah, hazme tuya. Hazme sentir la dicha de tu dominio sobre mí, siento el fuego arder en mi interior, ansío tu toque, tu control sobre mí. Hazme gemir de placer bajo tu dominio.
Samantha: Sí, noah, por favor, no te resistas a nuestras súplicas. Necesitamos sentirte dentro de nosotros, llenándonos con tu semen. Estamos aquí para servirte, para satisfacer tus más profundos anhelos, para ser tus esclavas sumisas en cuerpo y alma.
Noah: Mi dulce Samantha, en esta ocasión serás la primera en recibir mi amor de mi pene. Morgana, sé paciente, tu momento llegará después.
Samantha, emocionada, se prepara para recibir a el pene su hermano menor, mientras Morgana, con una mezcla de envidia y deseo, observa la escena.
Samantha: Sí, mi amado hermano, estoy lista para ti. Penétrame con fuerza y hazme tuya una vez más.
Noah se acerca a Samantha, quien ansiosa espera su dominio, y la penetra con firmeza con su vara de amor. Samantha gime de placer al sentir a su hermano dentro de ella, entregándose por completo a su voluntad.
Morgana, no puede evitar sentir envidia por no ser ella quien está siendo utilizada por su querido amo en ese momento. Sin embargo, sabe que su turno llegará y se prepara para entregarse por completo cuando sea su momento.
Noah, satisfecho por haber poseído a ambas mujeres según su deseo, continúa con su acto de dominio. Después de haber penetrado a Samantha con pasión y haber compartido su amor, dirige su atención hacia Morgana, quien lo mira con ojos llenos de deseo y sumisión.
Noah: (Con voz dominante) Ahora es tu turno, Morgana. Prepárate para ser completamente mía.
Morgana, con una mezcla de lujuria y excitación, se prepara para recibir a Noah. Él la penetra con la misma fuerza y pasión como lo hizo hermana, haciendo que Morgana gima con locura bajo su dominio.
Mientras Noah se funde con Morgana, Samantha observa con ojos llenos de amor hacia su hermano, y Morgana, completamente rendida a él, pronuncia palabras de sumisión y devoción.
Samantha: Te amo, querido hermano.
Morgana: Haré cualquier cosa por usted, querido amo.
Noah, sintiéndose poderoso y complacido por tener a dos mujeres completamente bajo su control gracias al uso de su habilidad de control mental, sonríe con satisfacción mientras continúa disfrutando de su dominio sobre ellas.
Luego de un tiempo, cuando el bebe ya no necesitaba de la leche materna, Noah, con su autoridad y frialdad habitual, ordena a Morgana que lleve al bebé al orfanato más cercano y lo deje allí. Morgana, con sumisión, responde:
Morgana: Sí, querido amo.
Noah, luego, se dirige a Samantha, preguntándole si hay algo que quiera decirle al niño antes de dejarlo en el orfanato, sabiendo que es poco probable que lo vuelvan a ver. Sin embargo, Samantha, con indiferencia y una sonrisa dirijida hacia su hijo, responde:
Samantha: No hay nada que quiera decirle, solo espero que tenga una buena vida.
Con estas palabras, Samantha entrega al bebé a Morgana, quien se retira con el niño en brazos, cumpliendo la orden de su amo sin cuestionamientos. Noah observa con satisfacción cómo Morgana se marcha con el bebé, mientras él continúa con su vida, indiferente al destino del pequeño que acababa de abandonar.
Han pasado varios años y Noah continuó embarazando a su hermana y a su sirvienta, ordenándole a Morgana que los niños fueran enviados a orfanatos o vendidos a hechiceros una vez que ya no necesitaran la leche materna. Un día, mientras observa desde lejos, divisa a su padre viajando en un carruaje de la casa Morrison. Puede distinguir que su padre se dirige hacia una ciudad lejana del reino, acompañado de quienes Noah supone que son su nueva esposa e hija.
Aunque observa la alegría en el rostro de su padre, también percibe la sombra de tristeza que aún lo envuelve, recordándole la tragedia de la muerte de sus hijos. Sin embargo, Noah sabe que su padre nunca sabrá la verdad, nunca sabrá que sus hijos no murieron, sino que huyeron una vez que Noah logro esclavizar a Samantha y a Morgana mediante el control mental.
Noah observa la escena con indiferencia, satisfecho con el control que tiene sobre su familia y su vida, mientras continúa con su vida de manipulación y dominio.
Mientras Noah caminaba por las bulliciosas calles hacia su hogar, los murmullos sobre los acontecimientos en el reino vecino de Avaloria captaron su atención. La noticia de que la familia real Eldorin había legalizado la esclavitud con fines lujuriosos sacudió a todos, especialmente porque la paz y la justicia siempre habían sido los pilares de ese reino.
La transformación de la reina y la princesa, de figuras de virtud y armonía a mujeres que apenas se dejaban ver y que ahora exhibían sus cuerpos con poca ropa, sorprendió y perturbó a la población. Las especulaciones sobre si estaban siendo manipuladas como títeres por algún controlador mental añadieron una capa adicional de misterio a la situación.
Noah se detuvo un momento, reflexionando sobre las implicaciones de estos cambios. La idea de que la reina y la princesa pudieran estar siendo manipuladas como títeres por un controlador mental despertó su fascinación y, en cierto sentido, su satisfacción. No podía evitar sentir una pequeña dosis de alegría al pensar que no era el único manipulador mental activo en el mundo. No pudo evitar pensar en el poder que tendría que tener alguien para esclavizar a la familia real de Avaloria, convirtiéndolas en meros instrumentos para satisfacer sus propios deseos.
Noah caminaba por el sendero que llevaba a su casa en las afueras del pueblo, con la mente llena de pensamientos sobre los acontecimientos en Avaloria. Cuando llegó a su puerta y la abrió, fue recibido por la vista de su hermana Samantha y Morgana, embarazada una vez más.
Samantha se arrodilló de inmediato, colocando su frente en el suelo en un gesto de sumisión, mientras Morgana hacía una reverencia con respeto. Ambas mujeres miraron a Noah con amor en sus ojos y le dijeron al unísono: "Amo, te hemos estado esperando. Por favor, danos tu amor".
Una sonrisa lujuriosa se formó en los labios de Noah al escuchar las palabras de sus esclavas. Con un gesto dominante, les indicó que se pusieran de pie y se acercaran a él. Con un tono de autoridad y deseo, respondió: "Claro que lo haré".
Noah sabía que tenía el control total sobre Samantha y Morgana, y no dudaba en usarlo para satisfacer sus propios deseos. Con ellas a su lado, entró a la casa, listo para disfrutar de los placeres que le ofrecían sus leales esclavas.
FIN
¡Muchas gracias a todos por tomarse el tiempo de leer mi historia! No estaba seguro de cómo sería recibida, pero me alegra saber que ha sido bien recibida. Espero sinceramente que hayan disfrutado de la trama y los personajes tanto como yo disfruté escribiéndola. Quizás en el futuro me anime a contar los eventos de Avaloria. ¡Gracias nuevamente por su apoyo y espero seguir creciendo y aprendiendo con el tiempo!
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The Ring and the Necklace
story
La historia gira en torno a Noah, quien utiliza artefactos mágicos para ejercer un control total sobre su hermana, Samantha. A través de manipulaciones mentales, Noah moldea la relación con Samantha según sus deseos, llevándola a expresar un amor incondicional y sumisión total hacia él. La trama explora temas de dominio, sumisión y manipulación en una dinámica entre hermanos llena de intensidad y oscuros deseos.
Updated on May 6, 2024
by Alman02
Created on Mar 26, 2024
by Alman02
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