DIA 5: POBLADO NUBIO Y VUELO AL CAIRO (NOCHE)

Llegamos al hotel en el Cairo. Era enorme y de 5 estrellas. No estaba acostumbrado a esos niveles de lujo. Cenamos y fuimos a acostarnos, reventados de tanto viaje. Antes de irnos a nuestra habitación, pude ver cómo Adrián le pedía a su padre compartir cama esa noche mientras el se negaba, obviamente, por su edad. Eso me dio una idea para más adelanté.

Por ahora solo quería cumplir la parte de mi plan de varios días y eso requería estar en la cama. Me dormí, pero. Siempre tengo el sueño ligero y me desperté por la 1:30 de la madrugada. Cogí el móvil y active la app. Puse la función de poseer y busqué a mí objetivo, el sonriente y solicito Ahmed, no sin antes activarle una de las funciones más peligrosas de la app. No había funcionado mi semilla para que el se decidiera acostarse conmigo, pero yo no lo había olvidado, y tenía algo pensado con esa función tan radical.

Me desperté en un dormitorio repleto de camastros donde el espacio era mínimo entre las literas y el olor a sudor y hombre impregnaba la estancia. El calor era sofocante, y los trabajadores del crucero dormían sin apenas ropa. No sabia exactamente donde iba a aparecer, pero el resultado fue mejor de lo esperado. Me acerqué al camastro más cercano. En el roncaba un hombre que superaba en más de 20 años a Ahmed, no muy agraciado físicamente. No me importaba, y cuando llegué a su lado, me aproxime a la extraña ropa interior que llevaba y liberé su pene. Era de pequeño tamaño y pude metérmelo sin problema en la boca. El hombre siguió durmiendo mientras me lo introducía en la boca. Poco a poco empezó a ponerse duro, pero no del todo.

De repente el hombre se despertó y pudo reconocer, a través de la penumbra, que Ahmed le estaba haciendo una felación. Yo sabía cómo reaccionaria, no con agresividad si no con aceptación. Cogió la cabeza del joven y le hizo comérsela más rápido. Enseguida empecé a subir por el camastro hasta llegar ala altura de su cara y comencé a besarle. No sabía demasiado bien, pero su lengua era caliente y sus manos recorrían mi cuerpo de veinteañero con verdadera avidez.

Me quité mi ropa interior y acerque mi culo, ya estrenado la otra vez por multitud de pollas, a la suya, que ya estaba palpitando y expectante. Enseguida me penetró, y recibí su rabo como una dádiva divina.

Me dejé llevar, comencé a gemir sin miedo al resto, disfrutando de la follada de ese hombre. El ruido pareció despertar a otro trabajador egipcio, que al vernos, no dio la voz de alarma ni aparto la vista. Simplemente bajo de su camastro, se sacó la polla, ya dura y se aproximó a mí cara, por lo que empecé una felación.

Cuando el primer hombre se corrió dentro de mi, salí de el y el segundo me coloco a cuatro patas y empezó a follarme. El ruido de los muelles del colchón habían despertado a dos hombres más, que ya hacían cola mientras se desnudaban. Mis gemidos despertaron a más trabajadores hasta que uno de ellos activo la luz, mostrando la escena.

Podíais preguntaros por que todos los hombres de ese cuarto querían follarse al muchacho. La respuesta es que había usado en Ahmed la herramienta de marca. Al aplicarla, el objetivo hacia que todo el mundo quisiera acostarse con el. Por eso era muy peligrosa, pues podías crear orgias multitudinarias y casi destrozar al marcado.

En la habitación cabían 20 trabajadores. 19 querían follarse a Ahmed, por lo que me impliqué lo máximo que pude. Comí pollas a pares mientras mi culo era rellenado una y otra vez. A veces se corrían en mi cara o en mi pecho, Poniéndome cada vez más pegajoso. Aunque eyacularan, los trabajadores volvían de nuevo a mi cuerpo, al que parecían adorar.

Entre los trabajadores pude distinguir al pequeño e inocente Fayun. Su polla era delgada pero más grande de lo que se podía prever por su pequeño tamaño. Se pajeaba esperando su turno. Decidí incorporarlo a la orgia de otra manera, pues habían demasiados activos. Salí del cuerpo de Ahmed, y me dejé un par de minutos para recuperarme de lo que estaba viviendo. Luego use la marca en Fayun y…

-¡ostia el camarógrafo! - pensé

Poseí su cuerpo y desperté en un cuarto mejor que compartía con el masajista del spa. Le desperté y le dije que me siguiera, que debía ver una cosa muy importante, mientras recogía mi cámara. Medio adormilado me siguió al cuarto donde se realizaba la orgia. La visión era espectacular. Un grupo de hombres de diferentes edades y cuerpos se turnaban para follarse a los dos camareros, Ahmed y Fayun. Estos estaban en el centro de la sala, dándose un morreo pues también se atraían entre si, mientras dos hombres maduros, uno con una barriga prominente y el otro delgado como un lápiz, les follaban el culo. El masajista, sin decir nada, comenzó a quitarse el pijama e incorporarse. Yo, inmune a la marca mientras estuviera poseyendo ese cuerpo, comencé a grabar para tener un perfecto video porno nuevo.

La marca tenía un tiempo al que debías seleccionar al usarla. Yo había puesto dos horas y eso es lo que estuvieron. Dos horas follando como locos. El resultado fue que los dos jóvenes acabaron llenos de lefa por todo el cuerpo, mientras su agujero estaba increíblemente abierto y rezumante del esperma de más de diez hombres.

No sé cómo iban a explicarse a si mismo lo ocurrido, pero eso no me importaba. Me envié el vídeo a mi correo secreto y abandone el cuerpo del camarógrafo. Dormí como un lirón